Ante la ausencia de espacios seguros de disenso, los jóvenes cubanos han encontrado una salida al control del Gobierno: convertir a los políticos cubanos y sus declaraciones en memes.
Entre los ejemplos más sonoros están los de Miguel Díaz-Canel y «la base de todo», los referentes a algunos tuits de su esposa Lis Cuesta y los avestruces del comandante Guillermo García Frías.
¿Pero qué sucede cuando ocurren eventos inesperados de gran trascendencia política e incluso histórica? ¿También se les hacen memes?
Las protestas de julio de 2021 en la isla marcaron un punto de inflexión en la vida política cubana y, por tanto, en la forma de abordar ciertos mensajes.
La naturaleza de los memes también cambió con el 11J. Junto a una gran variedad de contenidos, los memes permitieron a los internautas expresar su descontento hacia la cúpula del poder y su incapacidad para manejar las crisis, incluida la provocada por la COVID-19.
Bajo esta premisa, me pregunté sobre el papel de los memes durante las protestas del 11J. Estudié la evolución de la producción de memes antes y después del inicio de las manifestaciones. Para ello escogí 111 memes, publicados en Twitter entre el 8 y el 15 de julio de 2021.
Memes como mensaje político
La «memificación» de la cultura —es decir, su evolución, apropiación y recontextualización— no es un fenómeno nuevo. El término nació en los años setenta del siglo XX, cuando al biólogo evolucionista Richard Dawkins se le ocurrió que las mutaciones culturales eran similares a la de los genes. La palabra, que ha sido «memificada» en sí misma, terminó en boca de los usuarios de Internet como un recurso de expresión, opinión y lenguaje típico de las redes sociales.
Según la literatura académica actual, los memes son como pequeñas unidades culturales que los usuarios circulan, transforman e imitan. Las motivaciones para crearlos obedecen a tres lógicas: diversión, evolución cultural y necesidad de expresión política. Con respecto a esta última, los memes sobresalen por su capacidad para transmitir opiniones simplificadas, su poder para construir comunidades digitales y su éxito como contenido lúdico.
Memes y protesta social en Cuba
Varias investigaciones apuntan a los memes como una forma de reaccionar a eventos de gran envergadura, como es el caso de las protestas. Sin embargo, la academia no llega a un consenso sobre el verdadero impacto de las redes sociales en los comportamientos políticos.
En Rusia, por ejemplo, se conoce que los usuarios de redes sociales prefieren expresar sus opiniones en forma de memes en lugar de utilizar argumentos verbales en debates políticos.
Similar realidad ocurrió en Cuba en el contexto del 11J. Con un promedio de 300 a 1 000 «me gusta», los memes tuvieron un alcance mediano en proporción a la relevancia de las protestas. Solo aquellos memes publicados o replicados por personas conocidas e influencers internacionales tuvieron más probabilidades de viralizarse. En su mayoría, los memes contenían imágenes estáticas o textos.
En Twitter se convirtieron en una forma importante de disenso político. Casi la mitad de los memes incluían alguna opinión política explícita con respecto a las protestas o la crisis sanitaria.
Muchos memeros se opusieron a la narrativa oficial para apoyar a otros memeros y a las víctimas, celebrar logros y promover debates en torno a la viabilidad del sistema político.
Los memes fueron una herramienta poderosa para resumir opiniones de los usuarios de Internet y reforzar la comunidad que los compartía, como es el caso de la llamada «Twitter Cuba».
Su éxito radicó en la capacidad para utilizar el humor y la sátira, elementos intrínsecos de la cultura memética, para transmitir mensajes políticos y criticar a las autoridades sin enfrentar directamente la represión gubernamental.
A pesar de lo anterior, los memes enfrentaron desafíos.
Un detalle relevante, en ese sentido, fue la publicación de la mayoría de los memes sobre el 11J desde el extranjero y que muchos no fueron creados por cubanos.
El fenómeno se debe en parte a la presencia fuera de Cuba de celebridades, políticos y activistas de renombre que se hicieron eco de la situación interna del país. Además, el apagón de Internet en Cuba, durante casi una semana, dejó a los usuarios cubanos sin medios para expresarse; lo cual demuestra que el equilibrio de la comunicación cotidiana en línea, a través de los memes, puede ser fácilmente perturbado por factores externos.
Los hallazgos resaltan la necesidad de abogar por un acceso más democrático a la red de redes y brindar a los ciudadanos un mayor control sobre el flujo de información en la isla.
Aunque los memes tuvieron un impacto significativo en la expresión política durante las protestas, no lograron desafiar directamente al poder ni llevaron a cambios institucionales, como ha ocurrido con movimientos políticos como el Occupy Wall Street.
Pero sí desempeñaron un papel vital como forma de protesta por derecho propio. En Twitter, es usual publicar contenido bajo el uso de seudónimos. La plataforma permitió a los cubanos compartir memes de forma segura y estos lograron establecer una visión clara de la opinión popular sobre la clase gobernante y las dinámicas de poder en Cuba.
De manera negativa, los memes contribuyeron a una mayor polarización del discurso político, al resaltar las divisiones entre aquellos que apoyan al Gobierno y los que no; así como entre los grupos de diferentes orientaciones ideológicas.
Los memes suelen trivializar y simplificar en exceso hechos de gran complejidad. No obstante, el fenómeno no es exclusivo de esta forma de expresión, sino que suele ser una característica común a muchos contenidos de redes sociales.
El éxito de algunos memes radicó en el empleo de recursos como el sarcasmo, la ironía y la parodia. Históricamente, el humor ha sido un aliado de la expresión política y ha dominado la forma en que se abordan los memes, de ahí que muchos autores prefieran categorizarlos como un subgénero moderno del humor político. Aun así, una cantidad considerable de los memes sobre el 11J mostraron un tono serio, con mensajes de ira, dolor o decepción.
En conclusión, las redes sociales y los memes son herramientas para fomentar el debate político en momentos de crisis, en especial en sociedades no democráticas.
Los memes agregan nuevas capas de significado a los mensajes políticos y permiten una mayor participación ciudadana. Aunque, tienen limitaciones y no representan una amenaza directa para las autoridades. Sin embargo, su capacidad para reflejar y amplificar las voces disidentes en un contexto de confrontación política es un valioso testimonio de la importancia de la libertad de expresión en línea.
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