Pese a que aún cursa el quinto año de la carrera Periodismo, Melissa es la única mujer en Cuba que ejerce sistemáticamente la narración deportiva en la Serie Nacional de Béisbol. Tomada de Tremenda Nota
Mercedes y Melissa, las dos únicas cubanas que han narrado juegos de béisbol
30 / enero / 2020
A mediados de la década del 60’, en Cuba ya se habían nacionalizado todos los medios de difusión masiva. En esos años apuraba captar profesionales y llenar así el vacío dejado por periodistas y comunicadores que partieron durante la oleada migratoria ocasionada por la Revolución cubana.
Los programas deportivos no escaparon de la crisis. Por eso se convocó a un curso de narradores y comentaristas que tuvo como jurado inicial a influyentes personalidades de los medios. Entre los más de 300 aspirantes, 40 ingresaron al diplomado y solo 15 se graduaron, refirió René Navarro, uno de los egresados de aquella primera promoción, en una entrevista con Julita Osendi que publicó Cibercuba.
Navarro relata que entre sus compañeros estaban Héctor Rodríguez, Diego Méndez, José Daniel Quevedo, Roberto Pacheco y una sola mujer, Mercedes Moreno. Durante el año de preparación hicieron prácticas en la COCO (emisora capitalina), donde participaron en la cobertura de juegos escolares, además de las series provincial y nacional de béisbol.
En la COCO, Mercedes debutó como relatora del mayor pasatiempo en el país. Graduada de Periodismo en 1969, su talento le valió para erigirse como la primera mujer en narrar partidos de béisbol.
Sobre su labor de comentarista de deportes se sabe poco, tal vez por ser también una de las primeras promotoras del periodismo independiente en el país. Aunque abandonó la televisión nacional oficialmente en 1992, Mercedes confesó en entrevista con Nancy Pérez-Crespo que 1980 fue el año de su definición política, a raíz de la irrupción de unos diez mil cubanos en la Embajada del Perú en La Habana y el inicio del éxodo por el puerto de Mariel.
Mercedes se vinculó al grupo disidente Movimiento Armonía y brindó techo o recursos a otros opositores y periodistas no oficiales, quizás por sufrir en carne propia la marginación que el gobierno y la sociedad le imponían por ser esposa de un ex preso político.
Fue reportera de Cuba Press y del Buró de Prensa Independiente. Al abandonar esta última publicación, fundó y dirigió la Agencia Nueva Prensa.
Sin dudas, quien más perdió fue el movimiento de comentaristas deportivos y un país desprovisto con escasez de narradoras deportivas. Hubo que esperar más de 25 años para tener a otra mujer narrando un juego de pelota.
¿Todavía no sabes quién es Melissa Blanco?
Es 15 de agosto de 2019 y en Matanzas ha ocurrido algo insólito: en medio del relato habitual que emite Radio 26, conducido por un hombre, comienza a escucharse cada vez más la narración de una muchacha. La voz de Melissa Blanco alcanza la fuerza mítica del canto de las sirenas.
Todos coronaron a la joven de 21 años como la primera narradora en la historia de las series nacionales de béisbol, quizás porque no es habitual en Cuba escuchar a una mujer en la descripción de un juego de pelota. Sin embargo, antes que Melissa estuvo Mercedes.
A Melissa, quien todavía cursa el quinto año de la carrera periodismo en la Universidad de Matanzas, poco le importa ser la primera o la segunda. Sin retraimiento, cuenta a Tremenda Nota cómo supo de su antecesora.
«En una de las entrevistas un reportero afirmó que yo era la primera narradora en las series. Entre tantas opiniones positivas estuvo la de Julita Osendi, quien dijo que pese a estar muy feliz por mis logros, sabía de otra comentarista en series nacionales durante los años 80’ en La Habana».
«Lo relevante para mí fue la reafirmación de que las mujeres podemos hacerlo. No es necesario ser de un género en específico para narrar béisbol u otra práctica. Por eso consideré muy válida la aclaración de Osendi, quien es un paradigma para los que gustamos del periodismo deportivo», confiesa.
Melissa asume el oficio en la cabina con profesionalidad. Sobre la mesa ubica sus múltiples anotaciones. Si son importantes las subraya con marcadores verde y rosado. Busca datos curiosos e información adicional para darle color a su relato. Lo hace todo con fluidez, como si llevara años en eso, aunque su aventura en la narración deportiva es reciente.
Su primera vez en la cabina fue en la pretemporada, durante el mes de julio de este 2019, cuando el colega Alejandro Castellanos le cedió el micrófono durante tres innings del encuentro entre Matanzas e Industriales.
Después de mostrar sus aptitudes, estaba claro que llegaría la oportunidad para consagrarse durante la serie nacional.
«Ese 15 de agosto Dayron Medina me dio a escoger entre la sexta y la séptima entrada del juego entre Cocodrilos y Elefantes de Cienfuegos. Había tenido ensayos previos con él, y ese día dijo: “Bueno, prepárate, vas a narrar en vivo”. Estaba nerviosísima, pero si él me cedía la oportunidad era porque estaba preparada, entonces lo asumí».
Al terminar su primer juego oficial, se fue a casa muy nerviosa pues no sabía qué reacción tendrían los oyentes. Su mayor miedo era el rechazo. Algunas personas en el estadio le preguntaban cómo iba a hacerlo siendo ella una mujer.
«Tenía muchas dudas porque, independientemente de todo mi esfuerzo, si al público no le gusta mi trabajo no se lo puedo imponer. Pero cuando me conecté a Internet y revisé Facebook tenía una ola de comentarios positivos, consejos y felicitaciones».
Para Melisa, lo más difícil de la narración de béisbol en la radio es cubrir los espacios de silencio. Debe mantener la dinámica, la entonación, el ritmo del juego y al oyente vinculado, estar pendiente de cada detalle en el terreno, porque un movimiento es importante y las personas desde sus casas quieren saberlo todo.
La pasión por este deporte le viene desde los dos años, cuando su padre, a escondidas de su mamá, la llevó a su primer juego. Pero el amor por el arte de narrar le nació un día en el estadio Victoria de Girón, cuando se acercó a la cabina y contempló la euforia de los comentaristas mientras describían lo que pasaba en el terreno.
«En ese momento supe que quería ejercer la labor. Tenía claro que el béisbol es un deporte muy machista, pero no exclusivo para los hombres en estos tiempos. ¿Por qué tendría que serlo su narración?»
Desde pequeña, Melissa asiste al estadio Victoria de Girón cada vez que juega el equipo Matanzas.
El mayor anhelo de Melissa es narrar deportes toda la vida. Béisbol, voleibol, fútbol, baloncesto. Que los oyentes del país se acostumbren a su voz y reconozcan su trabajo de comentarista deportiva por su talento, no por el hecho de ser mujer.
«Implica mucho sacrificio. Esta es una edad en la que la mayoría de los muchachos van a fiestas, a la playa, comparten entre sí, y yo realmente me he privado de muchas cosas. Pero creo que es necesario superarse profesionalmente cada día si se quieren lograr grandes metas en la vida. Solo con trabajo podré cumplir otro de mis sueños: asistir a Olimpiadas, Mundiales y otros eventos internacionales».
Si bien Melissa no fue la primera narradora, su presencia en la radio matancera abre el camino para que otras mujeres se inserten en una profesión en la que, como cualquier otra, debe primar el talento por encima de los prejuicios de género, políticos o ideológicos.
Este texto fue publicado originalmente en Tremenda Nota y su autora es Lilian Knight. Se republica íntegramente en elTOQUE con la intención de ofrecer contenidos e ideas variadas y desde diferentes perspectivas a nuestras audiencias. Lo que aquí se reproduce no es necesariamente la postura editorial de nuestro medio.
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