No me sorprende. Hace mucho tiempo, nada vinculado con el talento de Yuli Gurriel me sorprende.

Con casi 41 años a cuestas, el toletero espirituano hizo el grado con los Padres de San Diego para el equipo al Opening Day de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por sus siglas en inglés) esta semana, contra los Bravos de Atlanta en el Petco Park.

Gurriel tuvo un excelente spring training, con promedio ofensivo de 303 (de 33-10), un jonrón y seis carreras empujadas. Todavía con cuatro décadas, el mediano del clan Gurriel tiene potencial para dejar sentados a jugadores más jóvenes y enlistarse él. ¿Cuántas vidas tiene?

En los entrenamientos de primavera con los Padres estuvo como custodio de la primera almohadilla y en octavo en el line up. En otras ocasiones, fue usado como designado, como bateador diestro saliendo de la banca.

Según el especialista beisbolero Kevin Acee, de The San Diego Union-Tribune, el inicialista cubano ha demostrado que puede jugar y que todavía tiene una buena defensa de la primera base.

¡Al Yuli lo que es del Yuli!

El talento no es cuestión de suerte, se trabaja, se pule y se explota, pero la casta está ahí. Su apellido pesaba en Cuba y en MLB y Yuliesky ha sabido ponerle ribetes dorados.

«Eso es lo que los Padres querían ver, y lo han visto. En toda la organización, quienes dedican horas al día a evaluar estos aspectos afirman que la velocidad del bate es mayor, al igual que sus pies (…), dicen que les ha encantado casi todos sus turnos al bate. Le está pegando fuerte a la pelota», escribió Acee sobre Gurriel.

Mike Shildt —mánager de los Padres— lo confirmó, calificándolo como «la definición de un jugador profesional».

«Yuli llega con la reputación, sin duda, de ser un jugador ganador. Llegó en una forma fantástica, con un movimiento excelente. Está en todo, tiene turnos al bate excelentes y tiene una gran presencia», señaló Shildt.

El presidente de operaciones del béisbol en San Diego, AJ Preller, también se unió al coro que afirma que si Gurriel hubiese llegado antes a MLB, actualmente se estaría hablando de un posible jugador para el Salón de la Fama.

«Es como la realeza del béisbol, con su familia y su historia en el béisbol cubano. Ha sido un talento excepcional en el béisbol, de verdad, durante los últimos 20 años. Y creo que si hubiera llegado a Estados Unidos unos años antes, probablemente estaría en la mira para ser uno de los mejores jugadores de su generación», añadió.

Todos coinciden en que tendrá que demostrar que lo del spring training no fue obra de la casualidad ni de la «buena suerte». En abril, cuando empiecen los «juegos de verdad», se sabrá si la veteranía le pesa o no en el día a día. Pero, a estas alturas, ¿quién duda de que Gurriel sabrá explotar su séptima vida en el mejor béisbol del mundo?

Los Padres contrataron al espirituano en febrero con un acuerdo de ligas menores que le garantizará 1.25 millones de dólares si se estrena en la Gran Carpa. Además, puede ganar hasta 1 millón extra en incentivos según su tiempo de juego.

¡Pongámonos serios! Yuli Gurriel está lejos del retiro en MLB

En abril de 2023, Skip Schumaker, mánager de los Marlins de Miami, apuntó a Yuli Gurriel como una estrella que de haber recalado antes en Grandes Ligas hubiese conseguido lo que muy pocos en ese nivel.

«Si hubiera venido a Estados Unidos de joven, habría sido una superestrella. Aquí fue una estrella. Pero habría sido más grande, sin duda», aseguró su compatriota, el cubano José «Candelita» Iglesias. Otro veterano que también hizo el grado al Opening Day con los Padres.

Gurriel desertó de un equipo Cuba en 2016 y firmó con los Astros, con los que ganó dos Series Mundiales y conquistó un título de bateo. Tenía más de 32 años en ese entonces.

A lo largo de 927 juegos en su carrera profesional en MLB, Gurriel ha registrado un promedio de bateo de .280 y un OPS de .764. Está a solo dos cuadrangulares de alcanzar los 100; y su OPS+ de 107 indica que ha sido un 7 % mejor que el jugador promedio.

Por esa razón, cuando se habla de Yuli Gurriel en el mundo del béisbol, el tono es de respeto y admiración. No puede haber otros calificativos para un extraclase que con casi 41 años todavía tiene gasolina para el máximo nivel de la pelota mundial.

Se dice fácil, pero estamos ante una leyenda viva del béisbol cubano, una leyenda cuyos compatriotas no pueden verle en acción por «traidor a la patria» y porque el régimen no soporta verlo brillar lejos de sus riendas.

Tras su paso por los Astros de Houston, Marlins de Miami y Reales de Kansas City, los Padres serán su cuarto equipo en MLB y, si le tocara una vida extra, seguramente no será el último.

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