Entre 2020 y 2022 las muertes por septicemia en Cuba aumentaron un 122.22 %. Según los datos más recientes del anuario estadístico de salud, el padecimiento ha estado entre las primeras 24 causas de muerte de los cubanos en los últimos tres años.

La septicemia es una condición seria en la que el cuerpo reacciona de manera inadecuada ante una infección. Los mecanismos de defensa contra infecciones se desencadenan en el organismo y provocan un mal funcionamiento de los órganos. La afección puede progresar hacia un shock séptico.

Los fallecimientos por sepsis estreptocócica (A40) y otras (A41) fueron 135 en 2020 y 300 en 2022. En 2021 hay una discrepancia en las cifras. En el informe de 2021 se mencionan 501 muertes, pero en el informe de 2022 la cifra para el mismo año es 275.

Las cifras no incluyen la sepsis bacteriana del recién nacido, que en ambos años provocó la muerte a unos 80 bebés y son la primera causa de muerte en los niños menores de un año.

¿Cómo decirles a los pacientes que no hay nada?, crisis de insumos médicos

¿Qué hacen los enfermeros durante una guardia cuando no les alcanzan las jeringuillas para inyectar a todos los pacientes? ¿Cómo hacen los profesionales de la salud para sortear la escasez de insumos médicos? ¿Pueden hacer algo?

Cogió una bacteria en el hospital

La sepsis es un padecimiento que puede ocurrir en cualquier momento, pero no son pocos los casos de personas que murieron porque «cogieron una bacteria en el hospital».

La septicemia intrahospitalaria —también conocida como sepsis nosocomial o sepsis adquirida en el hospital— es una infección grave que puede desarrollarse en pacientes durante su estancia en un hospital. 

Los procedimientos invasivos —las cirugías, la inserción de catéteres o tubos— pueden incrementar el riesgo de infección por bacterias resistentes a los antibióticos que existen en los centros asistenciales.

 Aunque no es una condición exclusiva de Cuba —las infecciones intrahospitalarias ocurren en cualquier lugar—, el aumento de las muertes por esa causa en los últimos años está relacionado con la crítica situación de la atención sanitaria en materia de recursos humanos y materiales.

En julio de 2022, varios medios de prensa independiente se hicieron eco de un brote de sepsis intrahospitalaria neonatal que en Santiago de Cuba causó la muerte de 63 recién nacidos. 

Aunque el Ministerio de Salud Pública no hizo alusión alguna al caso denunciado en la página de Facebook El Chago, en los comentarios de la publicación varios santiagueros confirmaron el hecho. 

Algunas personas hicieron alusión a lo que asumían como las causas del lamentable suceso, escasez de recursos, éxodo de profesionales de la salud, deficiente preparación del personal.

En enero de 2023, las autoridades revelaron que la carencia de recursos fue un factor determinante en la muerte por sepsis de seis recién nacidos en el Hospital Ginecobstétrico «Diez de Octubre», en La Habana. 

«Según se demostró, el brote estuvo vinculado a violaciones de medidas higiénico-sanitarias, las cuales se sumaron a problemas de aseguramiento de recursos que presentaba el centro en ese momento e implicaron afectaciones en la calidad de los procesos de atención a los pacientes», informó el Ministerio de Salud Pública. 

Aunque inicialmente habían asegurado que el hospital contaba con los recursos necesarios para atender a los pacientes, la nota definitiva reveló que la crisis de recursos materiales y humanos en el sistema de salud era más grave de lo que reconocía el Gobierno. 

Seis niños muertos en La Habana: ¿quién paga y cómo?

Las únicas medidas aplicadas al personal de salud y a los directivos del hospital habanero en el que fallecieron seis niños recién nacidos son de carácter administrativo. ¿Por qué? El siguiente texto se interna en las particularidades de los sucesos.

Números que son alertas

En el mundo, la tasa general de mortalidad en pacientes que sufren de shock séptico está en descenso y actualmente se sitúa en un promedio entre el 30 y el 40 %. Por tal razón, es llamativo que en Cuba exista un aumento de las muertes por esa causa. 

Aunque las muertes pueden variar entre el 10 y el 90 %, en dependencia de las condiciones particulares de cada paciente, aquellos con un sistema inmunológico debilitado (ancianos, recién nacidos o personas con condiciones médicas crónicas) tienen un mayor riesgo de desarrollar sepsis en un hospital. 

Las investigaciones realizadas en Cuba en la última década revelan cómo la sepsis es un problema de salud que afecta de manera sostenida la atención hospitalaria. 

Un estudio de 2022 del Hospital Provincial Docente Clínico-Quirúrgico «Saturnino Lora» de Santiago de Cuba confirmó que «las infecciones intrahospitalarias aquejaron principalmente a pacientes de edad avanzada con enfermedades crónicas asociadas, como la diabetes mellitus y la hipertensión arterial». 

Entre las recomendaciones de la investigación[MC1] a las instalaciones de salud se encontraba entender y estar informado acerca de los microorganismos específicos (flora microbiana) que están presentes en un área particular de un hospital o centro de salud en los que los pacientes pueden adquirir infecciones. 

La sugerencia es recurrente en otras investigaciones. Especialistas de Matanzas concluyeron en 2010 que conocer los tipos de microorganismos comunes en ciertas áreas de un hospital es fundamental para implementar medidas preventivas efectivas, asegurar un diagnóstico oportuno y seleccionar el tratamiento adecuado de infecciones. 

Investigaciones en los hospitales pediátricos de Sancti Spíritus (2015) y Cienfuegos (2019) concluyeron que «la mortalidad por sepsis severa y shock séptico es elevada. En el caso de la provincia espirituana muere uno de cada 2.1 pacientes». 

Prácticas específicas de limpieza y desinfección, uso de antibióticos profilácticos y medidas de aislamiento son vitales para evitar la propagación de infecciones intrahospitalarias. 

Sin embargo, en las condiciones actuales de los hospitales cubanos es casi imposible aplicarlas. A la falta de personal de salud —que ha disminuido en 46 000 trabajadores de 2020 a 2022— se suma, entre otras, la escasez de insumos médicos, el desabastecimiento de medicamentos, el deterioro de las redes hidráulicas, las malas condiciones de los baños y el incumplimiento —por negligencia o por la crisis— de las normas y protocolos de atención.