La revista digital La Tinta nació del deseo de crear una plataforma que visibilizara un segmento de la sociedad y el arte cubano, que está aún marcado por exclusiones y prejuicios, a pesar de su larga historia, contó su editora Lourdes Mederos Matos.
La publicación bimensual, con cuatro números disponibles, reúne historias de vida de reconocidos personajes del mundo del arte corporal, los estilos y técnicas más populares, y alude a problemas como la falta de regulación del ejercicio de tatuar y perforar en Cuba, y los riesgos que esto implica.
Con una estética influenciada por los patrones del diseño moderno, la imagen es parte esencial de esta especie de galería digital que expone las obras de tatuadores, peluqueros e incluso fotógrafos, que tengan el cuerpo humano como sujeto.
Por otra parte, la revista saca provecho de las bondades del entorno digital y la creciente presencia de la sociedad cubana en las redes sociales para lograr una mayor interacción con los públicos, conocer sus características (edad, género, localización, pasatiempos), y crear una agenda cercana a sus intereses.
“Otro beneficio de esta herramienta es potenciar la imagen de nuestra marca dentro y fuera del país, la posibilidad de conectar con un público internacional al que no podemos llegar de otra forma”, explicó la joven editora, de 25 años, a la Redacción IPS Cuba.
La Tinta es un medio autogestionado que se distribuye a través del sitio web www.latintamagazine.com y canales alternativos como el Paquete Semanal, una compilación que circula fuera de línea cada siete días hasta los lugares más recónditos del país.
Hasta el momento la revista ha alcanzado unas 400 descargas por cada edición, mayormente de usuarios nacionales y, en segundo lugar, de Estados Unidos.
Como la mayoría de los nuevos emprendimientos mediáticos locales, este proyecto cae en el limbo de lo alegal, lo que usualmente es una limitante para el acceso a fuentes institucionales o la presencia en determinados espacios oficiales.
Sin embargo, para las rutinas del equipo este no es el mayor problema.
La mayor dificultad identificada por Mederos radica en que las modificaciones corporales en Cuba cuentan con poca visualización y sistematización, lo que muchas veces les dificulta adquirir datos.
A pesar de la ausencia de financiamiento, el equipo no tiene dudas de que su empeño logrará sostenerse. “Somos de los que creen que sí es posible salir adelante aunque el mercado y el dinero sean condiciones fatales”, resumió la editora.
Las aspiraciones editoriales de la publicación han ido creciendo y, sin perder su objeto social, declaran su interés de abordar temas como las minorías excluidas, las tribus urbanas y el activismo social.
Mientras la estética del tatuaje y los piercings ganan seguidores en la isla caribeña, La Tinta busca reflejar esa comunidad que ve en ellos una expresión de identidad o incluso una manifestación de libertad individual, más que un adorno o una moda. (2018)
Este artículo fue publicado originalmente por IPS Cuba
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