Última presentación del Guiñol de Remedios en su sede, días antes del paso de Irma. Foto del autor.
El Guiñol de Remedios quiere salir del desastre
25 / septiembre / 2017
Maltiempo se llama a ratos Jorge Luis Rojas, esos ratos en que debe dejar a un lado la jarana de su mítico personaje teatral y asume el papel de Director del Guiñol de Remedios. El sobrenombre proviene de las obras escritas por el fundador de la institución y líder ya fallecido, el dramaturgo Fidel Galván Ramírez. Pero es un nombre que se escucha rara vez, “sólo cuando hablo con los superiores del Ministerio de Cultura o de Artes Escénicas”, aclara Jorge. Maltiempo insiste en ponerle buena cara al más reciente desastre que asoló Remedios, la octava villa fundada en Cuba, cuyos efectos en la nave del teatro fueron terribles.
Según el director-personaje, aunque han contado con el apoyo y la comprensión de las autoridades, hay arreglos pendientes desde el año 1985 y que ahora se agravan, con la pérdida de la cubierta. “Además de no tener techo, el escenario está carcomido por el comején, no tenemos audio, ni luces, desapareció casi todo el aforamiento, por lo que no estamos en condiciones de brindar servicios y, por primera vez en cincuenta años de historia, se detiene nuestro plan de montaje de obras”.
No obstante, las presentaciones del grupo en exteriores han seguido, en medio de solares, de parques. Incluso, van adonde se encuentran albergados los que perdieron sus casas, porque “para ellos el Guiñol es una desconexión de los problemas que tienen encima, allí te das cuenta de lo indispensable que resulta la cultura”, dice Jorge. Los actores llevan las obras que ya tienen memorizadas, pero al perder el local de ensayos no pueden reestrenar otras, como “El viaje de Tin”, una pieza maestra de Fidel Galván que obtuviera múltiples premios nacionales e internacionales.
“Nuestro repertorio es único, porque el Maestro Galván era un trabajador indetenible, siempre con su caballo de batalla, una máquina de escribir antigua de donde salieron obras donde se abordan diversos aspectos de la vida”, Jorge habla de este legado con orgullo y asegura que el grupo nunca cambiará ni un ápice el sello que los distingue a todo lo largo de la Isla, pues los conocen lo mismo en los Festivales de Teatro de Camagüey que en la Sierra Maestra. “Hasta los lugares más intrincados de Cuba fuimos, en unas giras que dábamos en bicicleta, eso era en nuestra juventud, claro”.
El Guiñol de Remedios surgió primero como un grupo aficionado, pero a fuerza de trabajo y de premios, llegaron a ser reconocidos por la Unión Internacional de Marionetistas (UNIMA) como un patrimonio del teatro para niños. “Fidel Galván eligió el nombre del conjunto, Rabindranath Tagore, pues era un admirador del poeta indio, las autoridades no estuvieron de acuerdo y él debió decirles que en realidad se trataba del jefe de las guerrillas en la India, y así sí lo aceptaron.”
Al hacer esta historia Jorge se transforma en Maltiempo y no sé si ríe o se le aguan los ojos, “el Maestro nos enseñó a trabajar, hizo una escuela de actuación, varios de nuestros compañeros obtuvieron premios como el Caricato”. Ahora se prepara una antología con todas las obras del grupo, que debe publicar la Editorial Gente Nueva de La Habana, pero mientras llegan los libros, los integrantes del Guiñol se afanan en salir adelante.
Desde España los sigue quien hasta hace unos meses estuvo al frente del conjunto: Miki Galván, hijo del fallecido fundador. “Estuve cuatro años en Cuba luego de fallecer mi padre, trabajé más que nunca, aprendí que la burocracia se vence con moral y esfuerzo, hicimos televisión, montajes atrevidos, estrenos, anunciamos que el Guiñol estaba vivo y cumplía 49 años.” Pero decidió no seguir en Remedios, aunque eso para él no implique dejar a los teatristas. “Le prometí a mi viejo estar junto al grupo y por eso, a pesar de la distancia, les monto la música y se las envío. Ahora he vuelto al extranjero, pero sueño cada día con Remedios”.
El huracán dañó casi todo el patrimonio de este pueblo en el norte de Villa Clara, no obstante, la única institución que casi de inmediato recibió apoyo fue el Guiñol. “Cuando la gente vio las fotos que puse en Facebook, comenzaron a escribirme, no sólo remedianos y cubanos, sino personas de todas partes, ya contabilizo 3 500 personas sensibilizadas con eso”, asegura Miki. Desde Islas Canarias gestiona una ayuda material cuantiosa a través del Pierre-Alain Rolle, de la UNIMA, con eso y el apoyo de la estructura estatal de las Artes Escénicas, se espera la reapertura muy pronto.
Maltiempo, mientras tanto, desde su luneta desvencijada, habla de proyectos, de crear nuevos títeres, quiere informarse a través de internet (ahora que hay wifi) de las técnicas más avanzadas en la manipulación de los muñecos. Por eso se ríe y le augura tiempos mejores al Guiñol. “Otra batalla que estamos dando es la de cambiarle el nombre a la sede y al grupo, llamarnos Fidel Galván Ramírez, pero hay tremenda burocracia para eso, necesitamos aprobación del Partido a niveles provincial y nacional, pues cuando tratamos de hacerlo por nuestra cuenta nos dieron marcha atrás.”
A Maltiempo, que también fue otros personajes jacarandosos como el Gato, el Lobo y el Sapo, siempre lo veo riendo, a pesar del mal tiempo. A Jorge Luis Rojas lo vi llorar una vez, de verdad, cuando todos perdieron al Maestro Fidel Galván Ramírez.
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