—«Granma implementa viviendas con contenedores para enfrentar el déficit habitacional».

—En el parqueo del periódico hay suficiente espacio para ello.

—El titular es de Trabajadores, y se refiere a la provincia de igual nombre. Dice que «La iniciativa, que forma parte de una estrategia nacional, es presentada por las autoridades como una solución innovadora y rápida ante un déficit del fondo habitacional que afecta a cientos de familias».

—¡¿Cómo que cientos?!

—Melissa pasó por Bayamo una semana antes de que esa urbe celebrara su aniversario 512, con vientos superiores a los 120 kilómetros por hora. El río de igual nombre… 

—¿Melissa?

—No, chico: Bayamo. Se desbordó, inundó zonas bajas y afectó severamente la infraestructura urbana.

—Debe haber llovido un montón. Hubiera sido un fiasco si a los bayameses les da por quemar la ciudad en esos días.

—Concentrémonos en la actualidad: ¿por qué cuestionas el dato de las cientos de viviendas? ¿Piensas que fueron menos?

—Todo lo contrario. Si le sumas que la infraestructura campal ya estaba afectada severamente desde mucho antes del huracán, es de calcular que las afectaciones en la provincia alcancen a más de mil familias.

—Tú siempre tan innovador y rápido. Dudo mucho que terminen ese estudio. Ya sabes lo lentas que son nuestras estadísticas, deben andar todavía escrutando los destrozos del Flora. Y en el afán de «reconstruir sin perder la memoria», «la Empresa de Construcción y Montaje de Granma ha informado del inicio del proceso de conformación y adaptación de cinco de esos recipientes de carga. El objetivo es convertirlos en un espacio propio para cada familia granmense, aseguran directivos de la entidad, por lo que cada unidad adaptada contará con sala, comedor-cocina, un baño y dos habitaciones, además de dos accesos».

—Les saldrán más de dos abscesos si soportan el calor de un habitáculo de esos.

—La cantidad de calorías que entrega por sí sola una casa de esas debe ser bien alta, pero «Entre sus principales características resalta que son muy resistentes y duraderas, ya que el acero de los contenedores está diseñado para condiciones extremas».

—Se entiende que a pleno mediodía y hasta las tres de la tarde puedas cocer los alimentos sin necesidad de gas, electricidad y sobre todo carbón.

—«El programa no es exclusivo de Granma. El primer ministro Manuel Marrero Cruz ha instado a impulsar la construcción de viviendas en la provincia “usando contenedores disponibles en el país, para acelerar el ritmo”».

—Acelerando el ritmo, es decir, corriendo de una habitación a otra, él pudiera bajar unas cuantas libras.

—Buena idea. No en balde «El enfoque es de economía circular». Mas «El proceso de adaptación, conocido técnicamente como cargotectura, implica una transformación significativa para garantizar la habitabilidad». No creo que él, por su cargotectura, se someta a vivir en semejante cucurucho metálico.

—Para someterse está el pueblo. Vivir en un esperpento de esos será como meterse en candela.

—«Su éxito dependerá de la calidad técnica del proceso y de la capacidad para ofrecer un confort real a las familias, convirtiendo una solución de emergencia en un hogar permanente».

—¡¿Permanente?!

—Y sin el confort de la realeza.

—¿Ya se hizo público el dato de que si cada municipio logra convertir diariamente 1,2 containers en viviendas, al año tendremos unas 100 000, con una superficie mayor que la terminal de contenedores de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel?

—Esas cuentas las saca Canel. Debe andar con una cinta métrica encima para, cuando caiga allá, medir a ver si convierte a ese puerto de la provincia de Artemisa en una ciudad tan inteligente como La Habana.

—Y como él… Debe andar muy embullado con el asunto, pues para lo poco que se importa, debemos ser el país con más coeficiente de contenedores vacíos.

—Tendrá que cambiar su nombre: Zona Especial de Subdesarrollo de Mariel… Con los problemas que tienes con tus suegros, va y hasta tu mujer y tú agarran en esa.

—Ni loco viviría en una caldera con ventanas. Preferiría montarme en un contenedor, para que en el primer barco que salga nos exporten.