Foto: Tomada del Facebook de Daniel Ross
Guantánamo después de Oscar: ¿cuáles son los daños y necesidades pendientes? (+ guía de la zona)
19 / noviembre / 2024
En Yacabo Abajo varias familias siguen sin techo, más de veinte días después de que San Antonio del Sur e Imías fueran atravesados por el huracán Oscar. «Están durmiendo como muchos, en el suelo», cuenta uno de los voluntarios que ha coordinado ayudas, de forma autónoma, en los poblados más apartados.
Según un informe del Sistema de Naciones Unidas en Cuba, se estima que cerca de 478 599 personas resultaron damnificadas en Guantánamo por el fenómeno meteorológico y que 149 964 están en una situación crítica. Los daños incluyen aproximadamente 14 300 viviendas, de las cuales más de la mitad perdieron sus techos.
Las cifras más recientes ofrecidas por el Gobierno cubano varían. En el pódcast de propaganda Desde la Presidencia, Yoel Pérez García, primer secretario del Partido en Guantánamo, dijo que había 12 180 inmuebles dañados en los municipios de Baracoa, Maisí, San Antonio del Sur e Imías. En la transmisión, el funcionario reconoció que apenas habían visitado 2 962 viviendas.
Por otro lado, en el perfil de Primada Visión en Facebook, se reportó que, hasta el 4 de noviembre, se habían completado 1 801 fichas técnicas de 10 389 afectaciones de viviendas. Mientras que un informe estatal del 15 de noviembre refirió que el programa de la vivienda en Guantánamo «es el más lento hasta el momento» y que, de 12 000 damnificados, apenas se ha recuperado «el 4 % correspondiente a 17 derrumbes totales de techos y 500 parciales de techo».
Los testimonios de quienes vivieron el paso del desastre natural, reflejan la angustia de no saber cómo seguir adelante y volver a empezar, tras haberlo perdido todo o casi todo. Ante esta situación, organizaciones de la sociedad civil cubana ―dentro y fuera de la isla― se han movilizado para ayudar a los territorios más afectados. Desde distintas provincias se han recogido alimentos, bienes de primera necesidad y dinero para socorrer a los más necesitados.
Sin embargo, los daños en viales y caminos han complicado la entrega de donativos en las zonas de difícil acceso. Este texto ofrece una guía de los lugares más distantes y las necesidades que han expresado los afectados o sus familiares.
¿Cuáles fueron las zonas más afectadas y dónde se ubican?
Llegar a San Antonio del Sur o Imías, en Guantánamo, resulta difícil. Acceder a las comunidades ―montaña adentro― es mucho más complicado en un territorio con una geografía desafiante. Según datos de 2023 de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), en estos dos municipios viven 45 725 personas, el 70 % de ellas en zonas rurales.
En San Antonio del Sur, uno de los epicentros del desastre natural, las áreas bajas recibieron el impacto de inundaciones masivas. Este municipio tiene una superficie de 584 km² y se ubica a unos 90 km al sureste de la ciudad de Guantánamo por la carretera central. Uno de los elementos geográficos más importantes es el Valle de Caujerí, rodeado por las elevaciones de la Sierra de Caujerí, alrededor de la que se emplazan varias poblaciones.
En este mapa se pueden ver las principales comunidades de la zona, entre las que se encuentran: San Antonio del Sur (cabecera municipal), Macambo, Los Naranjos, Yateritas, Los Asientos o Tortuguilla.
El desbordamiento de ríos como el Ciguato y el Sabanalamar provocó el colapso de puentes vitales. En la cabecera municipal, el «Barrio de Cultura» quedó prácticamente destruido. La zona costera, incluyendo la Playa de Sabanalamar y Macambo, sufrió la furia del mar, que arrasó con viviendas e instalaciones.
Mientras, en Los Naranjos, los deslizamientos de tierra complicaron el acceso a áreas remotas. En el Valle de Caujerí, conocido por su producción agrícola, fueron arrasados los cultivos y en la zona de Los Asientos el desbordamiento del embalse homónimo causó inundaciones en áreas circundantes, agravando la situación.
Por su parte, Imías quedó prácticamente incomunicado tras el colapso de vías de acceso. Este municipio, también conectado por la carretera central y a unos 110 km de la ciudad de Guantánamo, tiene una estrecha franja costera y se eleva hacia las estribaciones de la Sierra de Imías ―parte del macizo montañoso Sagua-Baracoa―. Además, es atravesado por el viaducto de La Farola que lo conecta con Baracoa.
Hasta el 11 de noviembre de 2024, el puente que conecta con el Consejo Popular Jesús Lores, en el municipio de Imías, continuaba en mal estado, dificultando la llegada de donativos. Al menos hay 20 comunidades en las que resulta muy complicada la distribución de alimentos y otros productos básicos, según un reporte del periódico local Venceremos. De modo provisional, se montó un puente grúa para el paso de equipos pesados.
Las comunidades más grandes del territorio son: Imías (cabecera municipal), Cajobabo, Yacabo Abajo, Tacre y Veguitas del Sur, como se puede ver en el mapa. Otras áreas, más alejadas de la costa y las carreteras principales, sólo son accesibles por caminos de tierra o senderos.
Enviar alimentos a comunidades como El Cuero, Arroyo Jojó, Palmarito, Jobo Arriba, El Mijial, Vega del Jobo, Batea, Yacabo Arriba, Arroyo de Carlo y El Vagá, en ocasiones, solo es posible a través de estrechos senderos que recorren los arrieros con sus mulos.
En la zona costera, la fuerza del mar destruyó viviendas e instalaciones cercanas a la playa.
Los mapas de ambos territorios no son exactos y pueden no incluir comunidades pequeñas y asentamientos aislados. Pero es importante considerar que el territorio de ambos municipios es una combinación de zonas costeras, valles y áreas montañosas y que no se limita a las cabeceras municipales, también severamente dañadas.
Aunque la distancia entre ambas cabeceras municipales es de aproximadamente 20 km, llegar a las comunidades más alejadas en las montañas puede implicar varias horas de viaje por caminos sinuosos y en ocasiones en mal estado, incluso, por vías que fueron obstruidas por el huracán Óscar.
¿Cuál ha sido la «ayuda estatal»?
En San Antonio del Sur, además de la venta de algunos productos de la canasta básica normada, las autoridades cubanas han entregado productos de bajo valor nutricional como leche condensada y refrescos. Según un artículo publicado en el periódico estatal Escambray, la fábrica de embutidos de Sancti Spíritus produjo cinco toneladas de salchichas para enviar a Guantánamo.
La entrega de los productos donados por el Programa Mundial de Alimentos, todavía no se ha completado, según un reporte del periódico estatal Venceremos. Hasta el 16 de noviembre de 2024, faltaban 14 bodegas por recibir los donativos como es el caso de la comunidad de Los Calderos, en Imías y Maya Chote, en San Antonio del Sur.
En resumen, estas medidas no han abarcado a todas las localidades. Es por eso que las ayudas, gestionadas de modo autónomo por la ciudadanía, son esenciales en las zonas más dañadas por el huracán. Sin embargo, varios reportes alertan que las donaciones se han concentrado principalmente en las cabeceras municipales y en las zonas de más fácil acceso.
Por ejemplo, en una publicación de Primada Visión, página de Facebook, un internauta advirtió que «hay pobladores de la montaña que están muy afectados y solo les ha llegado 2 litros de queroseno, nada de comer». La denuncia hace referencia a la comunidad de Veguita Amarilla.
Por otro lado, las graves afectaciones en las viviendas parecen no tener una solución a corto plazo. La guantanamera Yannieya Oliveros comentó en esa publicación que «hay miles de viviendas que se mojan y no han dado ni una teja, ni un toldo para que se resguarden de la lluvia».
Además, miles de cubanos que perdieron todas sus pertenencias o sufrieron graves daños deberán cubrir el 50 % del costo de colchones y materiales de construcción necesarios para reconstruir o reparar sus viviendas, según declaró la viceministra de Finanzas y Precios.
Hasta el 18 de noviembre, varios reportes en redes confirman la venta de colchones personales a 735 pesos en Guantánamo. Otros usuarios denunciaron que no han tenido la posibilidad de adquirirlos y que es una urgencia para ellos.
La internauta Digneris Terrero Londres comentó, en el grupo de Facebook Revolico Imías, que a su abuela, una señora mayor con la cadera partida, le vendieron un colchón personal por el que tuvo que «dar mil y pico de pesos, pero su chequera no le alcanza».
¿Cuáles han sido los lugares a los que más/menos ha llegado ayuda?
A partir de publicaciones en redes sociales sabemos que las ayudas se han concentrado en los centros de las comunidades. Así lo revelan varios posts y comentarios en los grupos Revolico Imías, Revolico San Antonio del Sur y en la página de Facebook de Primada Visión. Por ejemplo, el usuario Miguel Acosta, de la Montaña del Valle, advirtió: «Aquí no ha venido nadie, ni siquiera el delegado o el trabajador social».
Yanet Drullet comentó que su sobrina, con tres hijos menores de edad, y un bebé recién nacido, lo perdió todo en el barrio de Buenavista. «(...) me estoy dando cuenta que siempre las donaciones las están dando en el mismo San Antonio, pero no han visitado los demás barrios (...) que tienen personas afectadas».
En la zona de Acopio, en San Antonio del Sur, Vilmaris Pozo afirmó que «las personas del Gobierno o la Vivienda no han sido capaces de venir». Añadió que vive en un derrumbe y que sus niños han llegado a dormir en el piso, ante la falta de ayuda.
En la comunidad de Carrizal, en Imías, otro internauta contó que a los vecinos se les inundó todo. Pudieron salvar sus vidas porque subieron a las únicas dos viviendas con techo de placa del lugar. Por lo que se precisan insumos de todo tipo: sábanas, toallas, ropa, utensilios de cocina, productos de aseo, alimentos, etcétera.
Liusday Matos, de Macambo, contó que el río se llevó varias casas y que «al estar lejos del pueblo nadie se acuerda de ellos». Mientras que Yaritza Leyva asegura que en el barrio de Buenavista «se inundaron unas cuantas casas», y añade que «pasan de largo y no llegan a ese barrio». Encontramos reportes similares de la comunidad de Cuatro Caminos, el Reparto Mincin (por el campo de pelota) y la localidad de Pan de Azúcar, en San Antonio del Sur.
Según refiere Mailin Ruiz «en el reparto Cultura, en el caserío, como es más conocido, hay personas que prácticamente no han recibido nada porque los carros pasan por ahí y no entran». Mailin pide que haya más organización para que las donaciones puedan llegar a todos.
Desde la comunidad de Yacabo Abajo, Glimaris Pereda aseguró que recientemente llevó algunos recursos a su familia y que allí solo ha donado la Iglesia. Por otro lado, contó que el Estado les vendió detergente, aceite, picadillo y «pamperos [pañales desechables] a menores de 3 años». Sin embargo, señala que «les piden libreta de abastecimiento y carnet, pero esas personas lo perdieron todo».
Erideibis Arias hace un llamado de auxilio para su hermana, quien vive en la zona de Arroyo Frío, en la entrada de Sabanalamar. «Ese barrio no ha recibido nada de donación, por lo distante que es, y tiene un niño de un año».
La madre de 4 hijos, Yailet Samon, dijo que «cuando llegan las ayudas o se quedan solamente en el Mincin o llegan hasta la Plaza, pero no siguen más para atrás y entonces no nos enteramos nunca». Yailet enfatizó el hecho de que perdió «prácticamente todo». También afirmó que su abuelo de 97 años no ha recibido atención.
¿Qué tipos de donaciones son más necesarias?
Las necesidades más críticas en San Antonio del Sur e Imías giran en torno a servicios básicos y la recuperación de la infraestructura afectada por las graves inundaciones. En el caso de Imías, un medio estatal reportó que, para mitigar la crisis, «se han desplegado cuatro carros pipas en diferentes puntos del municipio», sin embargo, esto no resulta suficiente para abastecer a la población.
Hasta el 15 de noviembre, no se había restablecido el servicio de acueducto en las comunidades de La Guayaba, Mandinga, Barigua, Yumurí, Manglito y Paso de Cuba, en Baracoa; Maya Gravedad, La Tinta y Boca de Jauco, en Maisí; El Salao, Río del Medio y Yacabo Abajo, en Imías; tampoco en Los Letreros, San Antonio del Sur.
Las áreas aisladas requieren apoyo urgente con recursos que permitan el saneamiento. También es indispensable la entrega gratuita de alimentos seguros, pues la interrupción de la electricidad ha dificultado la conservación de la comida. Por otro lado, las familias que perdieron todo necesitan desde ropa, y calzado, hasta medios para cocinar.
En la publicación de un periodista estatal sobre la distribución de alimentos en algunos Consejos Populares de Imías, a través de cuadrillas de mulos, varios usuarios comentaron que la comida en esas localidades sigue siendo escasa. Por ejemplo, la usuaria Yanelis Rodríguez comentó que es «una lástima que los pobladores de algunos barrios que se mencionan ahí (...) no han recibido nada de nada».
«El impacto de Oscar no es solo en las infraestructuras, en las carreteras o en los cultivos, también hay una gran afectación psicológica en los pobladores», refirió Alejandra Trossero, Representante de Unicef en Cuba, tras su paso por la zona.
¿Qué organizaciones internacionales están en el terreno?
El Sistema de Naciones Unidas (SNU) desplegó recursos previamente almacenados en la isla; como alimentos, kits de higiene y suministros médicos; y está gestionando apoyo adicional a través del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF). Estos recursos se destinarán a cubrir necesidades urgentes de vivienda, salud, seguridad alimentaria, y servicios de agua, saneamiento e higiene (WASH), según reveló un informe publicado el 30 de octubre.
El SNU espera destinar un presupuesto de 33.2 millones de dólares para asistir a cerca de 500 000 personas afectadas por el huracán Oscar en Guantánamo. Este plan de emergencia, que ya cuenta con seis millones disponibles, se enfoca en áreas clave como agua y saneamiento; albergue y vivienda; educación, logística, salud y seguridad alimentaria. Se espera que la ayuda inmediata cubra un período de seis meses, aunque los proyectos de recuperación total podrían extenderse hasta 18 meses.
El Plan de Acción detalla el respaldo de ese organismo a la población afectada en Guantánamo. La iniciativa permite la participación de la comunidad internacional y quienes deseen colaborar pueden contactar a [email protected] para más información.
El 17 de noviembre arribó a Cuba un donativo de la Federación Internacional de la Cruz Roja (IFRC) y la Media Luna Roja. El cargamento ―que incluye lámparas solares, lonas plásticas, productos de cocina, artículos de higiene y otros insumos esenciales― estará destinado a los municipios de San Antonio del Sur e Imías, según dijo Carlos Ricardo Pérez, secretario ejecutivo de la Cruz Roja Cubana.
Además, el 31 de octubre, el Gobierno de Noruega anunció la contribución de 400 000 dólares para ayudar en la recuperación de los territorios de Guantánamo. La información, dada a conocer por la embajada de ese país en la isla, precisa que la ayuda se realizará a través del CERF.
Unicef envió un cargamento de 1 498 kilogramos de medicamentos y material gastable, destinado a 140 000 guantanameros. «Los 60 kits adquiridos incluyen medicamentos como analgésicos, antipiréticos, antibióticos, antifúngicos y otros insumos útiles para la atención médica en emergencia», precisa el comunicado. Además, entregó 1 300 paquetes de 100 tabletas del antiparasitario Albendazol.
De igual modo, el Programa Mundial de Alimentos realizó un donativo de emergencia para los residentes de las zonas afectadas que incluyó la entrega de 1 kg de arroz, 0.5 kg de chícharos por persona y 1 litro de aceite por núcleo familiar. Sin embargo, comprobar el destino final de cada donativo resulta complejo.
Cáritas Cuba informó que habilitó comedores de emergencia en las parroquias de San Antonio María Claret y Santa Rosa de Lima, ubicadas en los municipios de San Antonio del Sur e Imías, para asistir a los damnificados que enfrentan mayores dificultades.
La organización explicó que estos comedores están orientados a la atención de «adultos mayores que requieren cuidados especiales, personas con discapacidades, niños y otros grupos vulnerables».
Cáritas detalló que los comedores «operan en las casas de voluntarios y personas solidarias», quienes cocinan en grandes calderos sobre fuego de carbón o leña, preparando platos sencillos como sopón criollo, ajiaco y charangón, una combinación de viandas, carnes y otros ingredientes.
En momentos en los que la sociedad civil cubana se ha movilizado de modo espontáneo para ofrecer ayuda, es importante que los voluntarios puedan disponer de información para desplazarse por un territorio que es mayoritariamente rural. En ese sentido, la falta de datos, sobre la situación de las comunidades y los caseríos, dificulta la acción humanitaria que intenta atenuar la crisis de los habitantes de Imías y San Antonio del Sur.
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