«Sentía que me estaba ahogando. No sabía de dónde iba a sacar dinero para mantenerme». Esa sensación de asfixia es la primera respuesta de Abel a la pregunta sobre sus razones para abandonar Cuba y que lo condujeron a la decisión de emprender un largo viaje a España desde Serbia.
Había sido mecánico, repartidor de tiendas de envíos y compras de alimentos desde el exterior, y otros oficios similares en La Habana. Pero sentía que lo ganado con su trabajo no alcanzaba para sostenerse y ayudar a sus padres como hijo único: «llegó el momento cuando dije “hasta aquí, ya no puedo más”».
Abel y su esposa estudiaron con detenimiento las posibles rutas para salir de Cuba. Él intentó acceder a algunos estudios de posgrados y gestionar una beca, pero no obtuvo respuestas. La pareja estuvo en Rusia a mediados de 2022 y tampoco halló un camino seguro. Valoraron a Nicaragua, pero conocían los riesgos por esa vía y los altos precios que exigían los coyotes para guiar la travesía.
¿Cómo llegar a Serbia?
La Embajada de Serbia en Cuba informa en su sitio oficial que los ciudadanos cubanos no necesitan visa para viajar a ese país por un período inferior a los 90 días. Sin embargo, deben cumplir con determinados requerimientos que justifiquen su estancia: mostrar pasaje de ida y vuelta —congruente con una estancia turística—, y reserva en un hostal u hotel por los días que permanecerán en ese territorio.
En el grupo de Facebook Cubanos en Serbia se ofrecen los servicios de agencias de viaje que, además de los requisitos anteriores, prometen carta de invitación, línea de teléfono, seguro médico, recogida en el aeropuerto —algo así como un «todo incluido»—. Pero los precios no son públicos. También se socializan denuncias de estafas. Una vez en territorio serbio, si los cubanos no consiguen convencer sobre los motivos de su viaje a las autoridades aeroportuarias pueden ser retornados a Cuba.
Abel y Dunia viajaron en noviembre de 2022 por la aerolínea Cóndor que, de acuerdo con la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeroportuarios (ECASA), realiza varios vuelos semanales entre Cuba y Fráncfort, Alemania. De ahí, tomaron otro vuelo por Air Serbia a Belgrado, capital de Serbia. También existen otras rutas utilizadas por los cubanos para llegar a España volando hacia Estambul o Moscú, con aerolíneas como Nordwind Airlines, Aeroflot o Turkish Airlines.
Como los cubanos no disponen de tarjetas bancarias habilitadas para realizar pagos internacionales, solo tenían dos opciones: acudir a un familiar en el extranjero que les pagara el pasaje o a una agencia de viajes.
«El precio del pasaje depende de la fecha y la agencia cobra una comisión por encima de lo que aparece en el sitio web de la aerolínea. Es obligatorio sacar ida y vuelta, es una de las condiciones para salir de Cuba a Serbia», explica Abel. «Pagamos alrededor de mil dólares por los dos a una persona que vive fuera de Cuba y vimos precios que oscilaban entre los 900 y 1 500 dólares por pareja».
Dunia le gustó Serbia, le pareció un buen país para asentarse y vivir por un largo período, pero le chocó el idioma. Hay que dominar el serbio o el inglés para comunicarse. Allí permanecieron un mes.
«Corrimos con suerte, no fuimos a ver a ningún cubano. Llegamos primero al hostal que teníamos reservado. Antes de las 24 horas de estar en Serbia tienes que registrarte en la Policía, el responsable del hostal se encargó de eso. A esa persona, al parecer, le caímos bien y pasada una semana nos consiguió una renta fija. Fue ahí donde nos quedamos ese mes», recuerda Abel.
Durante ese tiempo él pudo trabajar en un restaurante y Dunia, que se dedica a arreglar uñas, tenía una opción a punto de concretarse. Pero las tensiones entre Serbia y Kosovo con el peligro de un conflicto armado los tenían inquietos. «Cogimos un poco de miedo porque lo que estamos buscando es seguridad y tranquilidad. De un día para otro decidimos que nuestro destino debía ser España», explica la pareja.
La ruta Serbia-Bosnia-Croacia
Por recomendación de un amigo, contactaron con un coyote vía online que los acompañaría —de forma virtual— durante toda la travesía. En menos de una semana Abel y Dunia transitaron por seis países: Serbia, Bosnia, Croacia, Eslovenia, Italia y España. Recorrieron más de 11 mil kilómetros, unas veces a pie y otras en bus, taxi, tren y avión.
El recorrido se hace solo, es decir, el guía no acompaña físicamente al viajero. Le orienta el recorrido por GPS y en algunos puntos el migrante se encontrará con coyotes que facilitan el cruce del río o un taxi que lo espera. La planificación y organización están incluidas en el pago. No es esta la única ruta que siguen los cubanos en la zona. Algunos viajan por Grecia, otros pagan un precio superior por un auto privado que los conduzca hasta España.
Para ello es imprescindible adquirir en Serbia una línea de teléfono móvil con un paquete de datos móviles suficientes para el recorrido y con posibilidad de activar roaming, servicio que permite cambiar de un país a otro sin la interrupción de la conectividad.
La moneda local es el dinar serbio y la tasa de cambio con respecto al euro ronda alrededor de los 110 dinares por 1 euro. Abel y Dunia adquirieron la SIM por un precio entre los 2 500 y 3 000 dinares, menos de 30 euros. Cuentan que usaron un solo teléfono durante toda la travesía y llevaron un cargador portátil para recargar la batería.
Para el recorrido, cargaron una mochila pequeña con una muda de ropa, dos pomos de agua y tabletas de chocolate. En la preparación del viaje analizaron que durante el trayecto se puede comprar más agua. Viajar ligero facilita que, en caso de lluvia, la carga no se haga tan pesada.
«Nos dieron una localización, caminamos bastante hasta llegar a una casa desalojada donde nos recogería un bote. Esperamos hasta tarde, nos cruzaron el río (Drina) hacia Bosnia y ya del otro lado, pagamos», cuenta Dunia.
De ahí, los llevaron en taxi hasta una estación de autobuses. Tuvieron que volver a pagar. El bus los trasladó a otro pueblo de Bosnia, donde esperaron el resto del día hasta que un auto los acercó a Croacia. «Ahí empezó una larga caminata, en la que hay que atravesar un monte donde no hay nada, solamente hierba. Usamos Google Maps para ver las ubicaciones e indicaciones de por dónde coger. Había mucho frío porque era diciembre y nos tocó lluvia y nieve», cuenta Abel.
El río Una, que divide Bosnia de Croacia, estaba crecido. Abel recuerda que al tratar de cruzarlo tuvo que regresar a la orilla por las bajas temperaturas de las aguas. Tenía los pies entumecidos. Aunque la profundidad no era un problema, era muy arriesgado.
Cayó la noche, y la lluvia, y regresaron monte arriba por una pendiente resbaladiza por el fango.
«Nos agarramos de las matas, uno ayudando al otro, hasta que pudimos llegar a la punta de la loma y ahí nos quedamos, sin Internet», relata.
«Cuando volvió la señal, encontramos otro camino que nos llevaba a la carretera y decidimos tomar el riesgo y salir del monte».
La baja visibilidad por la lluvia y la niebla ayudó a que no los detuvieran en un puente que divide la frontera de Bosnia con Croacia. Fue pura suerte.
«Ese día, aparte de estar empapados, tuvimos que botar toda la ropa que llevábamos para liberar peso. Dormimos en una parada».
Abel describe la parada como un lugar con techo, pero sin paredes, totalmente desprotegida del clima. Recuerda que esa noche casi entró en hipotermia. Caminaron tres kilómetros para llegar a otra parada y antes del amanecer tomaron un bus hacia un pueblo de Croacia. De ahí un tren los dejó cerca de la frontera de Croacia y Eslovenia.
Llegaron de noche. El río (Kupa o Kolpa) había crecido, no podían tomar la carretera, tampoco el monte.
«Decidimos ir por la línea del tren, algo peligroso porque si llegan a pasar dos trenes y nos coge un cajón de aire, no hacemos el cuento», cuenta Dunia.
Caminaron sin darse cuenta que estaban en Eslovenia porque el GPS no les marcó la frontera.
Espacio Schengen: Eslovenia-Italia-España
El primero de enero de 2023 Croacia se integró al espacio Schengen de libre circulación y adoptó el euro como moneda sustitutiva de la kuna. La entrada a la eurozona —aunque desde 2013 el país es miembro de la Unión Europea— también significa que «se retiraron los controles en 73 pasos de las fronteras de Croacia con Eslovenia y Hungría», según información de El País.
Pero cuando Dunia y Abel hicieron la travesía, Croacia representó el mayor desafío para sortear los controles. Por eso sintieron tanto alivio cuando los detuvo la Policía eslovena.
«Estábamos en shock. Nos alumbraron con una linterna y nos montaron en un auto hasta la estación de Policía. Nos atendieron bien, nos dieron comida, nos pusieron en un cuarto con calefacción y ahí dormimos ese día. Al amanecer, nos trasladaron para un campamento de refugiados, donde los solteros van para un lugar y las parejas para otro», cuenta Abel.
Tuvieron desayuno, almuerzo, comida y baño con agua caliente a su disposición. Las personas que se quedan sin ropa encuentran allí prendas de donación.
«Hay personas que llevan meses viviendo ahí porque no tienen dinero, no tienen nada y llegan a ver qué pasa con ellos. El campamento te da derecho a pedir asilo en Eslovenia o para la Unión Europea», aclara Abel.
Según la base de datos de la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 279 cubanos solicitaron asilo en el primer semestre de 2022 en Eslovenia. Entre los seis países que componen esta ruta migratoria, España se ubica en primer lugar con 532 solicitudes de asilo en igual período.
En el campamento conocieron diversas historias. Encontraron a un joven con el rostro dañado por plantas de espinas mientras huía de la Policía croata, que suelta los perros para que persigan a los migrantes.
A los dos días de estancia en el campamento, tenían la ruta para continuar a territorio español, así que decidieron escapar. Tomaron un bus hasta una zona cercana a la frontera con Italia. Caminaron unos cinco o seis kilómetros y entraron a territorio italiano por Gorizia. Tomaron otro bus hasta una estación de tren, donde abordaron hacia Venecia, y de ahí a Milán.
Pasaron unos días con unos amigos en Italia para recuperarse del viaje. Compraron un pasaje de bus para España, pero los detuvieron en Francia. Allí les impusieron una carta de advertencia de que no podrían pasar por territorio francés hasta que no consiguieran un visado Schengen, requerimiento imposible de cumplir en su condición de irregularidad. Lo intentaron entonces por avión y volaron hasta Madrid con su pasaporte sin la mencionada visa.
«Aclaramos que esta es nuestra experiencia, no todas las personas la han pasado igual. Muchas han tenido muy mala suerte: las han apresado, regresado a Serbia. Vimos hombres con armas en el camino, lo hacen por cuestiones de seguridad, son mafiosos», acota Abel mientras cuenta su historia.
Calculan que todo el trayecto les costó entre tres mil o cuatro mil dólares por los dos, pero esos precios se incrementan en función del coyote o el tipo de transporte que se utilice durante el recorrido. Los migrantes no son bien vistos en algunos lugares y no les permiten, por ejemplo, montar mojados en los buses. Las bajas temperaturas y la lluvia invernal ponen a prueba los cuerpos más resistentes. Cada ruta representa un desafío para quien la emprende, cada historia engrosa la lista de los miles de cubanos que en 2022 se distanciaron de su patria.
Historias al oído trae los mejores textos de elTOQUE narrados en la voz del locutor cubano Luis Miguel Cruz "El Lucho". Dirigido especialmente a nuestra comunidad de usuarios con discapacidad visual y a todas las personas que disfrutan de la narración.
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