Elmer Labañinos Ramos tiene 67 años y se siente desamparado. Internacionalista en Angola, es uno de los miles de ancianos cubanos que no pueden comprar lo más esencial para vivir. 

Según el quinto Informe sobre el estado de los derechos sociales en Cuba, presentado por el Observatorio cubano de derechos humanos (OCDH) en 2022, de los adultos mayores de 60 años encuestados solo el 20% conseguía los medicamentos que necesitaban, más del 60% tenía limitaciones en la compra de los productos básicos, y el 18% vivía en casas con peligro de derrumbe.

Tras el triunfo de la Revolución cubana, el sistema de pensiones de reparto universal, para el sostén de las personas de la tercera edad, se presentó como uno de los logros sociales del proceso de cambio. Cada persona al arribar a la edad de jubilación recibiría una compensación que le debería garantizar su autonomía económica.

Las últimas seis décadas demostraron lo contrario. Hoy los pensionados en Cuba están inmersos en una situación de precariedad y dependencia económica que repercute en temas de salud física y mental, los empuja a la reinserción en el mercado laboral ―formal e informal― y aumenta su vulnerabilidad.

Para fomentar el diálogo sobre el contexto demográfico cubano, la Universidad de Harvard, de Estados Unidos, y la casa de altos estudios Sorbona Nueva, de París, efectuaron el encuentro académico «La crisis social vista por los retos del cuidado y envejecimiento en Cuba». El debate de los investigadores arroja nuevas luces sobre el problema de las pensiones en la nación caribeña.

Una vieja crisis

El demógrafo cubano Sergio Díaz-Briquets, quien se ha desempeñado como consultor independiente en proyectos interdisciplinarios con enfoque en el desarrollo socioeconómico, explicó que el sistema de pensiones de reparto se refiere a un fondo acumulado de pensiones a nivel nacional para el pago de las jubilaciones; el cual actúa como reserva y que es nutrido con los aportes de los actores económicos del país.

Es necesario señalar que, apunta el investigador, en una economía y bienestar social dependientes de asistencia externa como la cubana, dicho sistema está en crisis debido a que el Estado se encuentra «en bancarrota, endeudado, sin reservas públicas o privadas».

Ante la escasez de fondos privados de ahorro, exceptuando la vivienda, muchas personas de la tercera edad deben reincorporarse al empleo formal ―mediante la recontratación― o a actividades económicas informales. En otros casos, las remesas son un ingreso paliativo de la situación, empleado principalmente para necesidades domésticas.

Envejecer en Cuba: ¿a qué costo? (+Narración)

Cuba es uno de los países más envejecidos de América Latina con el 19% de su población por encima de los 60 años. La tendencia al envejecimiento poblacional se comporta de manera acelerada.

En el caso de las pensiones, el demógrafo explicó que, ante la ausencia de fondos de retiros reales, el Estado «recoge el dinero» de las contribuciones por concepto de impuesto, «lo reparte» a los jubilados y, «si es necesario», pone la diferencia.

Para hacer frente a los retos que impone el envejecimiento demográfico, y con ello el aumento de jubilados, el Gobierno ha implementado una serie de medidas. Entre ellas destacan recortar el gasto público y otorgar un rol central a la familia en el cuidado de las personas de la tercera edad.

Sin embargo, Díaz-Briquets cuestiona que los recortes estén asociados a la ausencia de recursos, y considera que la asignación de los fondos responde a una decisión política. Muestra de ello es la ampliación e inversión en infraestructura hotelera para el turismo, la cual no se detuvo ni siquiera durante la pandemia por COVID-19.

Además, Díaz-Briquets explicó que el valor real de las pensiones en 2020 mostraba una caída estrepitosa en comparación con el registrado en 1989. En ello repercuten factores como la multiplicidad de mercados y el creciente déficit en el balance entre gastos e ingresos requeridos para el pago de las pensiones.

«Debido a que las pensiones no se han ajustado a la inflación, su valor real promedio se redujo en un 50 % desde 1989 y no cubre siquiera las necesidades alimenticias básicas, por lo que los jubilados y pensionados se encuentran entre los grupos más pobres de la población», concluye un estudio del economista Carmelo Mesa-Lago publicado en noviembre de 2021 en la revista Foro Cubano de Divulgación.

Reportes recientes en los medios independientes cubanos indican que la subida de los precios de productos de primera necesidad provocaron una devaluación mayor de los ingresos. Según estimaciones publicadas por elTOQUE, las pensiones de los jubilados tienen un valor cuatro veces por debajo del costo de 25 alimentos básicos entre ellos la carne de cerdo, frijoles, leche, huevos, arroz y aceite. 

Según el Ministerio de Finanzas y Precios, al cierre de 2022 habían en Cuba 367 887 beneficiarios de la asistencia social y un millón 821 mil jubilados y pensionados. Aún cuando el monto del ingreso por concepto de retiro puede variar por sector económico, el monto mínimo establecido es de 1 528 pesos. 

La situación se agrava si se toma en cuenta que en unos años se espera un boom de jubilaciones en Cuba, el cual contrasta con el bajo aprovechamiento e incorporación de la fuerza laboral que se ve hoy. Sin contribuciones ni productividad se hará cada vez más difícil garantizar el pago de los jubilados.

Baja participación laboral en Cuba: ¿faltan personas o motivación?

El debate sobre el déficit de personal en los sectores privados y estatal muestra una preocupación en torno a las implicaciones económicas y sociales de no contar con suficiente mano de obra.

No obstante, si bien es cierto que desde el 2000 ha aumentado el total de beneficiarios de la seguridad social, no se observa la misma tendencia en las jubilaciones, según las cifras del Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS). Si está envejeciendo la estructura demográfica del país, ¿por qué disminuye el ingreso por edad al sistema de seguridad social? Algunas posibles respuestas pudieran ser la desvinculación laboral antes de la edad de jubilación y el trabajo informal. 

Al abordar las diferencias en relación al género, Juan Carlos Albizu-Campos Espiñeira, demógrafo y profesor titular del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC) de la Universidad de La Habana, apuntó en el encuentro que entre las personas que se están retirando de forma prematura para ejercer labores de cuidado hay un predominio de mujeres.

«Habrá mujeres que no van a culminar su ciclo de vida económico normal cuando lleguen a la edad de retiro. Además, su posible reincorporación, cuando ya no tuvieran que dedicarse al cuidado, sería menos eficiente porque abandonaron sus carreras en los momentos en que su salario podría alcanzar los niveles superiores y entonces se jubilan en peores condiciones», explica Albizu-Campos.

Posibles alternativas

Según Díaz-Briquets, una alternativa es aumentar la eficiencia en la administración de los sistemas de pensiones, pero no considera que esa sea una virtud o potencialidad del Gobierno cubano. Muestra de ello es «el deterioro en las instalaciones de salud y en la infraestructura sanitaria, la decreciente disponibilidad de personal médico y de apoyo y la migración laboral hacia otros sectores económicos, y al extranjero, la falta de medicamentos y otros insumos básicos en el sector de la salud».

Otros problemas sociales que afectan a la población mayor de 65 años son el alto consumo de sustancias nocivas como el alcohol y el tabaco, la ausencia de dietas balanceadas y ejercicios físicos que garanticen una mejor calidad de vida.

Por otra parte, reducir la dependencia de los adultos mayores a las transferencias públicas es un reto. Las personas de la tercera edad en Cuba no poseen ahorros reales y las medidas implementadas por el Estado para fortalecer el fondo de retiro, como el aumento de la edad de jubilación y las obligaciones tributarias impuestas a los diferentes actores económicos, no tuvieron el retorno esperado. Por lo tanto, no se espera que la jubilación digna sea una posibilidad en el futuro cercano.

Una de las salidas que encontró el Gobierno cubano, amparándose en las tradiciones culturales y filiales de la población, fue delegar la responsabilidad de los cuidados al espacio familiar.

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Este Día Internacional de las Personas Mayores debemos recordar que los efectos de la pandemia, el deterioro significativo en el valor real de las pensiones y de la red de protección social, configuran un presente de crisis con perspectivas de profundización. ¿Qué hacer frente a la evidencia de que cada vez es más difícil la vida cotidiana para los adultos mayores en Cuba?

Díaz-Briquets explicó que existen «pocas alternativas viables a corto y mediano plazos para fortalecer los sistemas de cuidado», por lo que considera que con la llegada del boom de las jubilaciones las necesidades de los adultos mayores serán más apremiantes.

Carmelo Mesa Lago también dijo sentirse pesimista en cuanto al tema de las pensiones en Cuba. Tras cinco décadas estudiando y siguiendo el fenómeno, considera que la reforma laboral implementada en 2009 se «quedó corta», pues con el envejecimiento acelerado de la población se está generando un «problema político tremendo».

Según el académico, las edades de jubilación en Cuba son de las más bajas de América Latina y, dado que el promedio de años vividos después del retiro está entre los más altos de la región, propone que tanto hombres como mujeres trabajen hasta los 65 años y que la edad límite de la población económicamente activa aumente de forma gradual en las próximas dos décadas.

Sin embargo, las propuestas de cambio de la legislación vigente también deberían tener en cuenta las condiciones de vida de los trabajadores cubanos entre ellos el coste y eficiencia del transporte público, los costos de reproducción de la vida ―alimentos, ropa, zapatos, aseo―, las condiciones laborales, comorbilidades; por solo citar algunos de los más apremiantes.

Evidentemente hay una crisis en torno a las pensiones en Cuba. La solución al parecer no se vislumbra sin cambios estructurales. Como expresó Mesa-Lago, no se sabe de «dónde se va a sacar la plata» para pagar la jubilación una vez que el baby boom se convierta en el boom de las jubilaciones.