Ins(ves)tigación

—¿Qué es de tu vida?

—¿Qué vida?

—Esto.

—Alguna vez creí en una segunda vida. Luego puse miras al hecho de que sin carne no puede existir la reencarnación.

—Lo conversaste con la almohada.

—No, con mi jefe del Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria.

—¿Industria alimentaria en Cuba? Hasta eso puede pasar.

—Como puede pasar que pida la baja tras veinte años de investigaciones en ese campo.

—Te enviaron al campo.

—No. Pretenden convertirnos en empresa. Lo mío es la investigación. Habrá que mercantilizarlo todo, con eslogan: «El Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria, bastión de la soberanía alimentaria». 

—Si no hay soberanía de la boca para afuera, cómo vamos a tenerla de la boca para adentro.

—El edificio, ese que construimos hace varias décadas, se va abajo. Los cimientos fallan, no soportan el peso… mucho menos el dólar.

—Saldrán a la caza del dólar.

—Las producciones del Instituto van a «caza» de todo el mundo sabe quiénes. No creo estén comprometidos «con la nutrición sostenible y saludable de la población cubana», mucho menos con «los sistemas de calidad e inocuidad, imprescindibles en la industria alimentaria». Si así fuera, habría que cerrar carnicerías, panaderías y agromercados, por toda la mierda que consumimos.

—Que no te oiga Randy. Lo recuerdo en la Mesa Redonda: «Cuando uno llega a la Feria Internacional de La Habana, una de las primeras cosas que sorprende en el Pabellón Central, donde está Cuba, son las empresas de la industria alimentaria, que son representantes de las mayores y mejores exportaciones que tiene hoy el país».

—Tenía. Hoy es más cara una cerveza nacional que una importada. Mira que oí veces: «La proyección estratégica de la industria alimentaria no solamente va encaminada a materializar las inversiones. También concibe todo lo relacionado con la modernización de la tecnología, el mantenimiento, el mercado, los requerimientos nutricionales de nuestra población, la diversidad de formatos y surtidos, todo sobre una base científica que convierte esta proyección en una herramienta de trabajo que nos permite planificar a corto, mediano y largo plazo hacia dónde nosotros pretendemos que vaya la industria alimentaria cubana», «una dinámica de crecimiento que permita un nivel de desarrollo sostenible que conduzca paulatinamente al mejoramiento progresivo de la alimentación de la población cubana».

—Lo hubieran resumido en la frase: «Para diversificar el desayuno, el almuerzo y la comida, primero hay que contar con ellos».

—El Instituto posee siete plantas piloto con sus correspondientes laboratorios. Pasé por todas: Carne, Lácteos, Vegetales, Cereales, Aromas, Bebidas e Irradiación.

—Irradia optimismo que esa industria mire hacia el futuro. Con la bebida el país va bien: el Havana Club vale ahora, para los que cortamos la caña, casi el doble. A eso le llaman «plan de desarrollo».

—El de subdesarrollo gana terreno: ni carne, ni leche, ni azúcar… ni vergüenza. Me queda alguna, por eso pedí la baja.

—¿Y a qué vas a dedicarte?

—Me compraré una carretilla, es decir, una planta piloto de vegetales.

—Yo tú lo pienso. Algún resultado del que enorgullecerse tendrá ese Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria.

—Recuerdo a la directora declarar en la televisión en el 2018 que «En Cuba se come con exceso de azúcar. Estamos necesitando acciones concretas en ese sentido». Mira si se logró.

—Igual consiguieron rebajar el nivel de colesterol en sangre. Y tú has puesto intelecto y hemoglobina en función de ello.

—¿De qué sirvió? Contamos con un Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria, y no hay alimentos; un Instituto de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar, y no hay azúcar; un Instituto de Investigación de Frutas Tropicales, y no hay frutas tropicales; un Instituto de Ciencia Animal, y hay montón de animales, pero ninguno comestible.

—El país con más institutos de investigación per cápita, todos de productos eclipsados, enterrados o que pasaron a mejor vida. Debías proponer la creación del Centro Nacional de Investigación de Problemas, Salaciones y Estupideces, a ver si desaparecen de una vez.

Las ilustraciones de esta edición de Matraca están inspiradas en el proceso de bancarización anunciado por el Gobierno cubano y la inconcebible citación policial a nombre de una niña de tres años, familiar del preso político Idael Naranjo. También se acerca el 13 de agosto, día de nacimiento de Fidel Castro.

Historias al oído trae los mejores textos de elTOQUE narrados en la voz del locutor cubano Luis Miguel Cruz "El Lucho". Dirigido especialmente a nuestra comunidad de usuarios con discapacidad visual y a todas las personas que disfrutan de la narración.