Todas las semanas se reportan salidas de adolescentes y jóvenes prospectos de la pelota cubana con rumbo a países como República Dominicana y México en busca de un contrato profesional con alguna organización de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por sus siglas en inglés).

Al mismo tiempo, los veteranos y otrora estrellas del béisbol nacional andan pidiendo tierras o produciendo arroz para sobrevivir. Razones suficientes para que los «pinos nuevos» no deseen permanecer en la isla. Si se miran en el espejo de sus mayores, depauperados y en el olvido, la base de la pelota cubana querrá mudarse de entorno y de país.

En marzo de 2024, el exjugador Ariel Pestano ―quien fuera receptor de los equipos nacionales de Cuba durante varios años― solicitó tierras para dedicarse a la agricultura en medio de la crisis alimentaria que afecta la isla.

El periodista oficial Jesús Álvarez, de la emisora radial de Villa Clara, afirmó en su perfil de Facebook que había visto al exreceptor en la oficina del delegado de Agricultura de la provincia solicitando terrenos para cultivar.

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Por estos años, sin torneos juveniles y con los Escolares a medias por la crisis, la misión es escapar a cualquier sitio y ver si la suerte los acompaña. No pasa solo en el deporte, como se sabe.

«Pestano quiere tierras. Ese hombre que rechazó ofertas millonarias y nadie duda que hubiera hecho fortuna en Grandes Ligas, está entusiasmado con la idea de convertirse ahora en campesino y dedicarse a la agricultura», escribió Álvarez.

Por estos días, otro veterano de la pelota cubana, el «jerarca» Miguel Borroto ―exdirector de los Toros de Camagüey en la Serie Nacional y del Team Cuba en eventos internacionales― se dejó ver en sus arrozales. Desde el oficialismo, calificaron su nuevo rol como «un éxito» en solo un año de labor agrícola en producciones de frijoles, maíz y arroz.

Según el reporte, el otrora mentor del equipo Cuba señaló que no quisiera abandonar la pelota del todo y que si lo convocaban podía «simultanearla con las labores agrícolas».

En pocas palabras, el veterano director, a esa edad, no podría desligarse del trabajo en el campo porque se moriría de hambre. Manejar los hilos de la selección deportiva más importante de la isla no garantiza nada.

Las opciones, según una reciente entrevista de Borroto al programa televisivo Bola Viva, tendrían que ser fuera de Cuba, con algunas propuestas en Italia o México. Oportunidad que no se ha concretado.

De paso, el exmentor lanzó un dardo a los directivos de la disciplina en la isla y sugirió «tener cuidado con los hombres que están tomando posición en la dirección del béisbol. Cuba es el país más grande en este deporte».

«No estamos en crisis, pero tenemos que respetar a las figuras del béisbol de Cuba. El problema es que hay que tener cuidado con la gente que se pone a dirigir», añadió.

Borroto fue destituido al frente de los Toros de Camagüey en junio de 2022. En 2019, había comandado el equipo Cuba al Premier 12, donde tampoco pasaron de la primera ronda.

Mientras esto sucede, todas las semanas los aeropuertos de la isla despiden a decenas de jóvenes peloteros, algunos más conocidos, otros desde el anonimato.

De fugas masivas en el deporte cubano y el Inder como «patrocinador»

El quinto lugar por países de Cuba en los recién concluidos Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023 quedó eclipsado por otra fuga masiva de atletas noveles y encumbrados.

En la semana que concluye, el reportero deportivo radicado en Miami Francys Romero informó de varias salidas del país de peloteros en ascenso, como el sub-18 Alexei Febles o el sub-15 Rodnier Rodríguez.

Todos buscan lo mismo, firmar con algún equipo de Grandes Ligas o, en cualquier caso, que la estadía en un tercer país les abra las puertas a algún equipo profesional en las ligas invernales.

Es cierto que la gran mayoría de esos muchachos no cumplen el objetivo, pero prefieren intentarlo o incluso moverse a otros destinos con tal de no regresar a Cuba y a la Serie Nacional ―la cual para la próxima temporada nuevamente cambiará la fecha de inicio―.

Más allá de las carencias habituales, el joven pelotero cubano no ve un futuro en la pelota nacional, también por las pésimas decisiones de la dirección del deporte en la isla. Por no respetar a las figuras y olvidar a las glorias de antaño, por experimentar año tras año con la lid beisbolera.

Tras el enésimo fracaso, con un onceno puesto en el Premier 12 de este año, sigue reinando el silencio entre los mandamases de la pelota cubana. Dejarán que pase el ruido de estos días y luego volverán a las andanzas. El cuartico seguirá igualito.

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