El presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), Ricardo Ronquillo Bello, en una comunicación interna exhorta a los profesionales de la prensa estatal cubana a “no acentuar la tensión y la polarización”, luego de los recientes sucesos vinculados al Movimiento San Isidro (MSI) como la protesta pacífica de artistas e intelectuales frente a la sede del Ministerio de Cultura (Mincult). elTOQUE tuvo acceso a este correo que circuló días atrás y comparte algunas de las ideas que allí se exponen.

El diálogo como camino posible: propuestas y recursos para la resolución del conflicto actual en Cuba

En un contexto de informaciones sesgadas, que omiten hechos o los tergiversan, y que tienen su principal escenario en las redes sociales en Internet, Ronquillo Bello ha hecho un llamado a “resaltar lo que nos une y respetar las libertades individuales”.

“La Revolución es poderosa, encaró a lo largo de estos años escenarios complejos, cuenta con un apoyo mayoritario, que pudiera usar como expresión de fuerza, pero no sería lo conveniente. Esa es precisamente la apuesta: acentuar la tensión y la polarización”.

Ronquillo Bello exhorta a “favorecer las formas que apunten a distender y demostrar que todas las inquietudes y aspiraciones caben en el campo de la Revolución”.

Sin embargo, la prensa oficial no ha dejado de atacar, no solo al MSI, sino también a quienes se reunieron frente a la sede del Mincult. Aunque públicamente no se ha vinculado esa concentración con el MSI, varios periodistas y reporteros sugieren que existe un vínculo directo que debe ser rechazado y ripostado.

Pocas horas después de los acuerdos entre los jóvenes artistas y autoridades de Cultura, el sitio web CubaSí publicó un texto de la bloguera Norelys Morales, en la cual llama “circo y espectáculo” a quienes asistieron a la sede del Mincult.

“Después de proteger a los integrantes de la pijamada en San Isidro mediante la acción de las autoridades sanitarias para que se aíslen en sus domicilios por la COVID-19, un grupo de artistas, otros mal llamado artistas y otros confundidos se dirigieron al Ministerio de Cultura, para plantar el circo ahí”, describe el artículo.

Desde el 28 de noviembre los principales medios oficiales del país—Granma, Juventud Rebelde, Cubadebate— han publicado más de una veintena de trabajos sobre el Movimiento San Isidro y sus vínculos con terroristas, el Gobierno estadounidense y la contrarrevolución. En la radio y la televisión cubanas la agenda ha sido igual de preponderada. La noticia de la noche del 27 de noviembre apenas fue abordada por un trabajo en televisión —más de 24 horas después— y nada más.

Al mencionar el suceso se ha excluido a una parte de los actores del diálogo, se ha desvirtuado —o ignorado— la presencia de artistas reconocidos en esta manifestación y, en contraposición, se magnifica la concentración en el parque Trillo como la única o más legítima, o se entrevistan —cual réplica— a jóvenes artistas “que manifiestan su apoyo a la Revolución”. La prensa estatal contribuye a todo lo que el presidente de la UPEC les ha pedido no acentuar: la tensión y la polarización.

En un trabajo publicado por el periódico Escambray, en el que se transcribe —prácticamente— la revista “especial” de la Televisión Cubana sobre San Isidro, uno de los foristas, nombrado Lazaro1730 respondía a otros que enaltecían la grandeza de la Revolución y su intransigencia: “Creo que el autor sigue la línea tradicionalista y ortodoxa de los viejos tiempos y no contribuye a desarrollar una sociedad más abierta en la que cada cual tenga derecho a expresar libremente como piensa, equivocado o no. No menciona que influyentes figuras del medio artístico cubano a los que nadie puede señalar como vendidos o mercenarios como Jorge Perugorría, Fernando Pérez y hasta Silvio Rodríguez han expresado su apoyo a que esas personas sean escuchadas y al menos respetadas sus peticiones. Creo que sería un buen paso en el camino a un mejor futuro”.

En la misma cuerda de “favorecer las formas que apunten a distender y demostrar que todas las inquietudes y aspiraciones justas caben en el campo revolucionario”, el presidente de la UPEC, en un texto publicado este fin de semana, insistía también en la importancia del diálogo respetuoso, ante los incentivos y las provocaciones de quienes buscan un enfrentamiento violento.

“Confiaban en que lo sorprendente del hecho terminara por generar desesperación y una cadena de errores en reacción, que estimulara la violencia. Se frotaban las manos con la posibilidad del Bengasi cubano, que nos precipitara irremediablemente a la tribalización de intereses y pasiones, a la barbarie a la que ya condenaron a otras naciones”.

En el mensaje a sus colegas, el presidente de la UPEC hace un llamado a la mesura y al respeto, a promover la cercanía y el diálogo constructivo con todos, al acentuar la idea de que “podemos discutir entre nosotros y en los espacios que queramos, nuestras preocupaciones y sueños”.

Hay que ver si la prensa estatal escuchará su petición.

 

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