Arrancó la temporada en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por sus siglas en inglés) y uno de los mejores peloteros que han pasado por la gran carpa, Yuli Gurriel, sigue desempleado, aunque con esperanzas de insertarse en algún equipo.
Su último movimiento, a las puertas del opening day el pasado 27 de marzo, así lo prevé.
El infielder espirituano despidió a su entonces agente Diego Bentz y contrató los servicios y contactos de un viejo lobo, Gene Mato. Gurriel quiere hechos y no más promesas de un posible regreso al béisbol estadounidense.
Según el reportero deportivo Francys Romero, el dos veces campeón de la Serie Mundial con los Astros de Houston, de 39 años, sigue entrenando a diario para un posible llamado de última hora.
Gurriel encabeza el listado de jugadores latinos con un pasado reciente en MLB que seguían sin equipo esta temporada, según la cadena deportiva ESPN.
El espirituano ostenta de por vida en MLB un sólido average ofensivo de .281 y puede jactarse de ostentar un Guante de Oro en la custodia de la primera almohadilla, a pesar de que tuvo una temporada regular discreta en 2023 con los Marlins de Miami (.245 de promedio, 23 extrabases y OPS de .663 en 329 turnos al bate).
En sus ocho años en las Grandes Ligas, además, ha acumulado ocho jonrones y 39 carreras impulsadas en la postemporada y fue un factor importante en la conquista de los dos primeros títulos de Serie Mundial de los Astros de Houston (2017 y 2022). Incluso, en 2021, Gurriel se consagró como líder de bateo de la Liga Americana.
Cualquier especialista pensaría que Gurriel no ha terminado de rendir en Grandes Ligas, al menos, en un papel secundario, como lo fue en 2023 con los «peces» de Miami. El espirituano es una bujía en la banca y muy útil y oportuno en los momentos críticos de cualquier partido.
Para la revista especializada Fansided, Gurriel, con casi 40 años (los cumple en junio de 2024), todavía puede encajar en algunos equipos de la gran carpa (los Orioles de Baltimore, Mets de Nueva York o los Medias Blancas de Chicago, en el cual pudiera actuar de «tutor» del prospecto avileño Luis Robert Jr.).
Marino Martínez, especialista del Nuevo Herald, sostenía en enero de 2024 que estaba convencido de que existían varias novenas interesadas en adquirir al espirituano debido a su experiencia y buena forma física.
Pero la realidad para el Gurriel «del medio» no ha sido tan benévola como se pensaba hace algunos meses.
Tampoco quiere mucho el infielder cubano. Un año más para redondear algunas cifras en Grandes Ligas (llegar a los 100 jonrones y 500 carreras anotadas y empujadas).
Gurriel está convencido de que tiene gasolina para el primer nivel del mejor béisbol del mundo. Pero pudiéramos estar asistiendo a su final definitivo en MLB.
«Llegué relativamente tarde a Grandes Ligas. Quiero aprovechar el tiempo perdido. Me siento muy motivado de mi sueño que siempre fue jugar en la MLB. Me levanto cada día como si fuera el primero y lo voy a disfrutar al máximo», precisó Gurriel el año pasado.
En marzo de 2023, Gurriel firmó un contrato profesional con los Marlins de Miami para la temporada de Grandes Ligas de ese año. El jugador espirituano finalmente jugó con los «peces» aunque no tuvo un rol protagónico con el equipo.
El espirituano llegó al béisbol profesional de Estados Unidos a los 32 años, tarde (como lo califican muchos) y siempre había jugado bajo el mando de los Astros de Houston antes de su traspaso al LoanDepot Park de los Marlins.
Si el «desempleo» actual significa que Gurriel no volverá a los diamantes de las Grandes Ligas, ¿podría concertar algún contrato en Asia o en las ligas invernales de Dominicana, Puerto Rico o México?
Romero apunta en ese sentido: «no creo que Yuli juegue en otro lugar que no sea en MLB». Pero las opciones que le quedan son escasas y lo que no puede permitirse, con el talento que todavía posee, es oxidarse entre las cuatro paredes de una casa.
Detractores o defensores aparte, Yuliesky Gurriel tiene madera para un año más en el máximo nivel. Lo escribí en octubre de 2023, antes de la postemporada de los Marlins, en la que hasta él pensó que jugaría mucho más.
A estas alturas y todavía desempleado en MLB lo sostengo, pero quizá la película se acabó y una está esperando alguna escena poscrédito.
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