Mandy bromea diciendo que una noche de estas lo van a desmembrar, que continuamente el público le reclama y él no sabe qué decir. Quizás por eso en su defensa diariamente recita un par de líneas durante su presentación a través de los altavoces.
“No me pidan reggaetón. No puedo poner ni un tema. No es culpa mía. Me lo prohibieron”, explica en ráfaga bajo el flasheo incesante de las diminutas luces de colores.
En cada presentación las personas se le acercan, le preguntan, y por supuesto, se quejan. “Si ellos pagan, ¿por qué no pueden oír lo que quieren?”, se pregunta él mismo. Pero Mandy no tiene explicaciones lógicas, nadie se las ha dado. Solo le dijeron que no se puede, y punto.
Mandy comenzó a trabajar como DJ desde los 18 años y ha transitado por diferentes discotecas de La Habana, hasta que en el año 2000 comenzó en la Casa de la Música de Miramar, y hoy es su DJ principal. Durante esta etapa asegura siempre haber sido muy cuidadoso en la selección de los temas y videos que comparte en las matinés.
“Todo lo que pongo pasó antes por mis ojos y oídos. Si hay una letra ofensiva, vulgar o un audiovisual que sea denigrante, aquí no se proyecta. El respeto es lo primero. Nadie puede decirme que promocionamos la vulgaridad. Además como nuestro perfil en el centro es la música bailable cubana, la salsa, compartíamos muy pocos temas de otro género. Y lo hacíamos precisamente porque la gente lo pedía. En todos lados se oye reggaetón. No podemos vivir ajenos al mundo o fingir que no existe.
“Hay artistas que están haciendo un buen trabajo y hasta ganando reconocimientos fuera de Cuba. Entonces por qué tenemos que omitirlos si tienen su casa discográfica, brindan conciertos, le dan espacio en la radio. Es algo que no se entiende.”
– ¿Con qué argumentos te informaron la prohibición?
-¿Argumentos? Ninguno, ni normativas, ni explicaciones. No sabemos por qué, sólo que se decidió “arriba”.
-¿La prohibición abarca todo el género o algunos intérpretes?
-Todos. Ni Gente de Zona puede oírse aquí, a pesar de todos sus éxitos internacionales o sus featuring con artistas del mundo entero. Ni La Macarena puedo poner.
-Hay temas urbanos que los músicos le han hecho versiones en salsa. ¿Qué pasa con esos?
-Eso mismo pregunté yo. Y tampoco. “Nada que cante un reguetonero”, fue la respuesta. Entonces parece que la ofensiva no es solo contra el género, sino contra los intérpretes.
“El reggaetón es también música cubana y mueve masas. Debería respetarse el gusto de cada persona y no imponer lo que deben oír. En lo personal no tengo nada en contra del género, al contrario, pero debo cuidar tres niñas y mantener este trabajo. Si me dicen que está prohibido, yo acato, aunque me quiera desmembrar el público cada noche.”
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comentarios
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amanda
Yoe
David
rafa
Alberto
lulo
En cuanto a la pregunta del DJ de por qué si ellos pagan no pueden oir lo que quieren, la respuesta es la misma y evidente que se le daría a alguien que quiere pasearse encueros por un hotel solo por el hecho de haber pagado. “No señor, vayasé a otro hotel, este no es el sitio”. De lo contrario tendríamos ahorita que aceptar las drogas y la prostitución también solo pq los que pagan deciden lo que tendrán en un establecimiento cualquiera.
No estoy en contra del reguetón (bueno sí, un poco, pero no para hacerle una cruzada) pero sí estoy a favor de ir limpiando y diferenciando espacios. Gracoias por el post de todas formas, fue buena la información.
abel prieto
Silvano
mayito
Rafael