Foto: Sadiel Mederos

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En cuestiones de bebés… la cuenta no da

4 / julio / 2022

Ser madre o padre se ha convertido en uno de los mayores desafíos en la Cuba actual. Las «inversiones» en canastilla (ropa, aseo, mobiliario y juguetería) superan en buena medida las capacidades adquisitivas de cualquier familia promedio, en un contexto económico marcado por el desabastecimiento y la especulación con salarios que no cubren las necesidades básicas.

¿Qué se necesita para esperar y atender a un hijo, al menos durante el primer año?, ¿dónde encontrarlo y a qué precio? DeFacto analiza el mercado de bienes infantiles de primera necesidad, sus principales dinámicas y propone una comparación entre los gastos familiares y el salario en el país.

Esperando al bebé

Previo y posterior a la llegada de un nuevo integrante a la familia es necesario comprar una serie de productos específicos. Los gastos fundamentales se clasifican en tres grupos: insumos personales, medicamentos y alimentación para la madre y el bebé. Las opciones no son muy variadas.

Al arribar a las 26 semanas de gestación, las embarazadas reciben en la Oficina de Registro de Consumidores correspondiente a su domicilio oficial una «libreta de canastilla», con la cual compran productos en moneda nacional y con precios subsidiados, a través de la red de tiendas especializadas.

Durante el plazo de un año, la futura madre tiene derecho a adquirir un módulo textil (una sábana, dos fundas, dieciséis culeros de gasa, diez metros de tela antiséptica, un pulóver, dos blúmeres o calzoncillos, dos toallas, un set de tres almohadas y dos pares de medias), otro de perfumería (tres jabones, cremas líquida y sólida, un pomo de colonia y uno de aceite para bebé), dos biberones, un juguete, un mosquitero, un orinal, seis percheros, una jabonera, una palangana, una cuna con colchón y un corral por un costo total de 292 pesos.

Sin embargo, estas cantidades son insuficientes. Algunos artículos carecen de la calidad requerida y no siempre están disponibles, por lo que se hace necesario recurrir a otros mercados, sobre todo informales, para completar las necesidades del bebé.

Las tiendas en moneda nacional especializadas en artículos infantiles están habitualmente desabastecidas y la compra en ellas es normada mediante la presentación de documentos de identidad, al contrario de las operantes en moneda libremente convertible (MLC), donde es posible encontrar varias marcas del mismo producto, pero a precios prohibitivos de acuerdo a la tasa de cambio vigente en el mercado informal de divisas.

Tales condiciones han determinado la existencia y expansión del mercado negro de la canastilla: inestable y especulador, pero una alternativa al fin para quienes no poseen cuentas en MLC ni pueden pernoctar en las afueras de una tienda o permanecer durante horas en una cola.

Las plataformas online WhatsApp, Telegram y Facebook se han convertido en el espacio alternativo fundamental para la compraventa e intercambio de canastilla, alimentos y medicamentos para bebés (así como para las madres) y en sus grupos —segmentados en productos, edades y territorios— es posible encontrar casi todo. Funcionan bajo la ley de oferta-demanda y, aunque son un modo relativamente cómodo de comprar insumos, muchos no pueden acceder a ellos debido a los altos precios.

La canastilla

Artículos de canastilla prioritarios con sus precios en los mercados formal e informal cubano actual:

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Un bebé consume alrededor de 60 paquetes desechables de culeros y unos 40 de toallas húmedas durante su primer año, de manera que el gasto solo en aseo está cerca de los 38 320 pesos cubanos, asumiendo estos artículos entre 500 y 200 pesos respectivamente (precios intermedios entre los oficiales y el máximo en el mercado informal) y la utilización del correspondiente módulo de la canastilla. Con lo cual se dedicarían unos 3 200 pesos mensuales solamente a estos dos productos.

Mientras que para comprar coche, cuna, colchón y mosquitero se necesitan en promedio 23 000 pesos. A ello deben sumarse las prendas de vestir del bebé, cuyo crecimiento es muy rápido en ese período, por lo cual la ropa deja de servirle en cuestión de meses y hace falta renovarla.

Si el bebé toma leche de fórmula, también se necesitan más biberones y sobre todo teteras pues se deterioran con el uso y el lavado frecuentes. Deben considerarse además las necesidades particulares de cada familia en cuanto a lencería, artículos de alimentación y aquellos utilizados para promover la estimulación temprana como marugas, sonajeros y otros juguetes.

Medicamentos: el costo de la anticipación

La prolongada escasez de medicamentos en el país también ha afectado los destinados a tratamiento infantil: antibióticos, antihistamínicos y antipiréticos fabricados en polvo para suspensión, supositorios y jarabes.

Es necesario entonces recurrir al mercado alternativo para adquirir medicinas, en su mayoría de producción nacional, a precios elevados como dipirona, amoxicilina, cefalexina, ketotifeno; y otros de producción extranjera como el Mylicon, (nombre comercial de la simeticona) y el Tylenol (acetaminofen).

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Para conformar un botiquín previsor en ambientes extrahospitalarios es imprescindible contar con, al menos, un frasco de cada medicamento de los relacionados en la tabla para tratar diarreas, alergias, fiebres ocasionales derivadas de la vacunación o procesos virales, así como infecciones bacterianas.

La dipirona es uno de los más utilizados, cada estuche trae solo cinco supositorios y durante un evento febril persistente por dos días, por ejemplo, sería preciso utilizar dos estuches a razón de un supositorio cada seis horas.

En el caso de encontrar las medicinas en la red de farmacias, el monto sería de 68.95 pesos, pero esto es muy poco probable y la cifra, por otras vías, asciende a 1 400 pesos.

Ameritan mención aparte las tabletas prenatales, el fumarato ferroso y el ácido fólico indicados para el consumo de la gestante durante y después del embarazo. Los suplementos deben ser garantizados a la futura madre por el área de salud de su residencia, pero desde hace varios meses no están disponibles, aunque es posible encontrarlos en el mercado negro con los precios señalados en la tabla. En la mayoría de los casos, vale aclarar, son de producción extranjera.

También es importante destacar que, a pesar de no clasificar como medicamentos de primera necesidad, los repelentes contra insectos, los protectores solares y las cremas para rozaduras o la llamada «pañalitis» son muy importantes en un país tropical como Cuba y no están disponibles para la venta en ninguna tienda en moneda nacional, mucho menos en dispensarios del sistema de salud. En la red informal, sus precios nunca son menores a los 500.00 pesos.

El dilema de la alimentación

La Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia recomiendan alimentar al bebé con lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes, cuando el organismo está listo para suministrarle viandas, vegetales, frutas, carnes, leguminosas, cereales y derivados lácteos portadores de compuestos esenciales para garantizar su crecimiento y desarrollo psicomotor.

Sin embargo, muchas madres deciden adelantar el proceso, impulsadas por el temor de no producir una leche materna lo suficientemente rica en nutrientes a partir de un déficit de base en su propia alimentación; así como por la ausencia de complementos (tabletas prenatales, ácido fólico y fumarato ferroso), indicados a consumirse durante el embarazo y en falta durante meses en las farmacias locales.

La canasta familiar normada garantiza a los niños leche (en polvo o fluida en dependencia de la zona del país), una cierta cantidad de cajas de compota (en La Habana 13 o 14 en meses alternos, en el resto de las provincias, menos) y en dependencia de la disponibilidad, carne de res y pollo adicionales.

Amén de estas «garantías», no exentas de inestabilidades, la familia debe asumir además de sus gastos para alimentación otros específicos en función de ofrecer a los pequeños dietas balanceadas y realmente ajustadas a sus demandas nutricionales.

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Para nutrir al bebé al comenzar la alimentación complementaria (al cumplir seis meses), se requieren en promedio durante un mes 40 libras de malanga —una de las viandas más consumidas tradicionalmente—, 15 de boniato, 10 manos de plátano y 20 libras de pollo, única carne recomendada para ese momento en Cuba; además de las correspondientes frutas de estación (no deben ser cítricas) para la elaboración de jugos y compotas.

A partir de los siete meses se agregan otras carnes y frutas, así como los granos y pastas alimenticias, pues el niño puede comenzar a alimentarse en mayor medida con una dieta similar a la de su familia.

Cada núcleo diseña su propia estrategia acorde a su solvencia y a las disponibilidades del mercado. En cuestiones de nutrición, al inicio de la vida es imposible jerarquizar un alimento sobre otro, ya que cada uno aporta nutrientes específicos. La decisión de darle al niño más de algo y menos de lo otro responde a las posibilidades reales.

Para poder arribar a una cifra aproximada de cuánto es necesario gastar en la alimentación del bebé, se ha trazado una línea hipotética que agrega una libra más de cada producto a las compras mensuales del hogar, lo cual se redondea en unos 3 000 pesos más.

¿Hacer qué, con cuánto?

Cuando se piensa en el sostén económico de un hijo, es inevitable centrar la atención primaria en la condición económica de la figura materna. En muchos casos es ella quien asume la responsabilidad, acompañada o no de una pareja, con o sin apoyo familiar. En ese sentido, el panorama no se muestra del todo favorable.

Así lo demuestra el Anuario Demográfico de 2021, en el que se constata que, si bien las madres sin pareja al momento del parto no son mayoría, el número no es nada despreciable: 7 179, entre solteras, viudas y divorciadas.

Por otra parte, y aunque según el capítulo Empleos y Salarios del Anuario Estadístico de 2020 las mujeres representaban en ese año el 39.4 % de la población económicamente activa del país, estas no se encuentran en los sectores de mejores ingresos mensuales: Explotación de minas y canteras; Suministro de electricidad, gas y agua; Transporte, almacenamiento y comunicaciones, y; Ciencia e Innovación tecnológica.

Ellas son mayoría, sin embargo, en los sectores de Salud pública y Asistencia social; Educación; Servicios comunales, de Asociaciones y Personales y Administración Pública; Defensa y Seguridad Social. En ese orden, que son menos remunerados.

A ello se le suma que más de la mitad de las madres que tuvieron sus hijos en 2021 no trabajaban; la mayoría eran amas de casa y 9 082 aún estudiaba, por lo cual, no perciben los beneficios del Decreto Ley 56/2021 «De la maternidad de la trabajadora y la responsabilidad de las familias».

En la norma se establecen las cuantías de las licencias pre y posnatales a las madres vinculadas tanto al sector estatal como al privado y de la prestación social garantizada hasta que el bebé arriba a su primer año de vida, equivalente al 60 % del salario percibido en los últimos doce meses anteriores al nacimiento o de acuerdo a la contribución al régimen de seguridad social para las trabajadoras no estatales.

Teniendo en cuenta que el salario medio mensual en Cuba (2021) es de 3 830 pesos, el promedio de las licencias de maternidad ronda los 2 299 pesos, una cifra ínfima si se compara con todos los gastos que una madre debe hacer en aseo, medicamentos y alimentación para esperar a su bebé y luego sustentarlo sobre todo durante los doce meses iniciales.

Solo para comprar un coche, una madre debería disponer del pago íntegro de cinco meses de su licencia de maternidad, el de tres para adquirir una cuna y el de dos y medio para un andador.

Para el aseo de un mes, también debería dedicar todo lo recibido y aún le faltaría dinero para completar, por lo que no podría comprar comida ni ropa ni un medicamento imprevisto.

La alimentación de su hijo le requeriría gastar también más de lo que cobra en 30 días, sin incluir emergencias ni gastos extraordinarios; tampoco sus propias necesidades o las de alguna otra persona que dependiese de ella.

No se consideran juguetes y otros artículos como mecedoras, alfombras de gateo, sillas donde sentarlo a comer y escaparate, ni los gastos en electricidad, agua, gas y productos de limpieza para la ropa del bebé y la cocción de sus alimentos.

A pesar de ello, el balance ha sido calculado en función de quienes perciben, aunque insuficiente, un salario estable, pero ¿cómo logra hacerlo ese otro porciento elevadísimo dedicado al cuidado del hogar, las estudiantes, las madres solteras, las viudas? La cuenta en cuestiones de bebé no da.


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Dayana

Muy bueno el artículo, para mi es el mejor que había leído ,no tenía idea de en cuántas cosas uno tiene que gastar por necesidad para el bienestar de nuestros bebés y niños de la primera infancia, mil gracias y sigue así
Dayana

Beatriz Moreno Maso

"Para nutrir al bebé al comenzar la alimentación complementaria (al cumplir seis meses), se requieren en promedio durante un mes 40 libras de malanga —una de las viandas más consumidas tradicionalmente—, 15 de boniato, 10 manos de plátano y 20 libras de pollo, única carne recomendada para ese momento; además de las correspondientes frutas de estación (no deben ser cítricas) para la elaboración de jugos y compotas." ESOS DATOS SON EXAGERADOS. EL MES TIENE 30 DIAS, Y ESO NO SE LO COME NINGUN BEBE NORMAL.!0 MANOS DE PLATANOS? LAS MANOS TRAEN 12 PLATANOS AL MENOS, DIEZ MANOS SON 120 PLATANOS, O SEA QUE EL BEBE SE VA A COMER 4 PLATANOS DIARIOS? Y ADEMAS SE COME MAS DE UNA LIBRA DE MALANGA Y UNA LIBRA Y PICO DE POLLO ETC. ETC. ETC. ESTOY DE ACUERDO QUE LA SITUACION ES TENSA, MUY TENSA, PERO POR FAVOR SAQUE MEJOR LAS CUENTAS Y NO PUBLIQUE BARRABASADAS

Aguerly

No creo q las sifras estén exagerados porque por lo menos donde yo vivo la libra de malanga son 4 malanguitas y mi niño como mas q eso.... pero es muy cierto q la maternidad en este pais es un desafío y reto yo por ejemplo desde q soy mamá no se q cosas es comprar algo para mi y eso q pongo culeros de gasa y desechables solo para salir y ahorro toallitas a mas no poder
Aguerly
Beatriz Moreno Maso

Jj

Es un problema tener hijos en nuestro país y triste verlo crecer com hambre
Jj

Brenda Martinez lago

Es una tarea titánica tener un bebé hoy día , no hay manera humana de darle sus condiciones básicas de vida , es triste como se está viviendo.
Brenda Martinez lago

Carina

Excelente artículo. Toda la realidad. Es un reto afrontar la maternidad desde el punto de vista económico en este país.
Carina

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