Lo he dicho varias veces desde que Messi llegó al Inter de Miami, la situación dio un giro brutal. Desde el mismo debut, Leo cambió la dinámica de un equipo que deambulaba sin rumbo ni objetivo dentro del fútbol norteamericano.
Nadie pensó que ese giro tan marcado tuviera un impacto así de contundente en el espíritu y los resultados del conjunto rosa de la ciudad del sol. Los del Tata Martino no saben lo que es la derrota desde el gol de tiro libre frente a Cruz Azul, en el minuto 94, para ganar el primer partido de la Leagues Cup. Lograron clasificar invictos a la ronda de eliminación del torneo y llegaron hasta el final para coronarse campeones.
En cuatro semanas el Inter de Miami logró lo que no hizo en más de cinco temporadas de historia: levantar su primer trofeo y hacerlo de forma invicta. Además, liderados por uno de los mejores jugadores de la historia —prefiero no ser absoluto en estos temas—, que anotó diez goles y dio una asistencia en los siete encuentros de la competición.
Luego llegó la US Open Cup, el torneo copero de Estados Unidos en el que el Inter de Miami estaba en las semifinales. Pero les tocaba un hueso muy duro de roer, Cincinnati, el mejor equipo de todo el país. Además, en casa, donde habían ganado once de los doce juegos que disputaron en el temido TQL Stadium.
Era una eliminatoria muy difícil para Messi y los suyos, de hecho, perdían en el minuto 68 por dos goles a cero y parecía que la racha llegaba a su fin. Lo que sucedió después es de contarlo y no creerlo. En 20 minutos Messi se inventó dos milimétricos balones para Leonardo Campana, que primero descontó y luego empató in extremis para mandar el partido a tiempos extras y ganarlo por penales. Ahora esperan la gran final, planificada para el 27 de septiembre frente a Houston.
Han sido dos finales en un mes, cuando nunca antes estuvieron en ninguna; y podrían ser dos trofeos cuando jamás levantaron uno.
Pero lo más difícil es la gran remontada en la MLS. El Inter de Miami es el último lugar de la Conferencia del Este. En estos momentos, están a 20 puntos del séptimo puesto, que permite la clasificación directa a la postemporada, y a 14 de los dos comodines que se enfrentan para buscar el octavo cupo al play-off. Luce una tarea herculina la de remontar siete posiciones y semejante cantidad de puntos y lo es. Tendrán que ganar —sí o sí— los 12 partidos restantes y esperar por una combinación bastante complicada de resultados ajenos.
La clasificación para la fase decisiva de la liga, que comienza en octubre, está muy complicada y no depende solo de los resultados del Inter de Miami, pero como dice el título de esta columna: para Miami, con Messi, nada parece imposible.
ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.
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Adelsy