Foto cortesía de la entrevistada
¿Por qué es necesaria una ley de protección animal en Cuba?
26 / junio / 2017
Un hombre arrastra al cachorro dentro de una caja de madera mientras sonríe a la cámara que lo filma. El cachorro gruñe indefenso, solo eso puede hacer. El hombre lo rocía con ron y deja caer un fósforo encendido dentro de la caja.
Quien filma se acerca a las aperturas de la caja y muestra que el chillido proviene de una criatura viva. Su compañero vierte el contenido de una botella plástica para acelerar la combustón, y sigue sonriendo. Segundos después el animal sale corriendo envuelto en llamas. Intenta, mientras huye, quitarse el fuego de encima con el roce de la acera.
Es “la calle ancha” de Manzanillo. Al frente hay un hombre que vende plátanos en una carretilla y otro que los compra. A su derecha uno de camiseta azul se detiene en su bicicleta y mira con pasividad. Un hombre quema al perro, otro lo filma y una decena de transeúntes observan sin involucrarse.
Durante las últimas semanas, a pesar de no aparecer en la agenda de los medios de prensa oficiales, el hecho se convirtió en noticia. El video fue compartido una y otra vez, con más de 20 millones de reproducciones, y abundaron posts donde se repudiaba lo ocurrido. La necesidad de una ley que castigue actitudes como la difundida en este video, era uno de los reclamos más comunes. Pero un grupo de activistas fue más allá de una campaña virtual e incentivó a otros a salir a las calles y firmar una petición dirigida al presidente cubano Raúl Castro.
Con el mensaje “Tu firma para que el Maltrato sea Delito”, el grupo Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA) anunció su propuesta desde las redes sociales y en solo seis días de convocatoria, en un país casi desconectado, se logró recoger aproximadamente 2 mil firmas. Las personas que llegaron hasta el parque habanero El Quijote sumaron sus nombres a las 50 hojas enviadas el 7 de mayo al máximo mandatario de la Isla, junto a una misiva donde se describe lo acontecido en Manzanillo y se recalca: “El video de la matanza de este perro permanecerá como un recordatorio de una asignatura pendiente: la falta de una ley de protección animal en Cuba. No podemos simplemente pasar la página”.
Gretel Montes de Oca es de quienes se rehúsan a olvidar este episodio de violencia. Ella, una de las principales activistas de CEDA, sostiene que la responsabilidad de su grupo y otros homólogos no debe limitarse solo a crear consciencia en las calles. “Debemos unirnos al reclamo general de que se redacte y apruebe finalmente una ley o decreto-ley que proteja a los animales de prácticas y conductas deshumanizadas. Necesitamos un marco legal para combatir estas acciones, generadoras a su vez de más violencia”.
Gretel, además de bailarina, es dueña de un “zoológico particular”. Desde hace años su casa dejó de ser solo suya para convertirse en el refugio de cuatro perros y 35 gatos. Una cifra que constantemente aumenta. Sus vecinos conocen su sensibilidad y llevan hasta ella o su madre a cada criatura que deambula o necesita ayuda.
“No puedo, ni sé cómo mirar hacia otro lado si encuentro una criatura abandonada. Y así nos sucede a todos en CEDA. Entre junio y diciembre del 2016 ayudamos a 612 animales, de ellos casi la mitad fueron ubicados en una familia. Con fondos propios o de pequeñas donaciones se logró esterilizar a decenas de criaturas abandonadas. Además, durante estos seis meses realizamos cuatro jornadas de desparasitación en las calles y una feria de adopción. Pero todo esto es insuficiente si carecemos de una legislación en este sentido”.
El mismo pedido lo ha demandado de antemano un grupo similar, Protección de Animales de la Ciudad (PAC). Sus miembros han dedicado más dos años de trabajo a preparar un proyecto de ley para ser entregado a la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional. PAC ya está cerca de las 10 mil firmas requeridas para que el Parlamento revise su propuesta, amparados en los artículos 27 y 88 (inciso g) de la Constitución Cubana, la cual establece que si se agrupa este número de firmantes, la Asamblea debe revisar “la iniciativa legislativa de origen popular”. Además de CEDA y PAC, Aniplant (la única organización de este tipo reconocida por la ley cubana) también ha presentado sistemáticamente desde 1988 un anteproyecto de Ley de Protección Animal al Ministerio de la Agricultura, sin tener éxito.
Gretel y los demás miembros confían en que el Parlamento Cubano contemple su propuesta. Conocen la justeza de lo demandado y han encontrado la manera legal de exigir que se les oiga. Pero el órgano legislativo apenas promulga dos o tres leyes cada año. Probablemente nadie cuestione la necesidad de un decreto como el que exigen los activistas de CEDA o PAC; pero recordemos que aún siguen engavetadas la propuesta de nuevo Código de Familia, exigido desde hace casi una década por la diputada Mariela Castro; la controversial Ley de Cine; y poco, o casi nada, se sabe sobre la Ley de Medios.
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Además me sumo a cualquier iniciativa para solicitar la ley. Cuenten con mi firma.
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