Foto: Sadiel Mederos Bermúdez
Racismo y género: debates académicos desde la revista Cuban Studies
11 / enero / 2020
En 2017 se produjo en Cuba la primera denuncia por discriminación racial. Fue realizada por una joven negra estudiante universitaria. El suceso generó un debate público e inició un proceso penal sustentado en la violación del derecho de igualdad. Un estudio efectuado un año antes por el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas sobre familias habaneras en situación de vulnerabilidad social reforzó resultados de pesquisas anteriores: las familias negras representaban el 51% de la muestra.
En el texto “Cuba y los desafíos de la lucha contra el racismo”, publicado por la revista académica Cuban Studies en su edición 48, la investigadora Rosa Campoalegre da cuenta de los sucesos anteriores y señala que: “si bien han sido eliminadas las bases institucionales del racismo, por lo que ya no se trata de un racismo estructural, este aún es un problema no resuelto. La persistencia del racismo en Cuba es una problemática compleja que muestra tendencias de reanimación”. Uno de los factores clave que ha contribuido a dicha exacerbación constituye “la errónea consideración de que había sido erradicado este fenómeno” y, en consecuencia, “la invisibilidad y politización del tema”, entre otros elementos.
En la nota editorial del número 48 de Cuban Studies, su Editor, el académico cubano residente en Estados Unidos, Alejandro de la Fuente, explicaba que el tema de este volumen especial —dedicado en su totalidad a los debates sobre racismo en Cuba— nació del encuentro “El Movimiento Afrocubano: Activismo e Investigación. Logros y Desafíos”, celebrado en la Universidad de Harvard el 14 y 15 de abril de 2017 entre activistas y académicos comprometidos con la justicia racial. Los participantes efectuaron un balance de la evolución del movimiento antirracista cubano, sus ganancias, limitaciones y retos de cara al futuro.
Como resultado de aquella reunión, la revista compiló una serie de trabajos académicos sobre los diagnósticos y desafíos de la lucha contra el racismo, así como iniciativas desde el activismo vinculadas al hip-hop, organizaciones sociales, proyectos comunitarios y culturales, y plataformas digitales. No falta el diálogo con un grupo de empresarios afrocubanos que, —como apunta el Editor— “han logrado sortear las vallas racializadas del emergente sector privado cubano”.
“Ya no es necesario, como antes, inyectar el tema racial en el debate público nacional. Eso está hecho. Pero una vez reconocido el problema, ¿cómo resolverlo? ¿Qué pasos y políticas están siendo objeto de discusión y debate? ¿Cómo puede contribuir el movimiento afrocubano a la eliminación del racismo y la discriminación racial en Cuba? ¿Cómo puede ayudar la academia a sistematizar los conocimientos necesarios para avanzar esta agenda? ¿Quiénes son nuestros aliados potenciales desde la institucionalidad cubana?”. Con estas preguntas De la Fuente invita al lector a sumirse en el contenido del volumen, para intentar construir de conjunto respuestas claves que coadyuven a eliminar el racismo.
Destaca en este número el texto del intelectual Roberto Zurbano sobre el debate racial y la importancia de los encuentros y reuniones para el avance del movimiento afrocubano. El autor explica cómo la cita efectuada en Harvard posibilitó el intercambio de experiencias, proyectos y opiniones diversas en un contexto de respeto, lo que contribuyó a destacar el conocimiento producido en Cuba y sus posibles contribuciones al movimiento afrodescendiente. Estas reflexiones son enriquecidas por el estudioso Tomás Fernández Robaina, quien en el siguiente artículo refleja la trayectoria del activismo antirracista de la comunidad negra cubana desde el siglo XIX hasta el presente.
Algunos fenómenos objeto de análisis por varios estudiosos cubanos sobre el tema, que pueden hallarse en la edición 48, son el impacto de la negación del racismo en el contexto cubano; las nuevas plataformas para abordar la identidad racial como los blogs, las redes sociales y sitios webs, el hip-hop y el spoken Word, entre otras; reflexiones sobre la educación superior, el género y el color de la piel; la contribución del grupo Afrocubanas en la visualización del papel desempeñado por las mujeres cubanas afrodescendientes en la historia y la cultura; el Festival de Oralidad Afroamericana Afropalabra como muestra de las tradiciones de origen africano existentes en Cuba a través de presentaciones artísticas, entre otros.
Así, el número 48 de Cuban Studies contribuye a visibilizar el pensamiento social afrocubano, un asunto que —según ha reconocido la estudiosa Rosa Campoalegre en su ensayo— “sigue siendo un asunto por solucionar en la lucha contra el racismo, proceso que obstaculiza el auto re/conocerse a sí mismo/a y a sus aliados. Se impone especialmente el rescate del pensamiento de Maceo, de los generales negros que combatieron al colonialismo español, de intelectuales, líderes y mujeres negras. La formulación de una política pública en este campo es un desafío vinculado directamente a la cultura y la identidad que nos define como cubanas y cubanos”.
Enlazar las políticas distributivas con las de reconocimiento, de-construir la invisibilidad del tema en las esferas académica y comunicacional, y, sobre todo, “desmontar el mito acerca de que este asunto puede lesionar la unidad nacional, un mito refutado con énfasis desde las academias y las letras cubanas”, son algunas de las acciones que propone Campoalegre en las conclusiones de su texto.
Número 49: Estudios sobre feminismo y género en Cuba
A los 17 años tuve a mi hija, mi única hija, que es mi tesoro. Con la niña pequeña yo atendía puercos, chivos, vacas. Era una ama de casa, pero de campo. Atendía toda mi casa, era una casita pequeña, pero con todo, teníamos un cuarto, la sala, comedor y cocina. Pero yo lo hacía todo, todito, todito, y con la niña. Así transcurrió todo ese tiempo, yo de ama de casa, que nunca en la vida me imaginé que iba a ser chofer, ni nada. (…) Cuando mi hija sale en estado, yo le dije: “ese es mío. Ese va a ser el varón”. Efectivamente salió un varoncito; se llama Daniel. A la edad de tres meses lo montaba ahí en el carro y me lo llevaba a tirar caña… en ese momento empecé a llevármelo para el campo…
Las historias de vida que conforman la investigación “Cubanas en transición: Un acercamiento a la estabilización-desestabilización del género y la política desde sus relatos temporales”, de Diosnara Ortega González, condensan los vaivenes de estabilidad-inestabilidad en la concepción de género en Cuba. La pervivencia de la desigualdad, el machismo, el retraimiento al ámbito familiar-doméstico, y las limitantes del desarrollo social a la educación y el matrimonio, traspasan las experiencias de diversas mujeres, cuyas narraciones se ven marcadas por las condicionantes del territorio, la clase y la “raza”.
“Las dinámicas desestabilizadoras/estabilizadoras del género y de la política cubana en el sentido más amplio que ellas revelan, dan cuenta de un curso común: un país en transición, en el cual todo cambia para permanecer más o menos igual. En el que se avanza en políticas de igualdad para las cuales la inclusión se enquista en zonas que “superan” ciertas desigualdades a la vez que reproducen otras”, reflexiona la autora, quien concluye que se mantiene el enquistamiento de una cultura predominantemente patriarcal.
“En estos relatos vemos un reflejo de la tensión misma que vive la Revolución cubana, el tránsito y por lo tanto luchas entre formas individualizadas y formas socialistas de construir nuestras relaciones con otros/as y sus múltiples identidades, también en tránsito y tensión. Estas mujeres se narran esencialmente en sus roles de madres, abuelas, trabajadoras, hijas, esposas, y en todas ellas como cubanas. No son roles que se apoyan o potencian unos a otros, más bien se expresa una lucha entre ellos, en la que unos niegan o constriñen a otros (por ejemplo, mujer trabajadora versus mujer cuidadora, mujer esposa versus mujer ciudadana, mujer esposa versus mujer trabajadora)”.
El dossier que abre el volumen 49 de la revista Cuban Studies se compone de cuatro ensayos sobre género y feminismo en Cuba, incluyendo el de Ortega. El primero, de la investigadora Ailynn Torres Santana, analiza el proceso de reformas en Cuba (2006-2018) desde un marco específico: los regímenes de bienestar y la incidencia de las configuraciones entre Estado, mercado y sociedad en los órdenes de género. Seguidamente Anamary Maqueira Linares se adentra en las relaciones entre feminismo y economía política marxista en la Revolución cubana. Cierra el compendio el material de Elena Fernández Torres, en el que indaga cómo operan mecanismos de diferenciación y discriminación de género —combinados por otros factores sociales como la clase y el color de la piel— en el acceso de las mujeres cubanas a la justicia familiar.
El número 49 de la publicación incluye, asimismo, otros dos dossiers sobre Economía cubana e Historia de la Educación. También la presente edición compiló artículos sobre historia en general, cultura y sociedad, así como un especial sobre el Premio Nacional de Artes Plásticas 2018, José Toirac.
El volumen marcó los primeros cinco años de la nueva etapa editorial de la revista, bajo la edición de Alejandro de la Fuente. Al respecto, el editor efectuó un balance de los temas publicados desde 2014 hasta la fecha, que abarcan estudios demográficos y de envejecimiento de la población; nuevas aproximaciones a la historia de la salud pública en Cuba con énfasis en el periodo republicano; las recientes reformas económicas; un profundo examen de las llamadas Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP); indagaciones críticas sobre las estadísticas oficiales de mortalidad infantil; acercamientos al trabajo de creadores no visibilizados suficientemente como Nicolás Guillén Landrián, Sara Gómez, o Lourdes Casal; estudios sobre el emergente sector privado, el Ballet Nacional de Cuba, literatura, cine, política, urbanismo y cultura, entre otros tópicos.
El dossier sobre Economía se adentra en el comportamiento de la productividad de la economía cubana, las mediciones del PIB en Cuba y su comparación con otras diez economías de similar tamaño en América Latina y el Caribe. También comparte reflexiones sobre el sistema de estadísticas de ingreso nacional de Cuba, entre otros factores vinculantes.
Con respecto al grupo de artículos dedicados a la Historia de la Educación, resaltan problemáticas como la perpetuación de la exclusión racial en el acceso a la educación formal luego de la independencia de España, durante el período de ocupación norteamericana; la dinámica educativa protestante en Cuba durante la primera mitad del siglo XX; y el impulso liberal de las primeras reformas educativas de la Revolución (1959-1961).
El cuarto dossier del número 49 se enfoca en la Historia general del país y engloba diferentes aspectos, como los castigos escolares en Cuba en los debates en la Sociedad Económica de Amigos del País (1793–1835), el mito del dominio de la mafia en Cuba en la década del 50; el origen y evolución del Programa Nacional de Educación Sexual, y un acercamiento al uso del término revolución en los estudios cubanos producidos fuera del país.
La edición cuenta, además, con un texto sobre la biotecnología en Cuba, la migración hacia el exterior y el retorno, así como varias reseñas de libros que abarcan la historia, la cultura y la sociedad cubanas.
El empeño de difundir la riqueza de la producción científico-social cubana más allá de los confines de la Isla define la labor de Cuban Studies. Fundada en 1970 por Carmelo Mesa-Lago y publicada por la University of Pittsburgh Press, se destaca por la divulgación de artículos derivados de estudios y análisis sobre Cuba.
Cada volumen incluye textos en español y en inglés, así como una amplia sección dedicada a la crítica y reseña de libros. El editor desde 2014, Alejandro de la Fuente, y la Jefa de Redacción, Cary Aileen García Yero, han sostenido el amplio reconocimiento de la publicación por las aproximaciones interdisciplinarias y análisis incisivos que llegan con cada edición.
Los estudios dados a conocer en Cuban Studies abarcan múltiples autores, residentes dentro y fuera de Cuba, además de una diversidad de tópicos que incluyen lo social, lo político, lo cultural, lo artístico y lo económico en varias etapas de la historia del país.
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