El matiz cómico de la 63 Serie Nacional de Béisbol y sus federativos nacionales no defrauda. Semana tras semana, nos deja nuevos episodios ridículos e, incluso, la subserie Pinar del Río-Villa Clara trajo «lenguaje de adultos» en plena transmisión televisiva.

Cada domingo, repasamos las novedades más llamativas del deporte en Cuba o relacionadas con la isla; y la pelota cubana sigue ganando titulares, no por conseguir medallas o éxitos en la arena internacional, sino por hundirse cada día más en el lodo de la mediocridad a la que la han condenado.

La temporada de esta semana comenzó con la «expulsión deshonrosa» por parte de la Federación beisbolera cubana del lanzador pinero Jonathan Carbó, quien «abandonó su contrato en Italia», gestionado por la entidad antillana.

Lo ridículo es que el pitcher pinero se había autoexpulsado y roto cualquier vínculo con la pelota cubana cuando se publicó en medios del oficialismo la insultante nota.

Carbó, de 26 años, decidió no regresar a la isla tras romper su contrato en la serie italiana y se estableció en República Dominicana buscando firmar con alguna organización de las Grandes Ligas. El reportero deportivo Francys Romero confirmó la noticia el miércoles 15 de mayo en su perfil de Facebook.

Como suele suceder en estos casos, el lanzador se «esfumó» por unos días y utilizó su visado europeo para viajar hasta la capital quisqueyana y comenzar el entrenamiento a la espera de una posible firma profesional.

Mientras esto sucedía en la vecina Quisqueya, los federativos cubanos expulsaron de manera «deshonrosa» a Carbó de su sistema competitivo. ¿Qué habrán hecho? ¿Habrán escupido su foto del carnet o azotado su camiseta del equipo Cuba? La dirigencia del béisbol en la isla no deja de sacarnos una sonrisa.

Pero ahí no quedó todo, pues ese mismo día también anunciaron las sanciones a los implicados en el caso del «árbitro fantasma», un nuevo capítulo en la serie de «Campanioni y sus amigos».

Según la revista deportiva Jit, fueron varios los sancionados en el caso que llevó una «amplia investigación» por parte de la Comisión Nacional y como avizoré, la cadena se rompió por el eslabón más débil.

«¿Por dónde se romperá la cadena? Seguramente, a estas horas la cabeza del locutor local pende de un hilo por arrogarse el derecho de cambiar nombres de árbitros sin consultar a los directivos que estaban en los palcos del Capitán San Luis devorándose la merienda de turno», ironizaba hace par de columnas. 

Mediocridad en la pelota cubana: nuevos capítulos de la serie de los escándalos

La 63 Serie Nacional de Béisbol no deja de sorprender para mal a los fanáticos de la pelota cubana. Esta semana arrancó con dos nuevas actuaciones deplorables para el principal evento deportivo del país.

Y, en efecto, el anotador oficial del estadio pinareño se quedó sin trabajo durante el resto de la temporada beisbolera cubana, como si la responsabilidad total no recayera en los altos funcionarios de la Comisión Nacional que estaban allí.

Tanto Ricardo Companioni, el árbitro central de este caso, como José Andrés Ramos (anotador oficial), César Pérez (supervisor de árbitros) y Charles Díaz (comisario técnico), quedaron fuera de lo que resta de la 63 Serie Nacional.

La árbitra Yanet Moreno, jefa del equipo el día de los hechos, quedó separada apenas dos subseries. Y después, debemos creernos que cada quien fue castigado según la responsabilidad asignada en el terreno.

El Comisionado Juan Reynaldo Pérez Pardo relató que fue el propio Companioni quien tuvo la idea de cambiar su nombre para evitar «abucheos del público», e insistió en que sus colegas de la entidad beisbolera no fueron consultados.

Para Pérez Pardo era muy importante aclarar que los mandamases no eran responsables de tamaño desliz.

Al respecto, el periodista deportivo de Pinar del Río, Ernesto Amaya, detalló en Facebook que «lo peor de todo es que había personas ahí con poca implicación y que fueron separadas por lo que resta de año».

«Me sorprende que la jefa de grupo solo sea sancionada a dos subseries (…) Fui testigo como Charlie Diaz alertó a los «de La Habana» sobre lo que estaba ocurriendo. No obstante, ahora lo meten a él como responsable, también a José Andrés Ramos que solo recogió el nombre que le dictó Yanet Moreno», argumentó.

Lo dicho, como es habitual en la isla, en todos sus sectores, los responsables pasan de la autocrítica y de asumir los errores, y miran hacia abajo para pisotear a sus trabajadores o buscan culpables ajenos para no ensuciarse ellos.

Y como de Pinar del Río parece que llegó todo, también apareció un cartel en el bullpen con una frase sumamente vulgar, con alto contenido de «lenguaje de adultos». Pero, al parecer, nadie de la administración del estadio ni de la Comisión se había percatado de semejante mensaje.

«IRRESPETO NACIONAL. La trasmisión de la Serie Nacional llegó a un nivel tan bajo, que nuevamente cuesta pensar que sigan rompiendo sus propios y dudosos récords de desprecio por la afición. Acaba de salir este cartel del bullpen de Pinar del Río: «la pin (…) pa' to' el mundo», escribió en la red social X, el periodista deportivo Daniel de Malas.

Definitivamente, los directivos del béisbol cubano están muy mal de la vista, del oído e incluso de la cara. Es una semana sí y otra también, dando notas risibles a los aficionados de la pelota en Cuba.