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¿Puede Trump terminar la ciudadanía por nacimiento de hijos de migrantes irregulares?
9 / diciembre / 2024
El 21 de enero de 2025 Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos. Trump ha dicho en varias ocasiones que una de las primeras decisiones que tomará cuando llegue a la Casa Blanca es terminar el derecho a la nacionalidad estadounidense que tienen los hijos de migrantes irregulares.
El líder republicano buscó activamente durante su primer mandato eliminar esa práctica. También mencionó el tema durante su campaña electoral. Pero ¿está en su poder tomar la decisión?
¿Qué ley permite nacionalizar a los hijos de migrantes indocumentados?
Es la 14ta enmienda de la Constitución de Estados Unidos. La ley estipula: «Toda persona nacida o naturalizada en Estados Unidos y sujeta a su jurisdicción, será ciudadana de Estados Unidos y del estado en el que resida».
La ley tiene excepciones muy concretas. Solo están exentos los bebés que sean hijos de diplomáticos extranjeros, los que nazcan en una embarcación de un país extranjero y los que sean hijos de padres nacionales de un país enemigo que esté invadiendo a Estados Unidos.
La enmienda se ratificó en 1868 y sustituyó el fallo de la Corte Suprema de 1857, Dredd Scott vs. Sandford, el cual estableció que ningún afroamericano podía ser considerado ciudadano estadounidense con independencia de su estatus al nacer. La 14ta fue una suerte de reparación para las personas que fueron esclavizadas y sus descendientes.
En 1894, Wong Kim Ark, estadounidense de origen chino que nació en San Francisco, volvió de un viaje a la tierra de sus padres. Al tratar de entrar en suelo norteamericano, las autoridades no lo dejaron pasar. Alegaron que sus progenitores eran migrantes irregulares y que por lo tanto él no tenía derecho a la nacionalidad.
Wong llevó el caso a los Tribunales. Tras las apelaciones correspondientes, la demanda llegó a la Corte Suprema, que decidió ―por seis votos a dos― a favor de Wong con el argumento de que «el derecho a la ciudadanía es incidental al nacimiento en el país». El caso sentó jurisprudencia y desde entonces los bebés nacidos en Estados Unidos son considerados ciudadanos automáticamente.
¿Este tipo de ley existe en otros países?
Sí. En el ámbito del Derecho es conocida como ius soli (derecho de suelo, en latín). La mayoría de los países de América Latina poseen la práctica. Muchos otros la reconocen, pero no en todos los casos. Por ejemplo, España la aplica con ciertos condicionantes junto al ius sanguinis (derecho de sangre), que otorga la ciudadanía por la nacionalidad de los padres.
El ius sanguinis también se aplica en Estados Unidos. De esta manera, los hijos de al menos un padre estadounidense que nazcan en el extranjero tienen derecho a la ciudadanía si así lo desean ellos o sus padres.
¿Puede el presidente abolir la enmienda?
No. El presidente por sí solo no puede modificar la Constitución. Podría implementar una orden ejecutiva que tratara de restringir el derecho a la ciudadanía, pero es muy probable que si lo hace la orden sea desafiada en la Corte Suprema.
Aliados de Trump han argumentado que se puede interpretar la frase «sujeto a jurisdicción» en la enmienda como excluyente para los hijos de migrantes irregulares. La cuestión radica en si el término puede aplicarse a las personas que viven en Estados Unidos sin autorización.
La Corte Suprema no ha dictaminado explícitamente que los hijos de inmigrantes no autorizados sean ciudadanos estadounidenses. En el caso de 1985 INS vs. Rios-Pineda, en el que el padre de dos niños nacidos en EE. UU. impugnó su orden de deportación, la Corte se refirió a los niños como ciudadanos estadounidenses por nacimiento. Sin embargo, la Corte no emitió un fallo legal formal al respecto.
Lo anterior podría significar que la Corte aún considera que la interpretación de Wong Kim Ark es correcta. Opositores a la ciudadanía por nacimiento, por su parte, creen que el fallo necesita ser aclarado.
Actualmente, estudios sobre el posicionamiento ideológico de los jueces de la Corte Suprema muestran una mayoría conservadora. Pero no se trata de un indicador definitivo que asegure que los jueces fallarían a favor de Trump.
Por el momento, expertos legales estadounidenses creen que será una batalla difícil para el presidente electo.
¿Cómo podría cambiarse la Constitución?
Según el Consejo Americano de Inmigración ―una organización no partidista―, eliminar la ciudadanía basada en el lugar de nacimiento para los niños nacidos en Estados Unidos solo sería posible mediante la aprobación de una nueva enmienda constitucional. Para aprobar una nueva enmienda se requeriría una votación favorable de dos tercios en ambas cámaras del Congreso, así como la ratificación por tres cuartas partes de los estados, o mediante una reinterpretación radical del lenguaje de la actual 14ta enmienda por parte de la Corte Suprema de EE. UU.
El Congreso, además, no puede quitar la ciudadanía de manera retroactiva. La decisión de la Corte Suprema en el caso Afroyim vs. Rusk, de 1967, reconoció firmemente el derecho constitucional a seguir siendo ciudadano a menos que un individuo renuncie voluntariamente al derecho. Según la ley vigente, la pérdida de la ciudadanía por nacimiento solo podría ocurrir a través de una renuncia voluntaria, mediante actos que incluyen, pero no se limitan a: declarar lealtad a un estado extranjero, renunciar de manera formal a la nacionalidad estadounidense, o cometer cualquier acto de traición o intentar derrocar a Estados Unidos.
¿Qué es el «turismo de parto»?
Se trata de un término utilizado por Donald Trump para referirse a personas que viajan exclusivamente a Estados Unidos para tener un bebé. Después del parto, esas personas regresan a sus países de origen. No está claro cuántos niños nacen en EE. UU. por esa vía.
El turismo de parto es una circunstancia distinta a los partos de migrantes irregulares. Estudios de medios conservadores calculan que 400 000 niños de migrantes indocumentados nacen cada año. En contraste, el Centro de Investigación Pew calculó que 275 000 bebés nacieron en 2014 de progenitores irregulares, el 7 % de los nacimientos ese año.
El Consejo Americano de Inmigración estima que cerca de 3.7 millones de niños estadounidenses tienen al menos un padre que es migrante irregular, según datos del último censo.
Las cifras se acercan a las del Instituto de Políticas Migratorias —otra organización sin afiliación política—, que cree que son cerca de 4 millones. El Centro Pew encontró que los padres de nueve de cada diez niños entraron a EE. UU. al menos dos años antes de dar a luz, lo que sugiere que migraron por otras razones y luego decidieron tener un bebé.
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Jorge