La compañía Western Unión es la vía líder en servicios de tramitación y pago de remesas para Cuba. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La compañía Western Unión es la vía líder en servicios de tramitación y pago de remesas para Cuba. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Remesas a Cuba. Mito o realidad, tras la ruta del dinero

25 / julio / 2019

Las remesas son un suceso mundial, que alcanza a varios países. Una buena parte de ellos suelen ser países emisores, a partir de la existencia de una población que ha emigrado[1] hacia escenarios de economía desarrollada. Esa comunidad se ha convertido en emisor de divisas a sus respectivas naciones de origen, por lo general menos desarrolladas.

En reiteradas ocasiones aflora el tema de las remesas enviadas a Cuba, ya sea mediante noticias procedentes, fundamentalmente, del exterior; así como estudios realizados por diversas instituciones e investigadores sobre la economía cubana. En realidad, son pocas o casi nulas las informaciones procedentes de fuentes estadísticas oficiales desde la isla caribeña, como el Banco Central de Cuba y sus respetivas modalidades de banca o la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).

Formas y vías de envío

De acuerdo con determinadas publicaciones foráneas e informaciones internas, existen varias vías o caminos a través de los cuales se puede enviar remesas a Cuba, entre ellas:

  1. Por Western Unión, que permite enviar dinero a cualquier municipio cubano por internet a través de la página web de la compañía o de la aplicación para dispositivos móviles. El destinatario puede recibir el dinero en CUC[2], en más de 420 agencias en todo el país. Es la de mayor representatividad numérica y se considera de más rápido envío por vía oficial. Hasta el presente es la vía líder en servicios de tramitación y pago de remesas para Cuba.
  2. Mediante el correo (Correos de Cuba) y su servicio de giros internacionales, que son pagados en Cuba en pesos convertibles (CUC). Pueden recibirse los giros internacionales en todas las oficinas de correos principales de cada provincia.
  3. Usando transferencia bancaria, la cual requiere que el receptor tenga una cuenta bancaria en CUC. Se considera que es la menos usada.
  4. Existen otras vías de envío, como AIS[3] Remesas Cuba, un servicio en Internet.
  5. CUBAMAX[4].

También existen otras vías no formales.

  1. Existe una vía no oficial o informal mediante el uso de agencias de envío de dinero a Cuba. Son oficinas o locales, con personal y equipados, que radican en ciudades donde se encuentra un número considerable de emigrantes cubanos, quienes acuden a ellas para remesar mediante una operación en USD u otra divisa. Las entregas de dinero (en CUC) y/o bienes se hacen directamente a domicilio en Cuba. Bajo estas condiciones de entrega la divisa extranjera no entra a Cuba. Dichas agencias no tienen representación reconocida en el territorio nacional, de modo que sus operaciones no están autorizadas.
  2. De igual forma, está la variante de personas residentes dentro y fuera de Cuba que hacen entregas en mano cuando viajan. Estas personas son conocidas como “mulas” y la variante incluye a familiares, amigos o personas que van a Cuba específicamente para entregar remesas. A menudo llevan también encargos (bienes en especies, como ropa y medicinas), además de dinero en efectivo.
  3. En menor medida se manifiesta otra vía de ingreso de divisas reales, mediante cubanos residentes en Cuba que obtienen visa temporal y viajan a países como Estados Unidos, Canadá, España, entre otros. En esos países trabajan de manera informal, obtienen ingresos y una parte de esos montos los ingresan directamente al país. Por lo general, suelen ser montos poco significativos. Asociado a este comportamiento se encuentra el de los cubanos que viven en Cuba y tienen otra ciudadanía (además de la cubana), particularmente la española, lo que les facilita viajar a Estados Unidos y otros países, más bien por corto tiempo, y realizar una acción parecida a la de las “mulas”. Además, traen bienes, ya sea por encargo y/o para vender en el mercado informal interno en CUC. De ese modo comienza todo un encadenamiento en el mercado informal para convertir los CUC en divisa (dólares estadounidenses, dólares canadienses, euros) y repetir el ciclo.
Las fuentes y vías de envío de las remesas se han diversificado. Las conocidas “mulas” viajan a la isla específicamente para traer bienes, ya sea por encargo y/o para vender en el mercado informal interno en CUC.  Foto: Jorge Luis Baños_IPS

La procedencia de los envíos de dinero se ha diversificado en los últimos años.

Diversificación de gastos cubiertos por la remesa

No solo remesan dinero a Cuba los familiares residentes permanentes en el extranjero (Estados Unidos, Europa y otras regiones del mundo). En la actualidad, los cubanos residentes en Cuba, pero que laboran en el exterior (colaboradores como deportistas, médicos, constructores, maestros e inclusive amigos, entre otros), envían también remesas a la nación caribeña.

En los últimos cinco u ocho años se ha diversificado también el concepto de gastos a cubrir por la ruta de la remesa, entre ellos: ofertas de recargas de telefonía móvil y para cubrir gastos de cuenta de Internet (email nauta), ambos casos pagados desde el exterior, por medio de acuerdos y convenios establecidos con la empresa telefónica cubana ETECSA. Estos ingresos se efectúan por la vía oficial, forman parte del monto en ingreso líquido en divisa (USD, euro y otras) y se reciben según el convenio oficial establecido entre empresas. De acuerdo al informe del Havana Consulting Group (THCG), con sede en Miami y basado en datos publicados por Etecsa en la Conferencia Internacional de Transferencia de dinero (IMTC) de 2016, esos ingresos ascendieron a 124,8 millones de dólares estadounidenses entre 2014 y 2016.

Jorge
Son diversos los gastos a cubrir con las remesas, que financian desde recargas de telefonía móvil hasta negocios del sector privado. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

En periodos más recientes, con el resurgimiento o creación de espacios en el sector privado y de cooperativas no agropecuarias, han emergido negocios de gastronomía, salones de belleza, servicios de reparación y otros, que por su magnitud y envergadura –en cuanto a equipamiento instalado, tecnologías de punta, insumos y productos de marca–, cuentan con recursos importados, por lo general. Entre otras probabilidades, deben haber recibido financiamiento externo para cubrir esas inversiones. Aunque no se dispone de una fuente documentada que lo avale, se aprecian mercancías y productos que no se encuentran en el país, donde además no se ha establecido un mercado mayorista con estas ofertas de equipamiento, tecnología e insumos de marcas, para que el sector privado acuda a comprarlos.

Partiendo de esta consideración, dicho equipamiento, tecnología  e insumos se han obtenido y pagado en efectivo en el exterior, con una divisa que no entra al país ni forma parte del dinero líquido recibido por la economía cubana. Sin embargo, es muy probable que ello sea considerado o registrado como remesa recibida, por quienes investigan el tema de las remesas en el exterior del país.

Como parte de la diversificación del concepto de gastos cubierto por la remesa se encuentra el financiamiento de vacaciones, e incluso la compra de autos, piezas de repuesto y pago a profesores particulares (repasadores) para el ingreso en la Universidad.

Instituciones y estudiosos del tema de las remesas han asegurado, en varias ocasiones, que uno de los destinos de estas se ha encauzado hacia la compra de viviendas y otros medios duraderos. Sin duda, detrás de esta operación de compra se encuentra un respaldo financiero que puede ser interno, en el país, o foráneo. En el caso de los compradores externos no repatriados y de aquellos extranjeros que no adquieren la nacionalidad cubana, por lo general suelen tener una representación interna que asume la operación y el título de la propiedad del inmueble.

La decisión de venta liberada de viviendas sobre la base del mutuo acuerdo entre vendedor y comprador, dentro de un marco legal establecido (ajustado a tarifas oficiales), constituyó una importante medida como parte del proceso de transformaciones económicas por el cual transita la economía cubana en búsqueda de una alternativa más que contribuya a la solución del complejo problema habitacional del país, en particular en la capital y otras provincias. Sin embargo, en ocasiones, en la relación comprador-vendedor y fuera del marco oficial establecido se llega a acuerdos mutuos sobre cantidades pactadas en beneficio e interés de ambas partes, que no suelen ser declaradas. En la forma en que realmente ello se ha desencadenado, poco ha contribuido a la solución del problema señalado.

Jorge
Estudiosos del tema aseguran que entre los destinos de la remesa figuran la compra de viviendas y otros medios duraderos. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Varios factores y secuencias de hechos ocurridos en el contexto de transformaciones no sistémicas favorecieron la concentración del dinero (CUC y CUP) en determinados estratos de la población, proceso en el cual la brecha de desigualdades se ha estado ampliando. Ello ha motivado que aquellos segmentos con mayor poder económico adquisitivo compren viviendas (convirtiendo el dinero acumulado en bienes que aumentan de valor, a través del tiempo) e inclusive se ha registrado concentración de propiedad de vivienda. Si bien las regulaciones legales establecidas no lo permiten, se realizan declaraciones a nombre de propietarios diferentes, aunque el capital sea de un solo dueño.

Esta situación ha motivado al resurgimiento de una figura desaparecida hace algún tiempo: los “casatenientes”. Estos suelen arrendar los inmuebles a precios elevados (en CUC o CUP) y, por lo general, poseen licencia y pagan sus impuestos a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT).

Lo establecido es que los títulos de propiedad de las viviendas se encuentren a nombre de cubanos residentes en el país y de quienes se repatrian y mantienen la doble nacionalidad.

En los últimos tiempos se está presentando también una tendencia entre los ciudadanos cubanos propietarios de vivienda, quienes ofertan la venta del inmueble y solicitan que el pago se realice en divisa real (USD, euros u otra) fuera de Cuba, de acuerdo con el precio de venta acordado entre ambas partes y que, frecuentemente, suele ser superior al establecido en la tabla de valoración de la Resolución 112/2017. Al solicitar que la divisa sea situada en el exterior, se trata de un dinero que no llega al país.

Toda la tramitación legal de compra-venta se realiza en la oficina notarial municipal, teniendo presente las características de la vivienda, según tabla de valoración en CUP del  Ministerio de Finanzas y Precios[5]. Los pagos  de esa operación se efectúan en pesos (CUP) y, a la vez, el vendedor debe pagar un impuesto del cuatro por ciento por ingresos personales que le reporta la venta y el comprador igualmente paga un impuesto del cuatro por ciento por concepto de traspaso de bienes y herencia, a la ONAT[6].

Monto de las remesas que llegan a Cuba

Diversas instituciones y especialistas que estudian e investigan sobre las remesas poseen distintas opiniones respecto al monto, formas y vías de llegada a Cuba de ese dinero. Ello conduce a trabajar, en no pocas ocasiones, con estimaciones y aproximaciones, ante la ausencia de estadísticas precisas. De ahí las discrepancias existentes en torno a los montos, a partir del uso de diferentes fuentes en sus estimaciones y ante dificultades en la obtención de información, lo que lleva a supuestos asumidos y no siempre claramente articulados[7].

En el artículo “Cuba, Estados Unidos, Ley de Ajuste Cubano, migración”, del periodista cubano Andrés Gómez (residente en Miami) y publicado en 2015 por Cubadebate, este señala que el salario promedio anual para los emigrantes cubanos y sus descendientes mayores de 16 años de edad era de 25.000 dólares estadounidenses en 2012, mayor que el sueldo anual de 21.900 dólares de todos los latinoamericanos emigrados, aunque menor que el sueldo anual promedio de la población estadounidense, que era 30.000 dólares. El porcentaje de los cubanos y sus descendientes que viven en la pobreza es de 20 por ciento, más alto que el nivel de pobreza para la población en general (16 %), pero menos que 25 por ciento de los latinoamericanos en general. El porcentaje de los cubanos y sus descendientes que, mediante hipotecas, son dueños de sus viviendas, es 55 por ciento, menor que el 64 por ciento de la población estadounidense en general, pero mayor que el 45 por ciento de la comunidad latinoamericana emigrada en general.

La remesa trae consigo efectos positivos[8] y negativos a la vez; de ningún modo se pretende un balance entre esos efectos, pero sí que puedan convertirse en un elemento que favorezca y propicie el desarrollo económico de la nación, siempre y cuando el efectivo real ingresado por esta vía se revierta en proporción importante en el desarrollo inversionista económico productivo de la economía cubana, con vistas a lograr un crecimiento económico sostenido y creciente, que proporcione el incremento de la producción material y de servicios, la creación de fuente de empleo y no se destine en su totalidad al consumo y las importaciones de bienes de consumo (es el consumo el principal destino, señala Fresneda)[9].

Sobre este asunto, algunos autores señalan: “El problema es determinar el efecto neto final de las remesas en la economía, y ello depende de cómo se utilizan”[10]. Otros estudiosos manifiestan una interrogante sobre el asunto: ¿“Pueden ser canalizadas las remesas hacia la inversión productiva o, por el contrario, dada su dispersión, terminan estas estimulando las importaciones y la inflación?”, plantea Monreal[11].

Entre lo favorable y desfavorable de la remesa, el punto neurálgico que define la inclinación de la balanza respecto al desarrollo económico se encuentra en su destino y utilización en relación con el efectivo real recibido.

Para expertos, el reto importante está en canalizar las remesas hacia la inversión productiva. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Análisis sobre el monto de las remesas recibidas en Cuba, que citan como fuentes al Fondo Monetario Internacional (FMI), reportan 1.194 millones de dólares estadounidenses entre 2002 y 2003; cifra que Pérez-López y Díaz-Briquets[12] (2005) identifican como la cifra más elevada reportada hasta ese año.

Otras fuentes han considerado que entre 2005 y 2008 no rebasaron los 1.500 millones de dólares estadounidenses[13]. En tanto, no han faltado cuestionamientos a la magnitud de fondos remesados entre quienes consideran que son mayores, como Orozco –miembro de Diálogo Interamericano, un centro de  estudios con sede en Washington[14] –a partir de tener en cuenta  que son utilizadas otras vías no registradas o informales.

El propio investigador consideró, en 2015, que las remesas a Cuba están en el entorno de los 770 millones de dólares; pero esta cantidad, según él, podría duplicarse hasta los 1.400 millones a finales de 2016, debido a la flexibilización de las normas (en referencia a la administración Obama)[15]. Hay autores que no aceptan esos montos y estiman cantidades aun menores. “Los 800 o mil millones de dólares estadounidenses anuales que llegan a Cuba como remesas son de hecho un estimado, que matemática y políticamente son imposibles[16]. No son viables con las características económicas de empleo, ingreso y ahorros que tienen los emigrados cubanos en Estados Unidos, según informa el Censo estadounidense”[17].

Otros estudiosos e investigadores del tema han hecho también sus estimaciones. “En el año 2008 la isla recibió un total aproximado de 3.500 millones de dólares. Alrededor de 1.500 millones en efectivo y unos 2.000 millones en mercancía”[18], La proporción del efectivo es 42,8 por ciento del total recibido, según estimación.

Otra consideración sobre los montos de la remesa la realizó The Havana Consulting Group (THCG) y se refiere a la evolución de los envíos de remesas a Cuba, entre 2000 y 2016.

Otros estudiosos sobre la economía cubana han abordado el tema de las remesas a Cuba y realizado estimaciones anuales, conjugando varias fuentes, las cuales se aprecian en el siguiente infográfico:

Las estimaciones de remesas en efectivo anteriormente expuestas y elaboradas por diversas fuentes agrupan todas las vías de llegada consideradas. En realidad, son diversas las estimaciones y puntos de vista en cuanto a cantidad y fuentes o maneras de envío de remesas, así como su composición en efectivo y/o productos recibidos.

De acuerdo con los autores antes referidos (Morales, E.[19], Havana Consulting Grup, en el periodo 2012-2016 y Sindo, M.[20]), el monto en efectivo remesado se mueve en los rangos de 1.500-3.444,7 y 3.600 millones de dólares estadounidense, según sus respectivas estimaciones. Es de considerar que los totales estimados comprenden todas las posibles vías ingresos –formales e informales–, incluyendo aquellas en que el efectivo de divisa real no entra al país.

Población emigrada 

Hay variadas referencias a la cantidad de población cubana que ha emigrado desde 1959 hasta 2017, fecha más reciente con datos y estadísticas publicadas por diferentes fuentes.

Se plantea que casi dos millones de cubanos viven en el exterior[21]; otra consideración es que “la población de origen cubano emigrada a países extranjeros sobrepasa los dos millones de habitantes”[22]. Investigaciones realizadas por el Centro de Estudios de Migraciones Internacionales de la Universidad de La Habana señalan: entre 1959 y 1999 habían emigrado por todas las vías posibles, hacia diferentes lugares del mundo, más de un millón 79.000 personas[23], mientas el Anuario Demográfico de Cuba registró entre 1966 y 2017 que el saldo migratorio externo era de un millón 350.877 personas, de acuerdo con datos de la ONEI de 2018. Estas dos últimas referencias facilitan calcular que la población cubana emigrada desde 1959 hasta 2017 sería de un millón 642.341 personas.

Los últimos datos publicados por Naciones Unidas en 2017 registran un millón 558.312 emigrantes y señalan que la emigración de Cuba se ha dirigido especialmente a Estados Unidos (un millón 251.037, que representa 80,3 %), seguido de lejos por España (8,58 %) e Italia (2,21 %).

Los últimos datos publicados por Naciones Unidas en 2017 registran un millón 558.312 emigrantes y señalan que la emigración de Cuba se ha dirigido especialmente a Estados Unidos

Una encuesta de 2016 arrojó que 32 por ciento de los cubanos y cubanas residentes en Cuba reciben algún tipo de ayuda de familiares o amigos emigrados.Foto: Jorge Luis Baños_IPS

El Buró del Censo de Estados Unidos, de acuerdo con los resultados de los más recientes estudios, registró que en ese país viven dos millones[24] de cubanos.

En encuesta realizada por el Centro de Estudios de la Población de la ONEI en 2016[25], 38 por ciento de la población cubana tenía familiares viviendo en el exterior de manera temporal o permanente y la mayor proporción se encuentra en La Habana. De forma permanente o temporal, 77 por ciento de las personas emigradas envía algún tipo de ayuda a sus familias y amistades en Cuba.

La propia encuesta registra que 32 por ciento de los cubanos que viven en la nación caribeña, con vínculos familiares o de otro tipo con los emigrados en el exterior, reciben actualmente ayuda. Se trata, fundamentalmente, de envío de medicamentos o dinero e, incluso, la acogida de familiares por cierto tiempo para su cuidado, como nietos u otros parientes. De igual forma, ratifica que el principal incentivo de las migraciones hacia el exterior es la mejora económica, principalmente entre los hombres.

Remesas en especies

Como parte de la remesa que se envía y recibe, están las especies o mercancías. Todo parece indicar que se registran dos grandes  caminos de envió de paquetería. Una de ellos es por medio de canales empresariales, (comunicación online), mediante operaciones entre cadenas de empresas mayoristas o minoristas en el exterior, con similares empresas o entidades nacionales radicadas en Cuba, para el envío de paquetería (alimentos, electrodomésticos, detergente y jabones, envíos de bufets, flores, cake y otras variantes). Es decir, se establece un encadenamiento entre el exterior y el interior, mediante entidades o cadenas oficiales establecidas en el país.

La otra vía es mediante entidades radicadas en Cuba, sin estatus claro por su forma de operar y el servicio de mensajería que presta. Todo parece indicar que, de igual forma, se realiza la solicitud  del pedido por los emisores desde el exterior, también on line.

Respecto al primer camino o vía de envíos, en internet existe un sitio conocido como envíoscuba.ca ([email protected]) que, en cierta medida, representa o agrupa a varias entidades nacionales (Cubapack, La Puntilla, supermercado 3ra y 70, Carlos III, todas en La Habana). También funciona en el interior del país (Guamá en Pinar del Rio, Variedades Riveras y Variedades Siboney en Villa Clara, La Época en Las Tunas, Luz de Yara y El Encanto en Holguín, Todo en Uno Varadero y Atenas de Cuba en Matanzas, Plaza de Marte en Santiago de Cuba y otras). Es decir, envioscuba.ca tiene representación en todas las provincias cubanas y en alguna de ellas cuenta con más de dos entidades a las cuales se puede enviar remesas en especies.

Hasta el presente no existe información abierta de la magnitud de sus operaciones y comportamiento. No se visualiza un sistema de mensajería ampliamente establecido; por lo general, los receptores en Cuba acuden a las entidades a recoger los envíos.

Esta vía tiene, sin duda, un reconocimiento oficial empresarial registrado nacionalmente y se encuentra encadenada, como anteriormente se ha señalado, con los emisores (empresas o cadenas) desde el exterior. Se manifiesta que algunas mercancías –posiblemente las no disponibles en territorio nacional o con precios elevados en el mercado interno– son adquiridas y enviadas desde el exterior, por lo que la parte de gasto de la operación que corresponde a la compra del producto enviado se queda como ingreso en el exterior y en esta operación solo ingresa efectivo al país por el servicio. Sería conveniente valorar que, manteniendo e inclusive ampliando el encadenamiento con las cadenas externas, pero bajo otra modalidad, el producto pueda adquirirse en el territorio nacional y así reportar más ingresos en divisas para la economía cubana.

Sobre la segunda vía señalada, es probable que esté integrada por varios representantes en el exterior. Es posible que su conexión o vínculo con el interior del país no se encuentre totalmente oficializado con una empresa o varias que operen en territorio nacional, hipótesis que se sustenta en la experiencia de sus receptores y por la forma de llegada y “mensajería” de acceso a los productos, carentes de marcas, sobre todo los cárnicos, embutidos y quesos que suelen ser de producción nacional y, por lo general, carecen de calidad, sello de garantía, sanidad y procedencia. Ello impide identificar la trazabilidad del producto, su fecha de elaboración y caducidad. En esta forma de mensajería lo reiterado es que una persona natural, mediante transporte privado (motocicletas, auto) realice la entrega del envío previa identificación de la persona receptora a quien está destinada.

También por esta vía se reciben productos que normalmente circulan en la red de tiendas en CUC y/o pesos cubanos (CUP) en el territorio nacional, tales como botellas de aceite, pollo entero o troceado, puré de tomate y otros. Además, estos sitios en internet ofertan combinaciones, a manera de paquetes o “combos” (arroz, frijol negro y bistec de carne bovina y cerdo; pollo y otros productos como aceite, pechuga de pollo y huevos).

Esta segunda vía se inicia a partir del pedido online del emisor de la remesa en especies y se paga en divisa real en el exterior. De acuerdo con el procedimiento y recorrido señalado, lo probable es que la divisa real no ingrese a la economía nacional (hasta aquí se identifican cuatro vías de no ingreso de la divisa real al país).

No todo lo que se reporta como remesa es totalmente utilizable en el desarrollo económico, por cuanto una parte importante es destinada al consumo y a cubrir necesidades insatisfechas. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Breve recuento

Lo abordado hasta aquí puede resumirse así:

  • Las remesas se manifiestan como fenómeno mundial y abarcan varios países: de un lado, los países subdesarrollados cuya población emigra hacia otros países de economía desarrollada. Estos emigrantes por lo general se convierten en emisores  de divisas a sus respectivos países de origen.
  • La información estadística oficial abierta sobre remesas enviadas a Cuba es poca o casi ninguna desde la nación caribeña.
  • En los últimos años se han ido diversificando las fuentes o vías de envío de las remesas a Cuba, bajo diferentes modalidades, incluyendo las que realmente propician el ingreso real de la divisa en efectivo y las que no lo propician.
  • Ello motiva a considerar que solo la divisa real ingresada en efectivo a la economía nacional puede contribuir al desarrollo económico de la nación. Sin embargo, se requiere un procedimiento para recolectar y encauzarla hacia dicho objetivo.
  • Los gastos cubiertos por la remesa también se han diversificado.
  • Existen diversas opiniones respecto al monto, formas y vías de la llegada de remesas a Cuba, lo cual conduce a estimaciones y aproximaciones, a veces discrepantes, a falta de estadísticas precisas y ante las dificultades para obtener información más precisa.
  • Las remesas traen consigo aspectos positivos y negativos. El punto neurálgico que define la inclinación de la balanza entre lo favorable y desfavorable de la remesa se encuentra en su destino, utilización y qué parte realmente del monto total puede destinarse al desarrollo económico.
  • Sin duda, la cantidad de población emigrada constituye un elemento a tener presente y condición necesaria, pero no suficiente, para determinar la magnitud de la remesa.
  • Respecto al número de cubanos emigrados, también hay diversidad de criterios en dependencia de las fuentes. Otra variable a tener presente son los niveles de ingreso de la comunidad cubana en el exterior y en qué proporción forma parte de la franja de pobreza en el país donde reside, por cuanto su posición económica determinará también la frecuencia y cantidad de los envíos.
  • Como parte de la remesa total enviada y recibida, se contempla tanto el dinero en efectivo que viaja por diversas vías, como los envíos en especies. Estos últimos no se manifiestan en su totalidad como ingreso efectivo líquido, en dependencia de la forma y vía que se utilice.
  • De lo anterior se deduce que no todo lo que se reporta como remesa es totalmente utilizable en el desarrollo económico, por cuanto una parte importante es destinada al consumo y a cubrir necesidades insatisfechas.

Valoración y propuestas

De acuerdo con el recorrido y valoración realizada, resulta probable suponer que la llegada de remesas en efectivo (divisa real) por vías oficiales (Western Union, transferencias bancarias resultado de acuerdos entre cadenas o empresas foráneas y nacionales, telecomunicaciones, vías bancarias) se presenta como una fuente de ingresos que puede ser utilizada en el desarrollo económico del país.

A lo anterior se puede añadir los ingresos que logran generar los envíos de remesas en especies, según acuerdos previos entre cadenas y empresas externas y nacionales (de los ingresos compartidos, la proporción que corresponde a la parte nacional).

Todo parece indicar que el mayor monto en efectivo recibido en el país proviene de la Western Union, empresa receptora y tramitadora en el exterior que se sitúa como líder en el procedimiento de remesas y posee más de 420 instalaciones para la entrega de efectivo, a lo largo de todo el país.

Es indiscutible que el monto en efectivo desempeña un rol importante para cualquier acción económica, más cuando se trata de actividades que pueden vincularse con el desarrollo económico de un país. No obstante, resulta en extremo complejo llegar a un rango de lo que realmente entra al país en efectivo utilizable. Según se ha podido apreciar, los montos planteados se basan en estimaciones y por distintos supuestos asumidos, no siempre claramente articulados[26].

Una consideración similar plantea el reportaje de NBC “¿Cuánto aportan las remesas desde el exterior a la economía cubana?”, publicado en julio de 2015 en www.cubared.com: “Calcular el monto total de las remesas es complicado por la diversidad de procedimientos utilizados para el envío y que no quedan reflejados en las estadísticas”.

En los últimos años ha aumentado la frecuencia de envío de dinero a Cuba desde Estados Unidos, Europa y América Latina, pero los montos se han mantenido estables[27].

Retomando las cuantías de las remesas y con el propósito de agrupar sus diversas fuentes, de forma cronológica, –algunas ya tratadas y otras adicionadas–, existen varias estimaciones sobre las remesas en efectivo. Las fuentes resumidas sitúan las remesas en: 800 millones de dólares estadounidenses[28] (CEPAL 1996), en tanto otras estimaciones han planteado de forma cautelosa un monto de 500 millones de dólares estadounidenses[29]. El Fondo Monetario Internacional reporta 1.194 millones entre 2002 y 2003; entre 2005 y 2008 no rebasaron los 1.500 millones de dólares estadounidenses[30] y otros autores estiman  unos 770 millones, los cuales pudieran haberse duplicado en 2016, procedentes de Estados Unidos[31]. El Departamento de Estado del país norteño supone que cada año se envían a Cuba entre 1.400 y 2.000 millones de dólares, publicó NBC en 2015; mientras, otros investigadores calculan 3.050 millones como promedio anual entre 2012 y 2016[32] (ver infográfico 1) y más de 2.519 millones como promedio anual entre 2008 y 2016 (Havana Consulting Group –THCG–, ver infográfico 2). Sin duda, hay un amplio diapasón y disparidad en las estimaciones.

Se reitera que no todas estas estimaciones quedan totalmente registradas en las estadísticas; por otro lado, no se señalan fuentes de envío, lo cual da lugar a interpretar que pueden incluir las cuatro vías antes señaladas como de no ingreso real de la divisa al país antes señaladas.

Hasta el presente no se localiza información estadística pública sobre la cuantía que llega al país mediante la agencia Western Union. Foto: Jorge Luis Baños_IPS

Es indiscutible que la divisa entra en efectivo al país por vía de la remesa, con la Western Union como vía fundamental y, es de suponer, con el mayor monto. Pero hasta el presente no se localiza información estadística pública sobre la cuantía que llega al país mediante esa agencia. A lo anterior se suman las operaciones bancarias entre empresas, que también  se traduce en ingresos para la economía cubana.

El monto o cuantía del efectivo que realmente llega a Cuba es una incógnita. Considerar posibles escenarios respecto a la cuantía de la remesa en efectivo anual, planteado por varios estudiosos del tema, lleva a un monto que va de 500 a 2.500 millones de dólares estadounidenses, o algo más. Pero ello significaría incurrir en estimaciones y cálculos indebidamente fundamentados.

Las medidas restrictivas aplicadas por la actual administración estadounidense de Donald Trump (2019), sobre el envío de remesas a Cuba de solo mil dólares estadounidenses cada tres meses, conlleva una reducción del monto total, cualquiera que sea la magnitud de la remesa.

Sin duda, la cuantía o monto desempeña un papel importante, tanto para el destino de consumo, como para las inversiones y el crecimiento económico. En el caso de la economía cubana, las remesas recibidas en efectivo suele tener como destino  fundamental el consumo. Ello plantea un reto importante, según algunos autores, como Monreal[33]: ¿pueden ser canalizadas las remesas hacia la inversión productiva…?

Encauzar la remesa como efectivo real al desarrollo económico 

Teniendo presente  que el destino fundamental de la remesa en efectivo y otras vías por los cuales este ingreso se destina al consumo por parte de sus receptores, la economía cubana tiene que disponer de  una parte significativa del efectivo recibido para mantener una oferta y cubrir el consumo. Hasta el presente ello ocurre, esencialmente, por la vía de las importaciones, en un proceso que se repite anualmente, lo que resta una cuantía importante del efectivo que puede ser destinado a la inversión; es decir, al crecimiento económico del país.

Como parte del proceso de apertura por el cual transita la economía cubana, se requiere de pasos novedosos. A tal efecto, sería conveniente sugerir la convocatoria a diversas cadenas foráneas, ya sea: Walmart, Publix, El Corte Inglés, cadenas Corea del Sur, japonesas, europeas, mexicanas, panameñas, chinas, rusas…, en fin, todas las que estén

interesadas en participar de forma activa en el mercado cubano, a encadenarse con la economía interna desde dentro, incluyendo hasta las cadenas globales de valor integradas por muchas de ellas.

Estas cadenas traerían los productos o mercancías en consignación, se venderían de mutuo acuerdo y de forma conjunta con la parte nacional. El pago por parte de los consumidores se efectuaría por medio de una tarjeta electrónica habilitada al efecto en divisa real (dólares, euro, yen y otras), o en efectivo de divisa real directa durante el acto de compra. Esto permitiría disponer de una vía de retorno inmediata de la divisa, para cubrir gastos, por la compra de mercancías, otros gastos a la cadena foránea y la proporción que le correspondería a la parte nacional, según acuerdo entre ambas.

La economía nacional no tendría que destinar divisas a la adquisición de los productos y mercancías, por cuanto la asumirían las cadenas foráneas. Es decir, no se registraría un desembolso en divisa de inicio, ni en la continuidad del ciclo, por la parte nacional. Se lograría canalizar los ingresos por remesas y otras vías de entrada directa del efectivo al país, una vez deducidos los compromisos. Se disminuiría el costo y los precios minoristas no tendrían el recargo o porcentaje de incremento que actualmente se aplica por las cadenas TRD, Cimex u otras.

El ciclo se repetiría y no implicaría destinar montos en divisas por la parte nacional a la importación de productos y mercancías, que sería asumida por las cadenas foráneas, las cuales recibirían el retorno en divisa en función de las ventas. Lo anterior posibilitaría canalizar y encauzar los ingresos reales en efectivo, recibidos por las remesas y otras vías, en el desarrollo económico del país. (2019)

BIBLIOGRAFÍA

Anuario Estadístico de Cuba, ONEI 2018.

Anuario demográfico de Cuba, ONEI  2017.

The Havana Consulting Group (THCG) “The importance of remittances in the Cuban economy”,26 August, 2018.

Revista Temas cultura e ideología 2001.

Notas:

[1] Entre las causas fundamentales de la migración están las económicas, aunque también contribuyen a ese proceso varios factores y causas políticas.

[2] En Cuba circulan dos tipos de monedas, la convertible (CUC) y el peso cubano (CUP). De acuerdo con la doble circulación monetaria y las tasas de cambio vigentes, un peso cubano convertible (CUC) equivale a un dólar y a 24 pesos cubanos (CUP).

[3] Los beneficiarios de las remesas obtendrán una tarjeta de débito AIS (Seguridad de Información Avanzada), la cual les permitirá hacer uso de la red de aceptación de tarjetas que cubre todo el país, con Terminales de Punto de Venta y Cajeros Automáticos. Por lo general, sus tasas suelen ser elevadas, por lo que hay quien prefiere realizar el envío de la remesa mediante otra vía.

[4] Es un portal principalmente útil para los cubanos que viven en Estados Unidos, que usan el USD como forma de pago y tiene sus oficinas en Florida. Tiene relación directa con Fincimex SA (financiera CIMEX), en La Habana y se especializa en transferencias de dinero para Cuba. Dispone de oficina en 15 provincias cubanas y opera con tarjetas Oceancard.

[5] Resolucion112/2017 Misterio Finanza y Precio GOC-2917-349-Ex16

[6] Ley Tributaria  No. 113 Gaceta Oficial no. 053

[7] Monreal, P.: “Las remesas familiares en la economía cubana”, en Gabbert et al. (ed.): Lateinamerika Analysen und Berichte 23—Migrationen, Bad Honnef, Alemania: Horlemann, 1999.

[8] Es reconocido que el envío de remesas a los receptores ha contribuido a elevar sus niveles de ingresos y el acceso a bienes de consumo: alimentos y otros artículos duraderos.

[9] Fresneda, E.: “Vivir con lo que me mandan. Las remesas y su impronta en la familia cubana”, CLACSO 2006.

[10] Puerta, R.: “Lecciones para Cuba sobre las remesas”, Cuba in Transition, ASCE, 2008.

[11] Monreal, P.: ob. cit.

[12] Jorge Pérez-López y Sergio Díaz-Briquets. “Remittancesto Cuba: A Survey of Methods and Estimates,” en Cuba in Transition. Association for the Study of the Cuban Economy/ASCE. Tomo 15. Washington D.C. 2005. pp. 396–409.

[13] Ibídem.

[14] Orozco, M.: “Las remesas enviadas a Cuba desde EE.UU. podrían doblarse gracias a la apertura de administración Obama”, informe, Centro de Estudios Diálogo Interamericano”, Washington, 2015.

[15] Las remesas enviadas a Cuba desde EE.UU. podrían doblarse gracias a la apertura, EFE, Washington, 24 feb. 2015, un informe presentado por el centro de estudios Diálogo Interamericano.

[16] De acuerdo con estudios y comparaciones realizadas, mientras que los emigrantes latinoamericanos (excepto los cubanos) en EE.UU. envían mensualmente entre 200 y 300 dólares a sus familiares, en el caso de los cubanos esa cantidad fluctúa entre 50 y 100 por envío, y no por mes, sino cada dos o tres meses.

[17] Betancourt E.: “Cuba’s Balance of Payments Gap, the Remittances Scam, Drug Trafficking and Money Laundering,” en Cuba in Transition. Tomo 10. Asociación para el Estudio de la Economía Cubana (ASCE). Washington, D.C, 2000. pp. 149–161.

[18] Morales, E: “Envíos de remesas a Cuba: desarrollo, evolución e impacto, Cuba in Transition, ASCE, 2010.

[19] Idem.

[20] Sindo, M.: Flujo efectivo y Balanza de Flujo Corriente, 2017.

[21] Morales, E.: ob. cit.

[22] Puerta, R.: ob.cit.

[23] Aja, A.: “La emigración cubana entre dos siglos”, en Revista Temas, No. 26, pp.: 60-70, La Habana, julio-septiembre de 2011.

[24] El Buró del Censo de Estados Unidos considera cubanos no solo aquellos nacidos en Cuba, sino también a sus descendientes. De los dos millones registrados, 1.1 millón (57 %) son nacidos en Cuba y 851.000 en Estados Unidos. Según estos estudios, 47 por ciento de los nacidos en Cuba han vivido en los EE.UU. por más de 20 años y 59 por ciento son ciudadanos de Estados Unidos. Andrés Gómez, director de la Revista Areito. Publicado por Cubadebate, 2015.

[25] Datos tomados de una entrevista de la ACN a María del Carmen Franco Suárez, subdirectora del Centro Estudios de Población de la ONEI.

[26] Monreal, P.: ob. cit.

[27] Orozco, M. y Hansing, K.: “Remesas: presente y futuro de la empresa en Cuba”, en revista católica Palabra Nueva, 2018 link: https://www.islalocal.com/remesas-del-exterior-son-decisivas-para-iniciar-y-mantener-los-negocios-privados-en-cuba/. Articulo consultado en marzo 2019.

[28] Datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, 1996, tomados de Monreal, P.: ob. cit.

[29] Monreal, P.: ob. cit.

[30] Jorge Pérez-López y Sergio Díaz-Briquets: ob. cit.

[31] Orozco M 2015: ob. cit.

[32] Michiro, S.: Comparison of remittance with main sector of the Cuban Economy 2017.

[33] Monreal, P.: ob. cit.

 

Este texto fue publicado originalmente en IPS Cuba.  Se reproduce íntegramente en elToque con la intención de ofrecer contenidos e ideas variadas y desde diferentes perspectivas a nuestras audiencias. Lo que aquí se reproduce no es necesariamente la postura editorial de nuestro medio.

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