¿Qué son y cómo podemos identificar deepfakes?

Según un informe del Foro Económico Mundial en 2023, los vídeos deepfake en internet aumentan a un ritmo anual del 900%.
Los deepfakes son en su gran mayoría videos o imágenes falsas que han sido creadas utilizando softwares digitales, la inteligencia artificial y la manipulación de rasgos faciales. Este término está compuesto por las palabras en inglés fake, que significa falso, y deep learning, que es aprendizaje profundo.
En los deepfakes se suelen combinar imágenes y audios para recrear eventos, declaraciones o acciones que nunca han ocurrido. Este tipo de videos ficticios suelen ser muy convincentes, por lo que difieren de otras formas de desinformación por ser muy complicadas de detectar. Hasta el momento estos audiovisuales suelen tener una extensión corta, ya que requieren muchos recursos y horas de trabajo.
¿Cómo funcionan?
El concepto fundamental sobre el que se sustentan los deepfakes es la tecnología de reconocimiento facial. Cada vez más, los dispositivos tecnológicos que poseemos son capaces de reconocer y recrear caras humanas, en parte gracias al uso que le dan los usuarios.
Los materiales deepfake pueden utilizar una técnica llamada «redes generativas adversarias» (GAN, por sus siglas en inglés) para producir esos rostros tan reales. Por ejemplo, GAN puede analizar miles de fotos del actor estadounidense Tom Cruise y producir una nueva imagen similar a esas fotos, pero sin que sea una copia exacta.
Esta imagen, que algunos usuarios de X (antes Twitter) pensaron que representaba al famoso actor y a sus dobles de acción, en realidad es falsa. Según las notas de la comunidad, el autor del post lo reconoció en los comentarios.
Como se observa, la imagen destaca por ser bastante realista. La tecnología utilizada para crearla puede ser programada para mapear rasgos importantes en los rostros, como pueden ser las comisuras de los ojos y la boca, las fosas nasales y el contorno de la mandíbula.
¿Qué consecuencias pueden traer los deepfakes?
Aunque este tipo de tecnología es relativamente nueva, mejora y avanza a una gran velocidad. El desarrollo de los deepfakes tiene implicaciones morales y políticas y, según expertos, puede exacerbar el debilitamiento de la credibilidad de los medios de comunicación en Internet.
Esa apatía y desconfianza hacia fuentes de información legítimas y equilibradas hace que muchas personas empiecen a cuestionarse hechos que antes se consideraban incuestionables. Webwise, una página educativa sobre Internet, añade: «Si los deepfake hacen a la gente creer que no pueden confiar en videos, los problemas de la desinformación y las teorías de la conspiración podrían empeorar».
Otro peligro reside en el uso que le den a esta tecnología los regímenes autoritarios. Investigaciones periodísticas han señalado al régimen venezolano, encabezado por Nicolás Maduro, por crear deepfakes con el objetivo de ofrecer una imagen manipulada de ese país al exterior.
A pesar de que los ejemplos de manipulación abundan, es importante mencionar que el uso de esta tecnología, en sí, no es malo ni constituye una acción desinformativa. Hay personas que hacen deepfakes y declaran de antemano que su producto es una parodia o no es real. También pueden ser utilizados en el cine. En esta escena de una película de la saga Star Wars se insertó el rostro y la voz de la fallecida actriz Carrie Fisher sobre el de la intérprete Ingvild Deila.
¿Cómo podemos identificar deepfakes?
La buena noticia es que no tienes que convertirte en un experto para identificar este tipo de videos. A continuación, algunos consejos que puedes seguir.
- Si ves un video donde una persona famosa, con poder o relevancia, dice algo que tú nunca esperarías que dijera, tómate un tiempo. Vuelve a ver el video. ¿Es normal que la persona haga ese tipo de afirmaciones? Si no estás seguro de algo, lo mejor es no compartirlo.
- Haz una búsqueda rápida en Google para ver si encuentras la misma noticia o material en otros medios de comunicación confiables. Normalmente, si es verdadero, será compartido por muchos de estos medios.
- Presta atención a los detalles: bordes de la cara que se funden con la ropa, aretes o piezas de joyería desiguales o mal hechas, vello facial poco realista, una cara perfectamente simétrica, dientes extraños, la forma de los dedos de las manos. Aunque la tecnología para hacer deepfakes es bastante buena, suele tener dificultades para recrear este tipo de detalles pequeños.
- Haz zoom a la boca de la persona que habla. Si es un audiovisual falso, puede suceder que el sonido y el movimiento de los labios no estén sincronizados.
- Fíjate en el número de veces que parpadea. Los deepfakes suelen parpadear menos que las personas reales y pueden hacerlo de manera forzada o poco natural.
Recuerda que la mayoría de la desinformación es publicada y creada para generar dudas y para reafirmar creencias preexistentes. Y aunque la tecnología utilizada para desinformar mejora con rapidez, puedes entrenarte y aprender cómo reconocerla para así ponerle fin.
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