—Papichuli, Juventud Rebelde recuerda que, «desde hace dos años, Naciones Unidas declaró el 26 de noviembre como Día Mundial para el Transporte Sostenible».

—¿Y el insostenible para cuándo? ¿O es que este último es solo patrimonio cultural de la nación cubana?

—Sé que estás abrumado por las tres horas que te metiste esperando la guagua para finalmente tomar la decisión de regresar al seno hogareño, pero debía reconfortarte que el organismo internacional promueva «la movilidad de la población de manera segura, asequible, eficiente y respetuosa del medio ambiente».

—Si António Guterres sale un día de su oficina en Nueva York y tiene que dispararse el ambiente medio irrespetuoso que se vive aguardando un P9, ten seguro que ordena la intervención de los cascos azules en la parada de Toyo.

—No pongas a ese anciano en situación semejante. Se sentiría muy mal si monta y nota que, ni por su inmensa carrera diplomática, puede lograr uno de los asientos para discapacitados.

—El transporte no mejora por culpa de ciertos incapaces. Hace meses que se anunció la donación china de piezas para nuestros destartalados ómnibus y, por falta de electricidad, la planta de Guanajay no ha logrado reparar el primero de los cien prometidos.

—Ay, chico, no empieces con tus críticas al Gobierno. El trabajo del diario de la juventud cubana apunta en otra dirección mucho más incómoda para ti. Además de hablar del afán de la ONU por posicionar «métodos más naturales y saludables de traslado, como andar a pie, en patines o patinetas», resalta el uso de la bicicleta, «aliada cotidiana para moverse de manera rápida y económica, herramienta para hacer ejercicios, vía de escape del estrés y compañera de aventuras, con beneficios indiscutibles para la salud, incluida la sexual. El sexo como práctica es un proceso profundamente vascular, y la bicicleta, como buen ejercicio aeróbico, mejora la salud del corazón y de los vasos sanguíneos, lo cual se traduce en mayor capacidad cardiovascular, clave para erecciones más firmes y orgasmos más intensos en ambos sexos».

—¿Lo dice Guterres a sus 76 años?

—Parece un aporte del Rebelde.

—¿Y no aclaran con qué comida se acompaña eso?

—Concéntrate en la idea central del artículo: «Quienes practican ciclismo regularmente reportan mayor satisfacción corporal, autoestima más alta y una sensación de logro personal, todo lo cual contribuye a una vida sexual más plena. Pedalear fortalece los músculos largos y aumenta la resistencia física, lo cual ayuda a sostener la actividad sexual con menos fatiga».

—¿Te parece poco lo fatigante de conseguir un plato de comida y me insinúas que para mejorar la actividad sexual debo arreglar nuestra vieja Forever? ¡Coño, si en este país lo único «forever» es el hambre que se pasa!

—Desestrésate, amor, y tómate un café. Cubadebate asegura que tomarlo combate la astenia.

—¿Eso qué es? 

—Un síntoma que se caracteriza por una «sensación generalizada de cansancio, fatiga, debilidad física y psíquica», más o menos lo que padeces. «Puede guardar relación con el estrés y la depresión y, cuando se prolonga, derivar en el diagnóstico del Síndrome de Fatiga Crónica».

—Síndrome de Fatiga Crónica el que sufre Cuba desde hace una pila de años: sin café, sin alimentos, sin bicicletas… Salud sexual ni salud sexual.

—Debías agradecer que nuestro Estado se preocupe tanto por la quimbadera de sus ciudadanos.

—Mejor que interiorice en el malestar social. Una reconocida psicóloga acaba de hablar, entre otras, de «diversas enfermedades que hoy son denominadas patologías sociales emergentes: cuadros de estrés y ansiedad generalizada, aumento de la depresión, crisis de pánico, impulsos suicidas…». «En este contexto las familias se van convirtiendo en estructuras precarias que se organizan alrededor de la subsistencia. Es palpable el aumento de diversos indicadores de malestar: sensación de asfixia económica, frustración en relación al futuro de los hijos, pérdida de la esperanza de mejorar condiciones de vida…». 

—No menciona que la persona que más se está preocupando por la salud sexual de los cubanos es nuestro presidente.

—¡¿También?!

—«Como parte de un sistema de trabajo minucioso y de constante chequeo», ha dicho en uno de sus recorridos: «Sabemos que hay una afectación grande en colchones; los colchones van a llegar». Solo en Holguín se perdieron miles. Tiembla al pensar en la cantidad de parejas que lo están haciendo a la intemperie.