—El periódico Trabajadores ha otorgado el premio «Fiel Osadía» a Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel «por su apoyo al periodismo revolucionario».
—Tremenda liga.
—¿La de Raúl y Canel?
—La de las dos palabritas. No las imagino en una batidora. Cuando tienes como obsesión ser fiel, como que se esfuma la osadía.
—Esa duda no cabe para un periodismo tan revolucionario como el de Trabajadores, órgano oficial de una institución tan revolucionaria como la CTC. Ha creado, en ocasión de su aniversario 55, un galardón que «refleja la esencia de un medio que ha navegado entre desafíos sin perder su brújula: la verdad al servicio del pueblo».
—Dicen los que investigan que, en sus tiempos, la Central de Trabajadores de Cuba se fundó para defender a los explotados.
—Eso he oído. Pero en una sociedad sin explotadores es lógico que defienda a quienes suprimieron de una vez y por todas la explotación. De ahí que el periódico tenga la osadía de, a raíz del tarifazo de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba Sociedad Anónima, publicar el artículo «Etecsa, recarga de ideas».
—Igual podría haberse llamado «El saldo del sueldo».
—No hace sino enarbolar la verdad de un servicio al pueblo cuyo desafío es no perder su brújula hacia el Norte. Parece que le va parriba al tiburón cuando plantea en el primer párrafo: «La entrada en vigor de las nuevas formas de adquisición de planes de datos que la empresa implementó fue una chispa más de dudas, quejas e incomprensiones en un escenario social bien tenso ya por los temas energéticos, alimentarios y de transporte». Pero en el segundo como que afloja con que «la comunicación volvió a fallar, pues no basta con explicaciones razonables como la necesidad de la institución de captar divisas para sostener su infraestructura en medio de un férreo bloqueo económico estadounidense real». Y remata el último párrafo con una frase del Comandante.
—Fiel osadía.
—Osada fidelidad.
—Uno puede entender que se le dé el premio al General de Ejército, quien demostró que en el periodismo revolucionario «sí se puede» eliminar un párrafo de un discurso si se entiende que se torna contrarrevolucionario clamar por que todo el que quiera logre tomarse un vaso de leche, pero reconocer a un tipo que comparece en la televisión para decir que más de 2 500 millones de personas no tienen Internet en el mundo…
—Es una manera muy inteligente de manifestar que si la cifra aumenta a 2 509 no se hace ver.
—Seis gigas no le alcanzan a los jóvenes de hoy para expresar su descontento con dos personas que no tienen otra propuesta para salir de la crisis que dar puñetazos el primero sobre los muebles del Palacio de las Convenciones y afirmar el segundo que hay 2 500 millones de humanos que no tienen datos para disfrutarlo.
—Es un asunto de paradigmas. Los universitarios necesitan mirarse en muchachos como el presidente de «la FEU que FUE». Mira con qué hidalguía los defendió en la Mesa Redonda.
—Los estudiantes bajaron la escalinata en marcha de las antorchas y vino él detrás apagando el fuego.
—Los prototipos de hombre nuevo ya no funcionan.
—Los de hombre viejo tampoco.
—Cualquier día dejan de impartir la asignatura de Historia para que no se llegue a la adolescencia pensando que los problemas se resuelven con toques a degüello.
—«Recargas al machete», diría el periódico Trabajadores.
—Al punto en que marcha la dolarización de la economía, no estamos lejos de que se penalice el peso cubano. Se hará peligroso hablar de un Martí, un Maceo, un Gómez, un Camilo…
—Cualquier día el presidente comienza a enaltecer al estadounidense Tomás Alva Edison como héroe de la resistencia creativa. Achacará su frase «El genio es un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración» al sudor que dejan diez horas sin fluido eléctrico. Y repetirá en sus visitas a los municipios que «cada fracaso acerca un paso más a la solución correcta».
—Para un país que vive de eso, los más de mil inventos de Tomás serían un haz de luz. Si fue capaz de crear el fonógrafo, el micrófono, la bombilla eléctrica y las baterías a carbón, cuánto no sería capaz hoy a partir de un quintal de marabú.
—No sé si sabes que, cuando era joven, Edison «trabajó como operador de telégrafo y, a menudo, aprovechaba el tiempo para idear mejoras, ya que estaba obsesionado con la idea de perfeccionar los dispositivos de comunicación de la época».
—Lo mismo que Etecsa con estas medidas.
ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.


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