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El deporte femenino: ¿interesa menos?
26 / junio / 2019
El Mundial Femenino de Fútbol lucha por ganarle la pulseada a cualquier noticia deportiva donde el protagonista sea un hombre. En la mayoría de los periódicos no lo consigue. En Cuba, por ejemplo, ninguno de los diarios de alcance nacional ha seguido ni siquiera los hitos del Mundial.
Nada se ha hablado en Cuba de la cruzada por la igualdad de género que genera el Mundial de Fútbol Femenino Francia 2019. En la prensa cubana ni siquiera ha aparecido una nota informativa sobre los resultados más sobresalientes de los equipos competidores. La Isla no tiene participación en el mundial femenino de 2019, y tampoco ha participado en un mundial masculino desde 1938. Sin embargo, cuando son los hombres quienes patean el balón no han faltado las columnas en los diarios y los programas de televisión sobre la gran competencia.
El cubano no es un caso aislado: el deporte femenino es menospreciado a nivel global no solo por los medios de prensa, sino también por los patrocinadores y los gobiernos. Alex Morgan, la capitana del equipo norteamericano de fútbol, ha participado en dos Juegos Olímpicos, en tres mundiales, y es una de las 100 personas más influyentes del mundo. No obstante, el pasado 8 de marzo, firmó una demanda contra U. S. Soccer, la federación de fútbol de Estados Unidos, por trato discriminatorio, disparidad salarial y desiguales condiciones de trabajo basadas en el género.
El equipo masculino de Estados Unidos –mediocre comparado con su similar femenino, que es el actual campeón del mundo– recibe un salario por partido que oscila entre 5 000 y 17 000 dólares en dependencia de la categoría del rival. Las futbolistas, sin embargo, no cobran empates ni derrotas; solo ganan si vencen a equipos clasificados entre los diez primeros del ranking de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA).
Las jugadoras chilenas, por ejemplo, no tenían estadio propio para entrenar, y usaban las camisetas que la selección masculina desechaba. Se pasaron dos años sin jugar ningún partido y la FIFA las declaró inactivas. Por su propia iniciativa resurgieron del olvido gubernamental, y ahora hacen historia jugando su primer Mundial. Por su parte, las alemanas lanzaron un revelador video promocional donde alertan que no solo jugaban contra sus rivales, sino también contra los prejuicios. «No tenemos pelotas, pero sabemos cómo usarlas», dicen.
En junio de 2016, Maidevys Espinosa, delantera del equipo sub 18 de Villa Clara –una de las selecciones de balompié más fuertes en la Isla– declaraba a esta periodista que quería ser como el argentino Lionel Messi porque no tenía referentes femeninos.
«No se pone fútbol femenino [en Cuba], no las conozco [a jugadoras famosas], aunque sé que hay muy buenas (…) Ser como Messi es pretender ser el mejor del mundo», dijo la joven a El Toque.
Si espera por la televisión y los medios oficiales Espinosa seguirá sin conocer a figuras de nivel mundial como la estadounidense Morgan o la alemana Marozsán. A Cuba, por lo visto, no le interesa mostrar el fútbol que juegan las mujeres.
Irene Tobar, futbolista ecuatoriana y mundialista en 2015, cuenta a Tremenda Nota su propia experiencia: «Aún estamos con esa mentalidad errónea y machista de no darle la cobertura apropiada a la mujer y no solamente en el ámbito deportivo. Sin embargo, se lucha contra eso y se están rompiendo esquemas sobre el empoderamiento de la mujer a nivel mundial».
¿Nada más el fútbol?
Sería ingenuo ignorar el rol de los medios de comunicación en la deficiente representación de la mujer deportista. Es usual que los medios, cuando muestran a mujeres deportistas, impliquen la subordinación del deporte femenino frente al masculino. De hecho, uno de los estereotipos más resistentes al cambio sostiene que hay deportes más «apropiados» para las mujeres y otros más «adecuados» para los hombres.
Los hombres deportistas siempre son motivo de noticia en cualquier circunstancia, mientras que las mujeres aparecen con mayor frecuencia cuando se resalta algún aspecto extradeportivo o bien cuando ganan un torneo de gran relevancia, que es imposible minimizar.
Un estudio de la Agencia Ecuménica de Comunicación reveló que el 80 por ciento de las notas deportivas sobre atletas hombres (publicadas en importantes medios de prensa latinoamericanos durante los Juegos Olímpicos de Río 2016) se referían a la actuación del deportista y no a sus rasgos físicos. En el otro lado, el 57 por ciento de las notas sobre atletas mujeres trataban de su desempeño y el 27 por ciento de su atractivo físico.
No es cuestión de disciplinas deportivas: el interés mediático disminuye con que tan solo sean mujeres las protagonistas de una competencia. En un análisis cuantitativo de los dos diarios cubanos, Granma y Juventud Rebelde, en la primera semana del mes de junio de 2019, se nota la disparidad. En el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba aparecieron diez trabajos sobre deportes, pero solo tres de ellos estaban relacionados con atletas femeninas. Mientras, Juventud Rebelde publicó una sola nota sobre una competición femenina, entre 12 textos.
Darilys Reyes, periodista deportiva del semanario cienfueguero 5 de septiembre, cree que al menos en su provincia los eventos femeninos suelen ser los menos divulgados. Por lo tanto, explica, la cobertura es mucho menor en comparación con los torneos masculinos de cualquier disciplina.
«Siempre queda de parte nuestra, como prensa, buscarlos, reseñarlos. Definitivamente es un pendiente de parte nuestra. Cuando te llega un calendario de competencias, ya sea nacional o provincial, es abrumadoramente inferior la cantidad de eventos femeninos. Quizás influya el tema de las audiencias, pero creo que las audiencias son menos porque la cobertura también es menor. Los hombres tienen el camino adelantado, en todos y cada uno de los deportes, mientras que las mujeres precisan competir también contra esa establecida espectacularidad y marcas demostradas por los hombres antes», explica la periodista especializada en temas deportivos.
El youtuber cubano Daguito Valdés, creador y conductor del canal Yo hablo fútbol, ha sido de los pocos cronistas deportivos cubanos que se ha interesado por el Mundial Femenino. De hecho, Valdés aseguró en sus redes sociales que analizará el evento deportivo una vez que concluya, aunque eso suponga perder audiencia (porque se trata de un torneo femenino).
«Haber escrito algo al respecto –dice Valdés a Tremenda Nota– me hace sentir bien porque realmente este tema no se acerca, ni de lejos, al nivel de interés de mis seguidores en el área del fútbol masculino. Mi solución son los medios alternativos, que al fin y al cabo cubren la falta de información en Cuba. A los medios oficiales no les interesa sacar el deporte femenino, ni siquiera las disciplinas más populares como el tenis o la gimnasia».
Aunque a nivel mundial los medios apuestan por los eventos deportivos más «rentables» y para eso estudian las audiencias o la popularidad de un deportista, los medios oficiales cubanos se vanaglorian de no manejar semejantes términos. Es incuestionable que las competiciones femeninas tienen menos seguidores. Pero la interrogante es por qué. ¿No interesan a los aficionados, ni siquiera a la mitad de la población mundial, que es femenina?
Este texto fue publicado originalmente en Tremenda Nota y se reproduce íntegramente en elToque con la intención de ofrecer información variada y desde diferentes perspectivas a nuestras audiencias.
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