Imagen de referencia / Foto: Sadiel Mederos
Cuba autoriza el otorgamiento de préstamos en moneda extranjera a las Mipymes: Qué otras urgencias quedan pendientes
5 / noviembre / 2021
El Banco Central de Cuba (BCC) autorizó este martes el otorgamiento de préstamos en moneda extranjera a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), y a las cooperativas no agropecuarias (CNA), una de las recomendaciones planteadas por especialistas en un space reciente de elTOQUE en Twitter.
Las licencias para brindar ese servicio quedarán a cargo del Banco Central, que en la ocasión anunció que el primero de esos permisos ya había sido concedido a la Financiera Iberoamericana S.A.
Esa razón social es «una empresa mixta propiedad conjunta de Banco de Sabadell (50%) y el Banco Internacional de Comercio S.A (50%)», consigna en su sitio el BCC.
La misma fuente detalla que Financiera Iberoamericana fue aprobada por el Consejo de Ministros de Cuba en noviembre de 1999, y constituida mediante escritura notarial el 24 de febrero del año siguiente, con el objetivo de otorgar financiamientos a personas jurídicas dentro del territorio cubano, «incluidas aquellas con capital extranjero». Entre sus campos de acción se listan las promociones inmobiliarias, lo que induce a suponerla vinculada con el turismo.
De sus accionistas el más conocido es Banco Sabadell, el cuarto de España por el monto de sus activos, que al cierre de 2020 superaban los 235 mil millones de euros. El Banco Internacional de Comercio S.A., a su vez, fue creado en octubre de 1993 e inscripto tres meses después. Su accionariado es muestra de la compleja trama bancaria establecida por La Habana bajo la consigna de eludir el Bloqueo. Bicsa, como se define por sus siglas, es dirigido desde su fundación por el Grupo Nueva Banca, S.A. y Bancholding S.A., «ambos establecidos según leyes de la República de Cuba». Seguir más allá en la pesquisa de sus interioridades supone una empresa similar a la de adentrarse en la madriguera del conejo de Alicia: difícilmente se conseguirá llegar a los últimos eslabones de la cadena.
La Resolución 285/ 2021 deberá entrar en vigor a finales de esta semana, anticipó el BCC, que a sus efectos entenderá como «monedas extranjeras» a todas las libremente convertibles aceptadas hasta ahora.
Una recomendación escuchada
Hace dos semanas, en un space de elTOQUE en Twitter, el economista y profesor universitario Omar Everleny Pérez Villanueva propuso establecer un sistema de créditos sustentado por los fondos bancarios en dólares inmovilizados a causa del bloqueo. En junio, el Banco Central de Cuba había suspendido la aceptación de nuevos depósitos de efectivo de la moneda estadounidense, a causa de las dificultades que encontraba para emplearla en sus intercambios comerciales en el exterior.
«EL MLC [Moneda Libremente Convertible] es en realidad un dólar bancario, y a él están ligados todos los aspectos de la economía cubana. Bajo diversos formatos ese dinero pudiera prestarse al sector privado y cooperativo. No solo contribuiría a dinamizar la importación, sino también al establecimiento de nuevos negocios. No podemos olvidar que muchos proyectos se ‘montarán’ sobre emprendimientos cuentapropistas ya consolidados, pero que un número mucho mayor deberá comenzar casi desde cero», reflexionó Pérez Villanueva durante un debate sobre precios, inflación y economía privada en Cuba, conducido por el abogado y consultor de empresas Aldo Álvarez, y la empredeora y activista Saily González.
Otra recomendación suya fue autorizar la importación y exportación directa para los nuevos emprendimientos no estatales. Las urgencias más inmediatas son rebajar los costos de operación –de insumos y equipos, en primer término– resaltó.
Medida antiinflacionaria y de promoción de negocios, a la vez
«La Tarea Ordenamiento fue una decisión correcta, pero no se hizo en el momento ni con la secuencia adecuados. Si antes del Día Cero hubiese entrado en vigor la nueva legislación sobre las Mipymes y las CNA, se habría evitado incorporar a la circulación la gran masa monetaria que se distribuyó desde entonces sin equivalencia en cuanto a bienes y servicios», observó en otro momento del space Pérez Villanueva. A su juicio, los elevados precios con que muchos negocios privados reabrieron sus puertas en las últimas semanas dan cuenta de la crisis inflacionaria que vive Cuba. Y de lo complicado que será revertirla.
Hace una semana, el entonces jefe de la Comisión Permanente de Implementación y Desarrollo de los Lineamientos del Partido Comunista, Marino Murillo Jorge, reconoció que la capacidad de compra que dio la reforma salarial se había visto muy afectada, fundamentalmente en los sectores de menos ingresos.
«Es un tema que hay que administrar. Un actor económico que logre materias primas en el ambiente de las empresas estatales y forme precios en el ambiente de 1x70, sin ser muy eficiente, va a tener grandes utilidades. Esto tributa a procesos inflacionarios en el futuro», comentó, acusando de manera tangencial al cuentapropismo y otros nuevos actores no estatales.
La lógica de sus declaraciones difícilmente pueda ser compartida por la mayoría del sector privado en Cuba.
«Luego de un año y medio cerrados, o trabajando de manera limitada, a la mayoría de los emprendimientos les ha sido difícil adaptarse a operar con varias monedas y tasas de cambio. Y todo eso alcanza también a los clientes, que en ocasiones expresan su inconformidad por la subida de precios o la falta de productos. Los restaurantes y cafeterías han sido de los más afectados por esta situación», comentó Saily González, quien hasta mediados de octubre regentó Amarillo B&B, un negocio de hostelería en la ciudad de Santa Clara.
«Hay que hablar de los nuevos precios, y de cómo a los emprendedores no les ha quedado otra alternativa que adaptarse para sobrevivir», agregó Aldo Álvarez.
La inflación y el desabastecimiento son problemas de fondo que ninguna legislación puede proscribir a golpe de decreto, opinó Pérez Villanueva, antes de señalar que contra variables como las sanciones estadounidenses o la pandemia poco puede hacerse desde la Isla. Por el contrario, sí es posible «actuar sobre los efectos de los malos resultados económicos que se venían acumulando desde 2018-2019».
«Este es un asunto fundamental. Las Mipymes pueden tener el mejor diseño, pero sin un entorno favorable no crecerán», puntualizó.
Por las mismas fechas de aquel encuentro, el Ministerio de Economía y Planificación publicaba su cuarta «lista» de nuevas micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), elevando a 227 el número de ese tipo de emprendimientos aprobados en Cuba.
En una tendencia que se mantiene, alrededor del 70 % de los proyectos se orientaban a la producción industrial y de alimentos y a los servicios, y un décimo a la informática. Significativamente, «actividades con alto peso en el trabajo por cuenta propia, como la gastronomía y el transporte no se han ‘montado’ en la ola de las Pymes», apuntaba el economista Pedro Monreal en un tuit.
No es una inquietud menor. Las reformas anunciadas para las empresas estatales –con reajustes de plantilla incluidos– «indefectiblemente aumentarán la presión sobre el sector privado para crear empleos», alertó el experto Monreal poco después. Según sus cálculos, cerca de 250 mil cuentapropistas deberán encontrar cabida en las futuras Mipymes y cooperativas, por lo que el promedio de 14 empleados registrado hasta ahora por los nuevos negocios se anticipa insuficiente.
De ramos como la gastronomía y el transporte dependerá en buena medida el éxito de la reforma económica impulsada por el Gobierno. Sobre todo, por el impacto de sus servicios en el deprimido mercado nacional. Pero la escalada inflacionaria que sufre la Isla ha limitado el restablecimiento de la primera, y previsiblemente impactará sobre los fletes de cargas y pasajeros cuando la movilidad entre provincias regrese a los niveles prepandémicos. Bien gestionados, los financiamientos en «moneda dura» pueden sostener la recuperación de ambas actividades, y hacerlas crecer al ritmo que demanda la reforma.
Lo que falta
En las últimas décadas la sociedad cubana ha acentuado su carácter transnacional que, según los especialistas, pudiera servir como catalizador de la inversión extranjera hacia el sector no estatal.
En condiciones como las de exigir la residencia en Cuba para socios de Mipymes y cooperativas, Pérez Villanueva vio una limitante sin sentido. También en la lentitud oficial para atraer a la Isla a fondos de microcréditos como los que desde Europa, en otros tiempos, intentaron financiar el desarrollo de la iniciativa privada.
«Son 'detalles' si se les compara con el avance que representa haber obtenido, al fin, la personalidad jurídica, pero tampoco se deben obviar. Entre eso y la conveniencia de que se eliminen prohibiciones como las de ejercer la arquitectura y la ingeniería civil al margen de la empresa estatal, pienso que están las principales carencias de las nuevas normas», confesó.
Visto lo ocurrido con una de sus observaciones de aquella noche, y teniendo presente la difícil situación económica que vive la Isla, no parece insensato esperar que otras inquietudes de entonces sean «atendidas».
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