El inestable abastecimiento de condones en las farmacias y mercados cubanos ha supuesto durante los últimos meses un riesgo mayor y un freno para algunos, que prefieren contener los deseos sexuales ante la posibilidad de enfermar o quedar embarazados.
La situación parece comenzar a resolverse desde los primeros días de abril, pero arrastra intermitencias desde hace más de un año, en otro episodio recurrente de entuertos burocráticos y carencias en el país caribeño.
“No sé qué podrá estar pasando, sé que no hay”, comenta en plena calle un joven estudiante de medicina que al mismo tiempo alerta sobre el peligro que eso supone: “Aumentan los índices de embarazos y abortos, y crecen también las enfermedades de transmisión sexual”, advierte el futuro galeno
El nudo del condón
Los baches en la distribución de preservativos han ocurrido, según fuentes del Ministerio de Salud Pública, porque debieron “reenvasarse” millones de unidades de la marca “Momentos” que llegaron desde China con fecha de vencimiento en 2012, aunque están aptos hasta fines de este año 2014.
Ese proceso implicó recoger el producto por todo el archipiélago y volverlo a etiquetar, sin contar con nuevos suministros de otras marcas ni de la misma.
Evidentemente ha sido imposible resolver el problema con rapidez, pues las autoridades sanitarias del país decidieron el siete de abril autorizar la venta de condones sin corregir el “error de imprenta”, según carta circular de la Empresa de Suministros Médicos y un permiso del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED).
Como artículos de uso médico, los condones reciben fuertes subsidios en Cuba, pues el precio de una tira de 3 unidades es de apenas un peso (menos de cinco centavos de dólar) Pero ese carácter de producto gestionado solo por las autoridades sanitarias condiciona un mercado donde no hay mucho donde escoger.
“Aunque los condones Momentos no han sido nunca de los más aceptados, son los que el país compró y los únicos disponibles hasta el fin del año”, reconoce uno de los especialistas del programa de prevención de las ITS/VIH/SIDA.
Se coloca de ese modo junto a quienes afirman que Cuba no importa productos desde donde quiere, sino desde donde puede (por las carencias de dinero que padece y la prohibición de relaciones comerciales con los Estados Unidos).
Hasta hace poco tiempo podían adquirirse otros preservativos bajo el rótulo de Love y Vigor (este último, un proyecto financiado por el Fondo Mundial de las Naciones Unidas), pero el contrato con los fabricantes del primero no fue renovado y el segundo agotó los cinco años de financiamiento internacional para su producción.
No solo cantidad, sino calidad
“Los Momentos dicen estar probados electrónicamente, pero yo creo que no en la vida real, pues cuando los abres es muy evidente el poco lubricante que traen”, comenta Claudia Martínez, una joven periodista radial en el centro sur del país.
“Yo he sufrido que los condones a veces se rompan”, cuenta otra joven cubana de 19 años, una opinión que coincide con los señalamientos más frecuentes a la calidad de los preservativos disponibles.
“La cantidad de condones que se rompen en Cuba equivalen a la proporción que establecen los parámetros internacionales”, asegura el Ramiro Espinosa González, jefe del programa contra el aumento del SIDA en la provincia de Cienfuegos.
“Existen condones con una calidad mayor y otros con calidad estándar, pero todos cumplen los requisitos internacionales de seguridad. Cuando se rompen es, casi siempre, por la mala técnica usada en su colocación”, afirma el directivo.
Según indicadores médicos, para que una población se considere “sexualmente protegida” debe alcanzar más de un 73% de uso del condón en todos los coitos de sus habitantes.
La realidad en Cuba dista mucho de esa meta, pues en una pequeña provincia como Cienfuegos (con 400 mil habitantes) solo el 28% de su población sexualmente activa emplea este artículo “profiláctico”, y constituye uno de los territorios con la cifra más elevada.
Para gustos: colores y tipos
Algunos usuarios abogan por el incremento de la oferta sin subsidio estatal, para no depender de una única opción.
En algunas tiendas comienza a aparecer condones en pesos convertibles o CUC (la doble moneda cubana que equivale a 1 dólar y a 24 pesos “nacionales”) pero sus precios chocan con los ingresos medios del país, pues una caja de preservativos puede llegar a costar 1.80 CUC (casi 50 pesos), la octava parte del salario promedio en la mayor de las Antillas.
Ante las fluctuaciones del abastecimiento la solución momentánea pasa por la solidaridad.
“Los amigos se avisan quién tiene y dónde y comparten unos pocos, porque la otra opción es la abstinencia autoinfligida, si no queremos contagiarnos o quedar embarazados”, comenta el bloguero Alejandro Ulloa, uno de quienes ha debido “zapatear” las calles de la capital para encontrar un condón o la respuesta a por qué desaparecieron.
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