La imagen de varios niños durmiendo sobre cartones frente al Hotel Gran Muthu Habana estremeció las redes. No fue sorpresa, pero sí golpeó la sensibilidad colectiva. Según reportes independientes, los menores piden dinero y comida hasta altas horas de la noche para sobrevivir. A solo unos metros de un hotel de lujo y un mercado en dólares, se cruzan dos mundos que ya no pueden ocultarse, un reflejo evidente de las desigualdades que persisten en la isla.
La escena revive las palabras que Fidel Castro pronunció en la ONU, en octubre de 1979, cuando habló de los «derechos de la humanidad», de los «niños sin pan» y de los «enfermos que no tienen medicinas». Casi medio siglo después, esas frases resuenan en una isla donde miles de personas enfrentan pobreza, falta de agua potable y una crisis sanitaria sin control.
En Matanzas, la escasez de agua se ha vuelto un problema crónico. Varios videos muestran un panorama preocupante. Algunos barrios llevan meses sin suministro regular y los vecinos han tenido que recurrir a alcantarillas o cisternas improvisadas para abastecerse. La acumulación de basura en las calles aumenta el riesgo de dengue y hepatitis A. A esto se añade que los hospitales permanecen saturados y con pésimas condiciones de higiene, como revelan las denuncias. Aunque las autoridades han enviado presos y jóvenes del Servicio Militar a limpiar la ciudad, la medida resulta insuficiente frente a la magnitud del problema.
También el sistema de Salud en Camagüey muestra un colapso preocupante. Reportes independientes han advertido que en los hospitales no se realizan exámenes básicos como leucogramas, hematocritos o pruebas de plaquetas y que muchos pacientes permanecen sin diagnóstico. Ante esa situación, las familias recurren a métodos caseros para tratar los malestares. La opacidad oficial profundiza el abandono y la vulnerabilidad.
Por otro lado, un activista avileño alertó sobre muertes recientes no reconocidas por el régimen cubano y habló sobre la expansión de los arbovirus a casi todos los municipios de la provincia. Según dijo, la población convive con calles llenas de basura y no se logra contener la propagación de estas enfermedades debido a los niveles elevados de insalubridad.
En Las Tunas, varios casos sospechosos de hepatitis A han encendido las alarmas entre los habitantes. El subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, el doctor Aldo Cortés González, informó sobre pacientes con síntomas de la enfermedad en el área de dos policlínicos. En una publicación en Facebook del Gobierno local, los usuarios criticaron el déficit de recursos médicos y la ausencia de seguimiento de los brotes, lo que multiplica los riesgos de contagio.
En medio de las urgencias generadas por esta crisis nacional, el poder movió una de sus fichas. El Consejo de Estado anunció la promoción de Oscar Pérez-Oliva Fraga al cargo de viceprimer ministro, quien mantendrá además la responsabilidad sobre Comercio Exterior e Inversión Extranjera, dos áreas estratégicas en la gestión de las divisas. El nombramiento evidencia la concentración del poder en un círculo cerrado.
Pérez-Oliva es sobrino nieto de Fidel y Raúl Castro, un vínculo familiar que refuerza su posición dentro de la estructura de Gobierno. Su trayectoria en el área económica, combinada con la cercanía familiar, asegura que las decisiones principales sigan bajo supervisión directa de la élite. Este ascenso forma parte de la llamada «renovación de cuadros», que busca garantizar la lealtad en puestos clave.
La nueva escaramuza refleja cómo el poder se reorganiza para sostenerse frente a la creciente presión social y la crisis económica. Mientras la población padece la carencia de servicios básicos y emergencias sanitarias, la casta gobernante consolida su control mediante maniobras como esta. La prioridad sigue siendo preservar la estabilidad del régimen y mantener cohesionada la dirección política, incluso ante desafíos que afectan a toda la isla.
El contraste entre el discurso histórico de justicia social y la precariedad actual es el eje de esta nueva entrega de Radiografía de Cuba, un videopódcast de elTOQUE en alianza con la Fundación Konrad Adenauer. Las imágenes que abren el episodio muestran lo que el poder intenta disimular: niños durmiendo en las calles, comunidades que beben agua de alcantarillas y hospitales colapsados por dengue y otros padecimientos derivados de la insalubridad.
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