Ayumi Leiva. Foto: tomada de su perfil de Facebook.
La eterna costumbre de hacerlos quedar mal
8 / diciembre / 2024
Noviembre terminó mientras una judoca cubana se coronaba en el Campeonato de Europa sub-23 con la bandera española en el pecho.
Ayumi Leiva tiene decenas de razones para sentirse orgullosa de ese título luego de que en agosto de 2022, con apenas 19 años, escapara de una delegación deportiva en el aeropuerto de Madrid y solicitara asilo a la Policía del control de pasaportes.
Leiva contó al diario deportivo Marca que, aunque ese año era la primera figura de los -48 kg en el judo femenino, sabía que no tenía futuro y lo único que la detenía en la isla era su madre.
«En Cuba no había futuro, pero yo no quería dejar a mi madre sola. Lo hablé antes con ella y me dio su bendición. Me dijo que avanzara, que yo desde España la iba a poder ayudar más», contó.
Leiva ansiaba coronarse y subir a un podio con su país, pero no vio oportunidades en la isla y se lanzó a la aventura.
«Los entrenadores nos maltrataban, nos humillaban mucho. Si nos lesionábamos teníamos que seguir entrenando. No aguantaba más (…), no veía futuro, no soportaba más las humillaciones. Nos amenazaban con que si hablábamos nos echaban», señaló.
Dos años después, como parte del seleccionado español de judo sub-23, Leiva recordó ese sueño de subirse a un podio y con el himno ibérico de fondo, como campeona continental de su categoría, se echó a llorar.
En su perfil de Facebook fue directa: «Superorgullosa de mí y de las cosas que voy construyendo poco a poco. No sabía lo que se sentía escuchar el himno de tu país y apreciarlo desde lo más alto del podio».
Para ella diciembre comenzó como terminó noviembre, con otra medalla de oro en el pecho y una corona de oro en el Campeonato de España.
Esa eterna costumbre que tienen muchos atletas cubanos de hacer quedar mal a los directivos o entrenadores que los desterraron y los condenaron a rehacerse lejos de casa. Allí mismo, en España, hay más ejemplos de atletas cubanos que hicieron quedar mal a los funcionarios de la isla y que hoy son campeones olímpicos mientras el deporte en Cuba va de capa caída por el mundo.
El triplista Jordan Díaz es quizá el caso más significativo luego de que se colgara el título olímpico en París este verano, además de la corona europea en su disciplina. Pero en el podio de la capital francesa subieron otros dos cubanos, uno representando a Italia y otro a Portugal.
Díaz no se conforma y ya puso la mira en Los Ángeles 2028, aunque reconoció a Europa Press que «en cuatro años pueden pasar muchas cosas».
«Fue una temporada de sueños. He cumplido mis sueños de ser campeón olímpico. Ya estoy en el tope a nivel deportivo, pero quiero seguir. Quiero seguir representando a España, llegando a lo más alto del podio y seguir haciendo historia», apuntó el campeón olímpico español nacido en La Habana.
Díaz es otro que escapó de la isla en cuanto se le dio la oportunidad y aunque hace años que no ve a sus familiares, también lo tiene claro: «Volvería a desertar de Cuba diez veces más», dijo al diario El Confidencial.
Como él, en España hay más casos de éxito; también en Estados Unidos, Polonia, Turquía, Azerbaiyán.
¿Y con qué cuenta la isla? Lo que queda son cuatro o cinco históricos que garantizaron una vejez más o menos digna en lo material, pero que no ha de durar para siempre —como sabemos por otrora glorias deportivas que actualmente viven en la miseria—.
Hace dos meses, pedían en redes sociales ayuda para el exmentor del equipo Cuba, Alfonso Urquiola, pues atravesaba una «situación bastante compleja con su auto, un Lada que tiene más de 25 años de explotación».
Un poco antes, el exárbitro y periodista Ramón Rodríguez, denunciaba el abandono de las autoridades deportivas cubanas hacia la campeona panamericana de baloncesto Margarita Skeet Quiñones, de 74 años.
Skeet, ya invidente, sobrevive en su modesta casa de la capital cubana gracias a la ayuda de vecinos y amigos.
Poco a poco y gracias a las redes sociales, los jóvenes se miran en esos espejos y no piensan dos veces el escape — sin importar el destino— cuando ponen un pie en aeropuerto ajeno. Y para orgullo cubano, desde el destierro, se abren camino y triunfan con la sana costumbre de hacerlos quedar mal.
ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.
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