¿Podría imaginarse usted un comercio electrónico sin cables, redes inalámbricas, tarjetas de pago o puntos interconectados donde la información fluya de un lado a otro de manera rápida y efectiva? Si no es cubano, seguro que responderá que no.
Pero este utópico hecho es un devenir cotidiano que mueve, diariamente por toda Cuba, una tentativa bolsa digital con disímiles ofertas en forma de base de datos, dependiendo de la voluntad de unos pocos y necesidad de muchos, otros para convertirse en un producto sumamente popular en la isla.
¿Cómo funciona? Con la descarga semanal de diferentes sitios de anuncios o clasificados como “Revolico.com” y “Porlalivre.com”, dos de los productos más demandados del conocido paquete de archivos digitales que comercializan informalmente los cubanos, debido a la falta de opciones de la programación televisiva y poco acceso a la red de redes.
Así de simple, este fenómeno comunicativo posibilita a los cubanos tener un espacio de mercado libre, hasta hace poco solamente disponible en Internet, permitiendo ahora la consulta off-line de una amplia variedad de ofertas y demandas.
Tener un par de zapatos, una laptop o un auto para vender es algo que pocos hacen sin antes consultar los anuncios de Internet. Se ha establecido así, los precios los pone “Revolico”.
Por su parte, Yanet dice haber tenido suerte, pues hace meses estaba permutando su casa y con el “Revolico” que le copió un vecino pudo encontrar “una oferta ideal para separarse de su ex marido”.
A Marcos, su hermano le manda piezas de computadora desde Ecuador y todo el mes se lo pasa vendiendo lo que aparezca. Desde su trabajo publica sus anuncios a través de un “proxy” anónimo y, después, el resto lo hace quien distribuye el paquete por toda Cuba.
“Antes yo vendía muy poco, porque mis anuncios los leían sólamente los que tenían Internet. Sin embargo, hoy es una locura, porque los mensajes están en el ‘Revolico’ del paquete, y hay veces que hasta el teléfono tengo que descolgar de tanta demanda”, apuntó Marcos.
Y es que no sólo se vende y se compra en estos sitios de anuncios, sino que además se ofertan permutas y rentas de casas, opciones de trabajo, alquiler de autos, cursos de idioma, diseño, decoración, entre muchos otros servicios, de ahí que la demanda por este archivo cada día sea mayor.
A falta de pan…
Si algo caracteriza al cubano es saber buscarle “la quinta pata al gato”. Definitivamente, sobrevivir a más de medio siglo de bloqueos, ya sean internos como externos, nos han hecho adquirir capacidades de invención y búsqueda de alternativas que mucho nos han beneficiado.
Es razonable que estas plataformas se apresten a las ilegalidades e, incluso, hasta inmoralidades. No obstante, si esto preocupa a las autoridades una vez más, la solución no puede ser “botar el sofá” sino encontrar alternativas para un mejor control.
O mejor aún, ofrecer espacios alternativos de clasificados donde los necesitados busquen y publiquen sus anuncios sin tener que acceder a plataformas foráneas con estos fines.
Cierto es que algunos intentos se han hecho ya en este sentido, pero nada siquiera parecido a este tipo de servicio que tanta demanda tiene en el mercado informal cubano. La copia y pega de un portal similar, a lo mejor, tampoco es la mejor propuesta, pero abrir el espacio al menos será suficiente para que la propia gente diga y consuma lo que más cómodo les parezca.
La iniciativa popular una vez más ha demostrado estar por encima de la fuerza y la censura, y si ya encontramos cómo establecer nuestro propio e informal comercio electrónico, la inventiva podría sugerir iniciativas mucho más ambiciosas y radicales que ésta. El ingenio es ya bien conocido, sólo resta que nos sigan cercando.
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Asley