—Te perdiste la «propuesta televisiva para debatir, cuestionar y llegar a consensos desde el socialismo cubano». Esta vez versó sobre «Empresarios estatales: ¿cuadros o cuadrados?»

—Desde que el socialismo cubano es tal, no me cuadra la caja zamparme esos purgantes.

—Estuvieron presentes el vicepresidente primero de BioCubaFarma, la rectora de la Escuela General de Cuadros del Gobierno y la presidenta del Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones.

—Con dicha dosis…

—…no creo que te queden secuelas. La propia conductora del programa dijo que «el tema es noble».

—¿Se atrevió a asegurar que ser cuadro significa pertenecer a la nobleza?

—Recordó aquello de que «Los cuadros son la columna vertebral de la Revolución».

—Hoy son su hernia discal.

—Trabajan con mucha presión sobre sus nervios raquídeos.

—De ahí que el área más comúnmente afectada sea la parte baja.

—¿De la sociedad?

—De la región lumbar, la que contiene las vértebras L1 a L5. ¿No hablabas de la médula espinal?

—«L1 a L5». Suena como el paso de Gil de la vértebra A la vértebra B. Fíjate que no quiero huirle a los temas medulares y espinosos.

—¿Lo hicieron los panelistas? ¿Se habló de las biocubafarmacias, de la Escuela de Cuadros que le falta matricular al General, de lo incomunicada que sigue la informática?

—«El principio fundacional de la gestión de la política de cuadros de la Revolución es ahora mismo el hilo conductor…

—¿Se reabrió alguna hilandería?

—…para el desempeño de los cuadros estatales del país». No sé qué tenía que ver con el asunto, pero también se habló de la «diferencia que establece el contexto, que establece el tiempo que ha transcurrido y que establece también la evolución incluso tecnológica que ha tenido la humanidad y nuestro país. Eso establece entonces una característica singular de este momento que quizás cuando la Revolución triunfante cogió el poder y a partir de eso hubo que identificar quiénes condujeran cada una de las actividades».

—A ver si entendí: ¿la involución tecnológica ha tenido que ver con que a los que se «cogen el poder» no hay forma de identificarlos?

—Es sobre todo la involución de la ética: no hay forma de investigar el ADN para elegir a un buen dirigente.

—¡¿ADN?!

—Sí. Administran, Despilfarran y a Nadie les rinden cuentas. No hay manera segura de encontrar un cuadro al cuadrado. ¿Tampoco oíste la Mesa Redonda con Machado Ventura? Oye lo que confesó de cuando lo enviaron en el 68 a Matanzas como primer secretario: «No sabía nada de agricultura. No sabía nada de caña. Yo no sabía nada ni de lo que era un millón. Yo no sabía nada».

—Qué modestia. Como médico debió saberle un mundo a las hernias.

—Sucedió con él, que era de confianza. Qué esperar de los demás.

—A juzgar por la evolución de las zafras, los que le sucedieron sabían menos.

—La diferencia es que Machado es de los cuadros de que habló el programa: esos que «salen del pueblo».

—Ventura dirigió en un montón de lugares. Lógico que saliera del pueblo… y le asignaran otro.

—Se refieren más bien a que los verdaderos cuadros «no están enajenados del pueblo».

—Cierto. Otros poblados enajenan, Siboney no. 

—Los cuadros que allí viven son de esos a los que «les sobra mucho corazón, mucho optimismo y mucha tenacidad». ¿Te has preguntado cómo se llega a su selección? ¿«Puestos desde arriba, o es una selección colectiva, popular»? La respuesta llegó enseguida: «En la masa de trabajadores hay una cantera».

—Qué cosa fuera la masa sin cantera.

—Y una cantera sin cuadros.

—Si es para fabricar losas, tienes que lograr cuadrados exactos.

—«Como decía el primer secretario del Partido: no solamente es buscar el mejor, el bueno, sino buscar al más competente para ocupar esa responsabilidad. No siempre sale bien, como también ocurre».

—¿Ves lo que te decía?: Raúl no pasó la Escuela General de Cuadros del Gobierno. Mira lo que nos dejó.