Cuando Meys tuvo un accidente de pequeña, nunca pensó que aquella tarde, cuando sua abuela la llevó a practicar algún deporte para rehabilitarse, terminaría jugando y pitando partidos de fútbol años más tarde
Hoy tiene poco más 25 años, es madre y trabaja porque se reconozca su trabajo como árbitro, porque, ser mujer no impide que sea una buena profesional.
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *