El reciente ataque a un hospital en la Franja de Gaza, en el que murieron centenares de enfermos y personal de la salud, se suma a la larga lista de actos de extrema violencia contra civiles en el actual enfrentamiento entre Hamás y las fuerzas militares de Israel. En recientes declaraclaraciones, el primer ministro británico Rishi Sunak anunció que el siniestro fue causado por un misil lanzado desde Gaza. El premier también alertó sobre los efectos negativos que ha tenido en el conflicto el manejo de información errónea. 

Mientras la comunidad internacional condena de forma unánime la violencia; desinformaciones, manipulaciones y noticias falsas han contribuido a aumentar la polarización frente a uno de los conflictos más complejos de la historia. 

Narrativas que alimentan la polarización

Los llamados ciberconflictos han tenido su mayor expresión con la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, el enfrentamiento entre judíos y árabes posee una dimensión simbólica, de máximos éticos y religiosos, que favorece aún más la polarización. elTOQUE realizó un mapeo en redes sociales para detectar algunas de las narrativas que inclinan la balanza hacia uno u otro lado del conflicto, por sobre una comprensión histórica de su desarrollo. 

Hasta hoy, el posicionamiento del Gobierno de Cuba ha sido el de enarbolar la «causa palestina» como única justa. Una posición que comparten varios sectores de las izquierdas euroccidentales. 

La creación del Estado de Israel en 1948 se asocia por los grupos las izquierdas euroccidentales con el colonialismo europeo, ya que los judíos llegaron de Europa buscando refugio tras el Holocausto. No ayuda la implicación histórica de naciones como el Reino Unido y Francia, en la región. El acuerdo de Sykes-Picot (1916) y el Mandato británico de Palestina (1920-1948) influyeron en la configuración de las fronteras y la política en Oriente Medio (al generar tensiones étnicas, religiosas), y a la percepción de Israel como Estado colonizador.

Cuba, Palestina, Israel y Con Filo

¿Cuál es la posición de la Administración de La Habana con respecto al conflicto Israel-Palestina?

Por otra parte, la idea de que el sionismo es una corriente excluyente, racista e imperialista en sí misma, ha llevado a que tradicionalmente estos grupos progresistas se alineen con Palestina. El apoyo no es uniforme. Algunos respaldan la existencia de Israel como Estado y la vía política para el entendimiento entre ambas naciones. Otros, a menudo, justifican el uso de milicias y ataques contra civiles por parte de grupos palestinos.

En el otro lado, se defiende la narrativa que coloca a Israel como «ejemplo de lo que puede lograr un Estado democrático-no musulmán y de ser un contrapeso a las influencias antioccidentales en la región». Esta narrativa se sostiene en parte por el tradicional apoyo de Estados Unidos a Israel en términos de ayuda militar, tecnología y financiamiento.

Sin embargo, la postura parte del supuesto de que las condiciones económicas menos favorables de los países árabes son intrínsecas a sus pueblos, son por elección propia o están de algún modo relacionadas con sus creencias religiosas. Tampoco tiene en cuenta el rol del liderazgo de grupos más o menos extremistas en esos países, que no representan necesariamente a sus pueblos o a su cultura.

El apoyo de Estados Unidos a Israel ha sido, en varias ocasiones, objeto de críticas y debates en la comunidad internacional. Sin embargo, su política no es monolítica y las distintas administraciones han tenido enfoques ligeramente diferentes.

Muy relacionada con esta narrativa, se asocia a Palestina con un Estado que no está dispuesto al diálogo, al avance en un acuerdo común. Sin embargo, ambas naciones han influido en el fracaso de las negociaciones cuando han sucedido intentos de avanzar hacia la paz. 

Otra postura enarbolada en redes sociales asume que Palestina «no quiere que Israel exista» homogeneizando en un supuesto sentimiento nacional a todas las personas y grupos del país. Se contrapone al «derecho a existir» de Israel y por años se ha usado para justificar los ataques de este último.

Las noticias falsas también condicionan

Durante estos días de intenso enfrentamiento se han viralizado noticias que no han podido ser confirmadas y que van encaminadas a generar malestar internacional y posicionamiento público. En nuestra búsqueda de algunos de los bulos más virales pudimos notar que en su mayoría van destinados a demonizar a Hamás y sus ataques iniciales a civiles israelitas.

Probablemente la más difundida sea la del grupo Hamás como responsable de la muerte y decapitación de 40 bebés durante un ataque a una comuna agrícola en Kfar Aza en Israel. La noticia fue amplificada por el presidente norteamericano Joe Biden y luego rectificada por la Casa Blanca, que aseguró en un comunicado que no estaba confirmada. 

Varios medios internacionales también han podido verificar el uso de imágenes de videojuegos de simulación militar para ilustrar noticias falsas. Tal es el caso del supuesto derribo de varios helicópteros israelitas por Hamás, en el que se usa una cinemateca de Arma 3, videojuego militar de origen checo.

También se han usado videos reales en noticias falsas. Al realizarse la búsqueda inversa, un video viral de una chica golpeada y quemada, supuestamente por Hamás, demostró haber ocurrido en Guatemala en 2015. 

De forma semejante se usó una foto que muestra una mezquita quemada y varios soldados rezando tras un supuesto ataque israelí. La foto es real, pero data de 2013 en Omari, Siria.

Conflicto entre Rusia y Ucrania: qué tipos de desinformaciones circulan en América Latina

#UkraineFacts es una base de datos colaborativa que contiene verificaciones a desinformaciones respecto de la guerra en Ucrania que circulan en 35 países. Aquí te contamos un resumen con las más frecuentes.

Otra tendencia importante es atribuir las noticias falsas a medios de comunicación reconocidos, en un intento por legitimar el bulo. Este es el caso de una supuesta noticia emitida por la BBC en la que se explica cómo ocurre una venta de armas entre Hamás y Ucrania.

Los matices de un antiguo conflicto 

El conflicto Israel-Palestina es una larga y compleja disputa arraigada en la región de Oriente Medio. Se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el sionismo y el nacionalismo palestino comenzaron a tomar forma. 

El sionismo, un movimiento que abogaba por el establecimiento de un Estado judío en la considerada «tierra histórica de Israel», ganó impulso con la Declaración Balfour de 1917, en la que Gran Bretaña expresó su apoyo a la creación de un «hogar nacional para el pueblo judío» en Palestina. La declaración suscitó tensiones con la población palestina árabe, que vio la acción como una amenaza a su propio derecho a la autodeterminación.

El conflicto se volvió aún más complejo después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, lo que llevó a un flujo significativo de refugiados judíos a Palestina. En 1947, las Naciones Unidas propusieron un plan de partición que buscaba crear dos Estados independientes, uno judío y otro árabe, en la región. Sin embargo, el plan no prosperó y, un año después, tras la conocida como guerra árabe-israelí, Israel declara la creación de un Estado judío.

Los países árabes respondieron en coalición con intentos de invasión a Israel en dos ocasiones: en la conocida como Guerra de los seis días en 1967 y seis años después en Jom Kipur. De estos enfrentamientos, Israel resulta victorioso, triplicando su territorio inicial con varias zonas ocupadas.

Desde entonces, el conflicto Israel-Palestina ha experimentado numerosos altibajos, incluidos guerras, conflictos fronterizos y treguas intermitentes. Sin embargo, una solución duradera sigue siendo esquiva. La lucha por el territorio, el estatus de Jerusalén, el derecho de retorno de los refugiados palestinos y las preocupaciones de seguridad son temas críticos y pendientes.

La esperada solución también se dificulta pues, en Palestina, existen dos grupos que representan facciones políticas y visiones distintas sobre el conflicto, Hamás y Fatah. Hamás surgió en 1987 con el nombre de Movimiento de Resistencia Islámica. Sus milicias se fundaron en 1991, no reconocen la existencia del Estado de Israel y son considerados un grupo terrorista por las Naciones Unidas, la Unión Europea, Estados Unidos, entre otros países.

Fatah, por otra parte, es el mayor partido político de la autoridad palestina. Su líder, Mahmoud Abbas, es reconocido a nivel internacional como presidente palestino. Fatah reconoce la existencia del Estado de Israel, se define como un partido político secular abierto a negociar y a participar en los foros internacionales.

Los grupos combatieron en 2007 y Fatah quedó con el control de Cisjordania, mientras que Hamás con el de Gaza. Desde entonces, Israel restringió todo movimiento de personas y mercancías en esta última.

El 7 de octubre de 2023, militantes del grupo Hamás atacaron de forma sorpresiva territorio israelí dejando un saldo de más de 1 400 personas fallecidas, en su mayoría civiles. Israel respondió con bombardeos sobre la Franja de Gaza con un recuento de más de 3 000 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de esa zona.

Cuantiosas bajas civiles de ambos lados, extrema violencia, intereses oscuros de expansión territorial y la agudización de la crisis humanitaria en Gaza son el saldo de una historia e identidades en conflicto; pero también de una comunidad internacional que no ha podido/sabido gestionar uno de los conflictos más duraderos y desafiantes del mundo actual.