Balseros cubanos, embarcación casera, mar, Florida. Foto: Distrito 7 de la Guardia Costera de los Estados Unidos.

Embarcación de cubanos detectada el 17 de marzo de 2021. Foto: Distrito 7 de la Guardia Costera de los Estados Unidos.

Guardia Costera ante aumento de balseros cubanos: «No se lancen al mar»

25 / marzo / 2021

#DontTakeToTheSeas («No se lancen al mar»). Con esta etiqueta la división sureste de la Guardia Costera de los Estados Unidos marca reportes sobre embarcaciones caseras detectadas. En una alerta emitida recientemente insisten: «Por favor, no te enfrentes al mar». Así recuerdan la letalidad de estas travesías, cuya frecuencia en el caso de los cubanos describe una curva ascendente los últimos meses.

Desde enero de 2021 hasta finales de marzo, esta agencia de aplicación de la ley ha dado cuenta de una quincena de embarcaciones caseras con balseros cubanos que intentaban llegar a la Florida. La cifra duplica las 7 reportadas entre marzo* y diciembre de 2020, aun cuando este período abarca ocho meses más.

Otro dato que describe la tendencia al incremento es que la Guardia Costera del Séptimo Distrito interceptó a 49 cubanos durante el año fiscal 2020 (1 de octubre de 2019 – 30 de septiembre de 2020); mientras que, solo desde el 1 de octubre de 2020 (cuando comenzó el año fiscal en curso) hasta el 24 de marzo de 2021, la cifra de cubanos interceptados asciende a 107. De ellos, al menos 64 han sido repatriados. Para ambos períodos se desconoce cuántos lograron tocar tierra y entrar a territorio estadounidense sin ser detectados.

Este incremento de balseros cubanos se produce en el siguiente contexto: fronteras internacionales cerradas o con tránsito muy limitado; una extrema crisis económica en Cuba, sin turismo, con los efectos de problemas de administración de larga data y de severas sanciones externas; la llegada de la Administración Biden, conocida por promover una política migratoria más flexible que la de su antecesor; y el hecho de que está suspendido desde 2017 el procesamiento de visas en el Consulado de los Estados Unidos en La Habana, incluidas las categorías de inmigrante y no inmigrante.

La atención mediática hacia el tema alcanzó su cenit con el reciente naufragio de una veintena de cubanos. El saldo fue un fallecido y cinco desaparecidos, entre ellos, una mujer de 28 años y sus dos hijos, de 6 y 4.

El 4 de marzo la Real Fuerza de Defensa de Bahamas (RBDF) y la Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) efectuaron una operación conjunta para interceptar la pequeña embarcación con 18 personas a bordo. La RBDF detectó la embarcación volcada a unas 3 millas náuticas al sur de Cay Sal y logró rescatar a 13 cubanos que habían permanecido en el agua por más de 14 horas. Tres fueron trasladados al Hospital Princess Margaret: la persona fallecida y dos mujeres que fueron atendidas en el Departamento de Emergencias por presentar quemaduras químicas y deshidratación.

La Real Fuerza de Defensa de Bahamas inició de inmediato la búsqueda de los balseros desaparecidos en los cayos, aguas y ensenadas circundantes, pero no tuvo éxito. Unidades de las Tropas Guardafronteras de Cuba, una aeronave de la Fuerza Aérea Revolucionaria, embarcaciones de pesca, del turismo y particulares se sumaron a la operación en la costa norte de las provincias Matanzas y Villa Clara. Luego de varios días de búsqueda infructuosa, el Ministerio del Interior emitió un comunicado el 14 de marzo en el que anunció la conclusión de las operaciones.

El cubano Arsén Hernández, padre de Luis Nesto, de 4 años, y Kenna Mariana, de 6, los dos menores desaparecidos, suplicó a la Guardia Costera que continuara la búsqueda cerca de los Cayos de Florida. Días después, El Nuevo Herald dio a conocer el testimonio de una sobreviviente del naufragio ingresada en un hospital de Bahamas. La mujer aseguró que los niños no tenían chaleco salvavidas y que se habían ahogado: «Desde que se hundió [la embarcación] la niña desapareció y el niño se le ahogó al Tuti (sic) arriba. No están vivos».

A raíz de estos sucesos, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba publicó una Declaración Oficial en la que informaba que las autoridades cubanas habían logrado establecer que «un individuo devuelto a Cuba por el Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos el 6 de marzo como supuesto emigrante era uno de los lancheros involucrados en esta operación de tráfico de personas y se encuentra sujeto a un proceso judicial en Cuba».

La Nota Oficial señala entre los incentivos a la emigración ilegal la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano de 1966 y el incumplimiento del compromiso de los Estados Unidos de garantizar la migración legal desde Cuba hacia ese país de un mínimo de 20 mil cubanos por año.

«El Gobierno cubano seguirá trabajando para prevenir la migración irregular, insegura y desordenada, para impedir las salidas riesgosas que ponen en peligro la vida humana y luchar contra los actos de violencia asociados a este fenómeno y los delitos conexos, como la trata de personas y el tráfico ilegal de migrantes. Cuba insta a tomar todas las medidas para prevenir las trágicas consecuencias de la emigración irregular, ratifica su compromiso con la Declaración Conjunta firmada entre Cuba y los Estados Unidos, el 12 de enero de 2017, en materia migratoria, y reafirma que cumple con rigor sus obligaciones en virtud de dicho acuerdo», concluía el comunicado.

Migración de cubanos por mar desde el inicio de la pandemia

En los años fiscales 2016 y 2017 fueron interceptados por la Guardia Costera estadounidense 5 398 y 1 468 balseros cubanos. Estas cifras disminuyeron drásticamente en los años siguientes: 259 en 2018, 313 en 2019 y solo 49 en el año fiscal 2020, concluido el 30 de septiembre pasado.

No obstante, mientras la pandemia del nuevo coronavirus registraba en los Estados Unidos los índices de contagio más altos a nivel mundial, los meses de agosto y septiembre de 2020 fueron particularmente activos en la intercepción de balseros cubanos por la Guardia Costera del Séptimo Distrito. La mayoría fueron repatriados. El 21 de agosto la agencia anunció en su cuenta de Twitter la búsqueda de un bote perdido con ocho personas a bordo, incluidos dos niños, que habían partido de Caibarién hacia la Florida el 15 de agosto.

El último caso conocido ese año se reportó el 28 de octubre, cuando la Guardia Costera ayudó a las autoridades de las Bahamas a interceptar en tierra a 22 migrantes cubanos (21 hombres y 1 mujer) que permanecieron varados durante diez días en Cay Sal Bank. El comandante de la tripulación de guardacostas, Nick Zieser, declaró que el rescate fue un desafío que resultó gratificante, «ya que siempre estamos listos para proteger a los necesitados en el agua. Seguimos disuadiendo a los migrantes de participar en viajes ilegales en el mar. Estas empresas arriesgan la vida de todos a bordo en el peligroso e implacable Estrecho de Florida, especialmente cuando lo hacen en embarcaciones sobrecargadas, no aptas para navegar y con equipos de salvamento inadecuados a bordo».

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22 cubanos varados en una isla desierta. Foto: Guardia Costera de los Estados Unidos.

El 4 de enero de 2021 llegaron a Key West, Florida, 12 balseros cubanos. Fueron detenidos por agentes de la Patrulla Fronteriza y la policía local después de tocar tierra. El día 11 fueron repatriados a Cuba. Durante el mes, se reportaron otras dos detenciones de embarcaciones de balseros los días 8 y 12.

Febrero fue muy activo en los registros de cubanos detenidos por la Guardia Costera estadounidense, con un total de ocho embarcaciones detectadas antes de tocar tierra.

El día 9 los guardacostas rescataron a 2 hombres y 1 mujer que permanecieron varados durante 33 días en la isla deshabitada Anguilla Cay, Bahamas. Sobrevivieron alimentándose de cocos, caracoles y ratas. Los náufragos ondeaban una bandera improvisada que la Guardia Costera avistó. «Fue increíble. No sé cómo lo hicieron. Nos sorprende que estuvieran en tan buen estado cuando los encontramos», comentó el teniente Justin Dougherty, portavoz de la agencia estadounidense.

Durante la operación de rescate, los tres náufragos recibieron comida, agua y una radio para establecer comunicaciones, al tiempo que un helicóptero MH-60 de la Estación Aérea los trasladaba al Centro Médico de Lower Keys. «Esta fue una operación muy compleja que involucró activos y tripulaciones de diferentes unidades —informó Sean Connett, oficial de servicio de comando de la Guardia Costera del Séptimo Distrito—, pero gracias a la buena comunicación y coordinación entre los centros de comando y los pilotos, pudimos llevar a todos de manera segura a un centro médico antes de que la situación empeorara».

Los guardacostas estadounidenses también han hallado balsas abandonadas en altamar sin señales de sus tripulantes. La Guardia Costera de Estados Unidos emitió una alerta de búsqueda y rescate el 12 de febrero por la desaparición de diez cubanos que habían salido del país por mar cinco días antes rumbo a la Florida. Su balsa, construida a base de poliespuma y tablas de madera, fue encontrada vacía y destruida a unas 8 millas de Long Key, Florida.

En los días siguientes, más cubanos se sumaron a estas peligrosas travesías marítimas para intentar llegar a la Florida. El 17, 19 y 23 de febrero fueron repatriados a Cuba todos los balseros interceptados en otros tres viajes. El día 21, bomberos y civiles lograron rescatar a seis hombres y dos mujeres embarazadas frente al condado de St. Lucie, después de que se volcara la embarcación casera en la que viajaban. La última detención del mes se produjo el día 26, cuando la Guardia Costera interceptó a dos balseros que devolvió a Cuba el 1 de marzo.

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Embarcación en que viajaban cubanos detectada el 17 de febrero de 2021. Foto: Guardia Costera de los Estados Unidos.

Ante este aumento de cubanos que se han lanzado al mar durante el primer trimestre de 2021 en embarcaciones improvisadas y frágiles, la Guardia Costera del Séptimo Distrito publicó la siguiente alerta a principios de marzo:

«Nunca es el momento apropiado para intentar una peligrosa hazaña marítima con el fin de emigrar a los Estados Unidos. El mar es inclemente. El clima, el viento, la corriente y la marea pueden cambiar de manera rápida e impredecible. Este tipo de empeños a menudo son realizados en embarcaciones sobrecargadas e inadecuadas para navegar, sin ningún equipo de seguridad o primeros auxilios. Ya sea que el viaje se haga por medio de un traficante, en una balsa de vela casera o en una embarcación de recreo, están poniendo en riesgo sus vidas y la de sus seres queridos. La Guardia Costera y nuestros compañeros, que incluyen agencias locales, estatales y federales, están patrullando continuamente en busca de estas embarcaciones. Aquellas embarcaciones inseguras que se encuentren serán interceptadas y lo que deben esperar las personas a bordo es ser repatriadas a su país de origen. Muchas personas han perdido la vida y a sus seres queridos en estos intentos. Por favor, no te enfrentes al mar».

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Embarcación de balseros cubanos detectada el 26 de febrero de 2021. Foto: Guardia Costera de los Estados Unidos.

En lo que va de marzo, han sido reportadas siete embarcaciones de balseros cubanos, entre ellas, el rescate del día 4 de cinco adultos y un menor no acompañado de 17 años, que se hallaban en un cayo deshabitado de Bahamas; y el mencionado naufragio de mayor impacto humano reciente al tener como saldo un fallecido y cinco desaparecidos, entre ellos dos menores de edad.

El 14 de marzo la Guardia Costera interceptó a tres balseros que devolvió a Cuba el día 17. El teniente Gregory Mitchell, oficial al mando de la operación, declaró en un comunicado de prensa: «Estas empresas de migrantes no solo son ilegales, sino que son muy peligrosas. En muchos casos, incluido este, las embarcaciones que interceptamos no son aptas para navegar y tienen poco que hacer sin equipo de seguridad o comunicaciones. Recomendamos encarecidamente a cualquiera que esté pensando en hacerse a la mar, que pase por los canales legales adecuados para la inmigración».

El día 23 la agencia AP publicó el arresto de cuatro hombres acusados de tráfico de personas desde Cuba a los Cayos de Florida. Las autoridades informaron que los traficantes cobraban 10 000 dólares por cada persona que ingresaban a Estados Unidos. La semana anterior habían recogido a 20 cubanos en Pinar del Río.

El caso más reciente reportado fue el 24 de marzo, cuando los guardacostas repatriaron a 9 cubanos, luego de que la tripulación aérea avistara un bote de 25 pies aproximadamente a 20 millas al sur de Marathon.

«Las personas que intentan ingresar ilegalmente a los Estados Unidos haciéndose a la mar ponen en grave riesgo sus vidas y las vidas de sus familiares acompañantes», dijo el teniente comodoro Mario Gil, oficial de enlace de la Guardia Costera en la Embajada de Estados Unidos en La Habana. «Desaconsejamos enérgicamente estos viajes peligrosos y mortales a favor de formas seguras y legales de ingresar a los Estados Unidos», añadió.

El protocolo de la Guardia Costera estadounidense del Séptimo Distrito incluye proporcionar comida, agua, refugio y atención médica básica a los balseros encontrados. Desde el inicio de la pandemia, los miembros de la tripulación cuentan con equipo de protección personal para minimizar la exposición a cualquier posible caso de COVID-19.

¿Qué opciones tienen los migrantes irregulares cubanos?

En 1995 el Gobierno de Bill Clinton instauró la política «Pies secos, pies mojados», surgida luego de la crisis de los balseros en 1994 y como parte de una revisión de la Ley de Ajuste Cubano, aprobada en 1966. Esta última, aún vigente, habilita la solicitud de residencia permanente en Estados Unidos a todo ciudadano cubano que entre al país legalmente, luego de permanecer durante un año y un día en territorio estadounidense.

La política «Pies secos, pies mojados» establecía que se permitiera la entrada a aquellos cubanos que lograran tocar tierra en Estados Unidos luego de su travesía marítima (pies secos). En cambio, quienes fueran descubiertos por la Guardia Costera en el mar (pies mojados), serían detenidos y repatriados. El grupo de los pies secos incluía también a los cubanos que cruzaban la frontera desde México, así como los que llegaban por avión y solicitaban asilo al pisar suelo estadounidense, al carecer de una visa válida que les permitiera la estancia.

El 12 de enero de 2017 el entonces presidente Barack Obama suprimió la política «Pies secos, pies mojados» mediante una orden ejecutiva y como resultado de conversaciones migratorias con Cuba durante el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Muchos cubanos anticiparon la eliminación de dicha política, de manera que en los meses precedentes a su derogación hubo oleadas de migraciones tanto por tierra como por mar. Los balseros se contaron por miles, cifras que disminuyeron una vez extinta esta excepcionalidad para los cubanos.

La supresión de «Pies secos, pies mojados» colocó a los migrantes cubanos en igualdad de condiciones con los del resto del mundo. Al llegar a Estados Unidos sin visado, no se les permite la entrada al país y, de poder lograr hacerlo sin ser descubiertos por las autoridades migratorias, permanecerán en un limbo legal, en riesgo permanente de ser deportados.

En este momento, los cubanos solo pueden apelar a la Ley de Ajuste Cubano después de haber entrado a los Estados Unidos con visas de turismo, de estudiante o de trabajo, una vez que hayan permanecido ilegalmente en el país desde el vencimiento de la visa hasta alcanzar el año y el día requeridos a partir de su entrada. La segunda opción es solicitar asilo político al llegar a la frontera. En virtud de un acuerdo entre los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, los solicitantes de asilo debían esperar el procesamiento de su caso en territorio mexicano, sin garantías de ningún tipo, ni siquiera de recibir oportunamente la citación a juicio para la resolución de su estatus, puesto que la mayoría no consigue tener una ubicación fija. Biden canceló este acuerdo en las primeras semanas de su mandato; de modo que las opciones vigentes son permanecer detenido en Estados Unidos o, para algunos casos de quienes cuentan con familiares en condiciones de responder por ellos, esperar el juicio en libertad bajo palabra o bajo fianza. En el juzgado, deben demostrar miedo creíble y la solicitud de asilo puede ser aprobada o rechazada por un juez. Desde la solicitud hasta la resolución, el proceso puede tomar años.

 

*Para este artículo realizamos un corte anual, de marzo de 2020 a marzo de 2021. La fuente de todos los datos son las actualizaciones de la Guardia Costera de los Estados Unidos en su boletín y/o sus redes sociales.

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