Otro fracaso del béisbol cubano, ahora en la categoría Sub-15 a nivel panamericano, despertó polémica esta semana entre los aficionados de nuestro pasatiempo nacional. Los juveniles dijeron adiós temprano en el evento que se disputaba en República Dominicana y daba boletos al Mundial.

Ni buen béisbol ni boleto al evento mundialista de 2024. Los cubanos no pudieron vencer a ninguno de los equipos fuertes del área (Puerto Rico, Venezuela o Nicaragua). Solamente consiguieron vapulear a elencos nulos en la disciplina (Guatemala y Perú).

La isla llegaba al panamericano con las credenciales de ser la subcampeona del mundo de 2022, pero la realidad es que la mayoría de los peloteros que integraron el elenco están fuera del país en busca de un futuro muy lejos de las series nacionales.

Pero la crisis de la base del béisbol cubano no se quedó solamente en la categoría Sub-15, pues ninguno de los seleccionados antillanos de las categorías Sub-12, Sub-18 ni Sub-23 clasificaron para su respectivo Mundial.

El especialista beisbolero Francys Romero lo veía de igual forma en su perfil de Facebook esta semana. Romero calificó de «crisis total» lo que se vive en la base beisbolera cubana, en la cual los jugadores de élite «se encontraban en Dominicana buscando una firma (en Grandes Ligas)».

«No estarán en un Mundial Sub-15, por primera vez desde que comenzaron las ediciones de la WBSC en 2012, la mayoría de los jugadores élites de la categoría. Cuba no clasificó al Mundial de ninguna de las categorías (Sub-12-15-18-23). Crisis total», señaló.

Según los aficionados del béisbol cubano, las categorías menores no son de interés para los directivos en la isla ni su desarrollo es prioridad. Sin una base robusta, imaginarán el futuro oscuro que le está reservado al deporte de la «bola y los strikes» en la isla.

Ecos del enésimo fracaso de la pelota cubana

Con una calidad tan baja en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023, parecía el «ahora o nunca» de Cuba para recuperar el título panamericano y ni eso pudieron hacer.

«[A] muchos de esos niños, desde edades tempranas, son los padres [quienes] los costean, desde implementos deportivos, alimentación, vestuarios, calzado, transporte (…). Cuando se acabe el ejército de vividores, entonces habrá desarrollo; este cáncer viene hace años», opinó un seguidor en redes.

No le falta ni un ápice de razón al fanático. La base del béisbol cubano se mantiene gracias a la pasión beisbolera de cientos de padres que fomentan en sus hijos el amor por el deporte. El dinero que entra en la Federación Cubana de Béisbol (FCB) se queda en las altas esferas y competiciones.

Si la Serie Nacional está llena de carencias, no se puede aspirar a más en las lides infantiles y juveniles. Si la Serie Nacional tiene los implementos contados y en cada estadio piden que se devuelvan las pelotas, los torneos «menores» no tienen ni lo mínimo para su funcionamiento.

Incluso, desde el oficialismo, tuvieron que aceptar que resultados como los del Sub-15 de béisbol no son más que una debacle.

Pavel Otero, conductor de la sección deportiva del NTV, calificó de «preocupantes» los resultados más recientes de la pelota cubana en las categorías menores.

Realmente, el panorama es penoso en cada ámbito del pasatiempo nacional. Pero el cuarto lugar en el V Clásico Mundial fue un espejismo para muchos de los que no quieren ver que el talento cubano está fuera de la isla.

«Cuba se quedó fuera del Mundial Sub-23 y ahora también del Sub-15. La causa fundamental es el poco volumen de juegos que tienen nuestros niños y si se juega poco, el desarrollo se frena», señaló Otero.

Para el reportero es preciso concretar una «academia nacional de béisbol» en la que los mejores entrenadores y peloteros del país estén concentrados en una sola institución, aunque acotó que la «situación del país» no lo permite.

«Hay que hacer algo para revertir la situación porque no solo estamos perdiendo en casi todos los eventos internacionales del béisbol, sino que ni siquiera estamos clasificando para los principales campeonatos mundiales de nuestro deporte nacional», sentenció.

Las soluciones oficialistas, como siempre, se quedan en el aire, apuntan a lo que todos ven desde hace años y nadie arregla, mima ni consiente.

Mientras tanto, los jóvenes talentos cada vez esperan menos para escapar de un sistema deportivo y social que no les brinda un futuro. Desde los 13 años escapan de la nada, atreviéndose a lo incierto, porque su país de origen es incapaz de desarrollarlos.

2024 será otro año en blanco para la base del béisbol cubano que se tambalea y tambalea y a nadie parece importarle.

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