Me consta que inscribir en Cuba el 17 de mayo como el Día contra la Homofobia ha sido una tarea titánica. Varias décadas dedicándole la jornada al campesinado cubano supuso resignificar la fecha y lo principal lograr que la gente joven se implicase en esta nueva festividad que llegaba al país en una fecha tan señalada.
Las jornadas contra la homofobia se vienen celebrando en el país desde el año 2007. En cada una de ellas participan activistas, promotores, en la mayoría jóvenes comprometidos con los derechos de las personas LGTBI y con el enfrentamiento al VIH-sida.
A la cabeza de la organización de la presente Jornada está como es habitual el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), al cual se une la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Las actividades tendrán lugar del 4 al 23 de mayo.
“Por espacios laborales sin homofobia y transfobia” es el lema escogido para lo ocasión; el que nos hace recordar que el vigente Código del Trabajo, aprobado en el 2014, no incluye la identidad de género como motivo de discriminación en el ambiente laboral; lo cual llevó a votar en contra de la mencionada norma jurídica a la diputada Mariela Castro, directora del CENESEX.
Pareciera una contradicción que la CTC se sume a la celebración pues quizás debió jugar un papel más activo cuando se votó el Código del Trabajo, sin embargo es posible percatarse de que cada año las Jornada contra la Homofobia que se celebran en el país “aterrizan” en las particularidades de la sociedad cubana. En cada emisión se intenta responder a las propias necesidades que se derivan de la promoción de los derechos sexuales y reproductivos a lo largo del país, de las problemáticas legales que se presentan.
Varias han sido las instituciones y organizaciones que, de la mano de personas comprometidas con la temática, han participado a lo largo de estos 8 años. Ese es el caso del intelectual Norge Espinosa, quien ha organizado por varios años un interesante grupo de actividades en la sede nacional de la UNEAC. Dicho espacio ha logrado sacar el debate de ambientes puramente médicos, por llamarles de algún modo, para situarlos en el marco de las artes y la literatura, hecho loable teniendo en cuenta que las manifestaciones artísticas han ido a la vanguardia en el tratamiento del tema.
De manera similar la posibilidad de llevar la Jornada cada año a una provincia del país, en la presente emisión Las Tunas, significa sensibilizar y comprometer a los territorios y decisores regionales en la lucha contra la homofobia y la transfobia.
Hecha por jóvenes para jóvenes, la Jornada Cubana contra la Homofobia llegó para quedarse y ayudar a visibilizar todo lo que queda por hacer en el terreno de los derechos sexuales y reproductivos de las personas LGTBI, lo cual sin dudas impacta positivamente en toda la población.
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