La descentralización de la web parece no tener fin, y en esta ocasión ha llegado a las redes privadas virtuales (VPN, por sus siglas en inglés). Desde hace unos años, varios proyectos han apostado por aplicar la tecnología de la cadena de bloques o blockchain a una de las herramientas digitales más usadas en el mundo.
Las VPN son ampliamente utilizadas para lograr mayor privacidad a la hora de buscar información y solicitar servicios en Internet, y también para burlar la censura en la red de redes. Al activarlas, el dispositivo del usuario viaja virtualmente hacia un servidor antes de alcanzar el destino final. De esta manera, por ejemplo, si se abre la aplicación de Facebook desde un dispositivo móvil con Psiphon activado —una de las VPN más conocidas en Cuba—, se accede a la red de los likes desde un servidor controlado por la compañía y asentado en el extranjero. Con este proceder, se pueden evitar los intentos de censura de Etecsa o las denegaciones de servicio que algunas compañías aplican sobre los usuarios cubanos.
Existen VPN gratuitas (más inseguras, porque pueden vender datos asociados a la navegación de los usuarios) y de pago (más seguras, pues respetan la privacidad de quienes contratan el servicio).
A diferencia de las VPN regulares, las VPN descentralizadas (dVPN) cuentan con varios servidores o nodos dispersos por todo el mundo y que no son administrados de forma centralizada. Cualquier usuario puede seguir determinadas instrucciones para crear un nodo propio, compartir el ancho de banda de su conexión a Internet y cobrar por ello. Si desea usar el servicio y no ofrecerlo, el usuario puede hacerlo pagando una tarifa, por lo general, en una criptomoneda del proyecto.
Hasta la fecha, existen varias VPN descentralizadas, algunas más desarrolladas que otras, pero todas brindan el mismo servicio: privacidad.
Solar dVPN
Solar dVPN es uno de los proyectos de Solar Labs, un centro creador de herramientas digitales fundado en 2021 por el emprendedor ruso y activista por los derechos humanos Aleksandr Litreev. Solar Labs está radicada en Estonia.
La VPN descentralizada cuenta con decenas de servidores en Europa, América, Australia y Asia. Cada uno es administrado por un usuario de la blockchain Sentinel y cuenta con diferentes tarifas. El gigabyte de tráfico se paga en gemas, que pueden ser adquiridas con saldo de la cuenta de iTunes (para dispositivos de Apple) o Google Play (para Android). Con un dólar, por ejemplo, se pueden comprar hasta 100 gemas, mientras que con 5 se obtienen 2 000.
Algunos de los servidores han sido verificados por Solar Labs, lo que brinda una capa más de confiabilidad. El acceso a esta VPN descentralizada se realiza a través de las aplicaciones para Android, iOS y MacOS.
Mysterium VPN
Mysterium VPN es otra de las VPN descentralizadas más conocidas. Cuenta con más de 10 mil nodos activos en más de 100 países y mensualmente gestiona alrededor de un petabyte —un millón de gigabytes— de tráfico de datos. Según su sitio web, se emplea en países como Irán, Nigeria y Rusia.
La VPN se basa en las blockchains de Ethereum y Polygon. Sin embargo, permite el pago de sus servicios en varias criptomonedas (bitcoin, litecoin, USDT y doge), además de PayPal y tarjetas de crédito/débito. También acepta MYST, el criptoactivo de la red Mysterium, que equivale a un cuarto de dólar.
El empleo de la VPN puede ser de solo centavos de dólar, aunque el valor depende del nodo elegido y el tiempo de conexión.
Tachyon VPN
Quizá una de las VPN descentralizadas más accesibles es Tachyon. Está desarrollada sobre una red de nodos descentralizados llamada Tachyon Network, presente en América, Europa, Asia, Australia y Oceanía.
Varios de los nodos de Tachyon VPN son públicos, es decir, accesibles para cualquier usuario. Para enrutar la navegación en Internet a través de ellos, es necesario descargar la aplicación —disponible para dispositivos de Apple y Android—, acceder al listado de los nodos libres, y copiar la llave (key).
Dentro de la aplicación, es preciso pinchar en el apartado «The Fastest Server» (el servidor más rápido), luego pulsar en Option (opción), seguido del símbolo «+». A continuación, se debe copiar la llave o escanear el código QR que muestra el sitio web del proyecto.
En caso de desear un nodo aleatorio que permita una conexión a la mayor velocidad posible, solo hay que seleccionar una opción según el servicio a emplear —juegos, videos en streaming— o una locación. Por el momento, los nodos en Estados Unidos —específicamente en Chicago— son los más estables.
¿Es posible administrar el nodo de una dVPN desde Cuba?
Con la descentralización de las VPNs, la administración de un nodo parece ser una idea bastante atractiva, sobre todo porque permitiría a cubanos en el exterior acceder a sitios webs disponibles solo para quienes estén en Cuba, por ejemplo, la plataforma EnZona. Aunque una de las premisas de las dVPNs es evitar la censura y cibervigilancia que las autoridades aplican sobre los ciudadanos, estas ideas no se aplican del todo en determinados países.
En teoría, cualquier usuario con conocimientos mínimos de programación, un ancho de banda adecuado y una conexión a Internet con velocidad estable puede configurar un nodo, por ejemplo, de Mysterium. Si bien las características del servicio brindado por Etecsa al sector residencial no son las más idóneas para ejecutarlo, otras disposiciones también lo impiden. Docker, un programa imprescindible para desarrollar el entorno virtual donde alojar el nodo, está bloqueado para los residentes en el archipiélago cubano como consecuencia de las sanciones estadounidenses en cuanto a exportaciones de tecnología y prestación de determinados servicios tecnológicos.
Asimismo, desde el sitio web de IPX –el criptoactivo con el cual se recompensa a los administradores de los nodos de la red Tachyon– se afirma que la criptomoneda está restringida en determinadas zonas y países, sancionados todos de alguna manera por Estados Unidos. Cuba está entre los lugares listados, aun cuando el Gobierno cubano reconoce el uso de las criptomonedas por los residentes en el archipiélago. Además, IPX atraviesa uno de sus peores momentos en el mercado.
A pesar de esto, las dVPNs son una buena opción para acceder a sitios y servicios bloqueados desde y para Cuba, dadas las restricciones de libertad de información que experimenta el país caribeño.
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