Foto: perfil de Marco Rubio / Facebook.
Ascenso de Marco Rubio: ¿qué le espera a Cuba en la nueva era Trump?
14 / noviembre / 2024
Muchos analistas anticiparon que se avecinaban tiempos difíciles para las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Argumentaron que la elección de Donald Trump, por sí sola, bastaba para prever el regreso de una política de línea dura hacia la isla. El nombramiento de Marco Rubio como candidato para dirigir el Departamento de Estado de la nueva Administración ―que comienza el 20 de enero de 2025―, no hace más que confirmar las expectativas.
Pero ¿por qué los analistas vaticinan una política férrea de Trump hacia Cuba? ¿Quién es Marco Rubio que hace suponer que ese camino es posible?
ASCENDENCIA CUBANA
Marco Rubio nació el 28 de mayo de 1971 en Miami, Florida. Es el segundo hijo de una familia de cubanos que emigraron a Estados Unidos en 1956, durante el régimen de Fulgencio Batista. La familia Rubio-García se estableció inicialmente en Miami, pero más tarde se mudó a Las Vegas, donde el padre de Marco trabajó de camarero y su madre de mucama en un hotel.
Los padres de Marco Rubio (Mario Rubio Reina y Oriales García) no eran ciudadanos estadounidenses cuando nació el senador, pero solicitaron la ciudadanía y se naturalizaron en 1975.
Luego de vivir varios años en Nevada, los Rubio regresaron a Florida en 1985. Allí, el senador se graduó en un programa de Ciencias Políticas de la Universidad de Florida, en 1993, y después estudió Derecho en la Universidad de Miami.
Criado en la fe católica, mientras vivía en Nevada fue bautizado como mormón. Sin embargo, varios años después regresó a la Iglesia católica y hoy se identifica a sí mismo (y a su familia) como católico practicante.
CARRERA POLÍTICA
Cuando era estudiante de Derecho, Marco Rubio trabajó para Ileana Ros-Lehtinen, representante republicana cubanoamericana de Florida. (Ros-Lehtinen ―bautizada por la propaganda oficialista cubana como «la loba feroz»― fue la primera mujer hispana elegida para la Cámara de Representantes de Estados Unidos).
Tras obtener el título en Derecho en 1996, Rubio sirvió un mandato como miembro de la Comisión de la Ciudad de West Miami. Luego, fue elegido para la Cámara de Representantes de Florida en una elección especial en 1999. En ese órgano sirvió desde el 2000 hasta 2008. Durante ese período, fue líder de la mayoría republicana (2003-2006) y entre 2006 y 2008 fue presidente de esa Cámara, convirtiéndose en el primer cubanoamericano electo para ocupar el puesto.
Lanzó su campaña para el Senado de EE. UU. en 2010 y fue electo. Desde 2011 mantuvo su asiento en la Cámara Alta y acumuló tres mandatos consecutivos.
En abril de 2015, Rubio anunció que participaría en la carrera presidencial de EE. UU. del año siguiente. Su plataforma de campaña se centraba en un presupuesto equilibrado, reformas fiscales y mayor seguridad fronteriza. Durante la campaña, Rubio sufrió las burlas de Trump, quien lo apodó «Pequeño Marco» (Little Marco). El senador, por su parte, afirmó que Trump era «la persona más vulgar que jamás haya aspirado a la presidencia». Rubio suspendió su campaña tras perder las primarias de Florida a mediados de marzo de 2016.
Luego de los altercados verbales entre Rubio y Trump y de la elección de este último como presidente en 2017, el cubanoamericano se convirtió en un aliado de Donald Trump y ambos desarrollaron una estrecha relación de trabajo. Tras la elección presidencial de 2020, en la que ganó Joe Biden, Rubio apoyó la afirmación de Trump de que había existido un fraude electoral generalizado. Sin embargo, después del ataque al Capitolio de Estados Unidos, el 6 de enero de 2021, Marco Rubio votó para certificar los resultados de las elecciones.
IMPORTANCIA DEL ROL DE MARCO RUBIO PARA LAS RELACIONES CON CUBA
Si el Senado de Estados Unidos ratifica a Marco Rubio ―lo cual, ante la mayoría republicana en ese órgano, parece ser solo una formalidad―, se convertiría en el primer latino en ocupar el cargo de secretario de Estado de EE. UU. Según la línea de sucesión establecida por la Ley de Sucesión Presidencial de 1947, Rubio sería el quinto en la línea de sucesión presidencial.
Desde que Mauricio Claver-Carone fue nombrado director senior de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, ninguna figura con vínculos directos con Cuba había ocupado puestos que pudiesen tener una influencia tan directa en el diseño de las relaciones bilaterales entre la isla y Estados Unidos.
Durante la primera Administración de Trump, Claver-Carone fue uno de los principales defensores de las políticas de línea dura no solo contra Cuba, sino también contra Venezuela. El periódico Granma lo describió como el responsable de las «acciones abiertas y encubiertas» de Washington contra Venezuela, Nicaragua, Cuba, Bolivia y Ecuador.
Mauricio Claver-Carone ha estado estrechamente vinculado con Marco Rubio, quien ha sido también un firme defensor de las políticas de máxima presión contra los regímenes autoritarios de izquierda en América Latina, particularmente el cubano. Si Claver-Carone fue visto como uno de los arquitectos de la política de la primera Administración Trump hacia Cuba, Nicaragua y Venezuela; no es difícil imaginar el impacto que tendrá Rubio en el diseño e implementación de una política similar. Sobre todo porque no necesitará de un lobby que le asesore en materia de políticas hacia Cuba y porque tendrá en sus manos mucho más poder sobre la política internacional de la Administración que el que pudo haber amasado Claver-Carone en sus tiempos en el Consejo de Seguridad Nacional.
El futuro secretario de Estado ha insistido repetidamente que el régimen cubano representa un riesgo para la seguridad nacional de EE. UU. debido a su relación con adversarios como China ―país que el senador floridano considera el mayor contrincante que ha tenido Estados Unidos en su historia―.
En abril de 2024, Rubio recalcó: «Cuba tiene una larga historia de cooperación militar y de inteligencia con el Gobierno comunista de China (...). En muchos casos, no hemos hecho lo suficiente para crear alternativas a lo que China ha hecho en muchos países».
En agosto de 2024, al presentar una resolución en el Senado en la que se condenaba el régimen cubano, Rubio aseguró: «el mundo es testigo de las múltiples maneras en que el régimen de Castro/Díaz-Canel ha servido de títere de la China comunista, Irán y, más recientemente, de Rusia. Estados Unidos tiene el deber moral de defender los intereses de nuestra nación y debemos continuar apoyando el orden democrático y la justicia en nuestro hemisferio».
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