—Para que no digas que nuestra prensa no es capaz de reflejar los problemas más acuciantes del país, te he guardado un ejemplar del pasado 22 de julio.
—¿De qué periódico?
—Dije «ejemplar». No puede ser otro que el Granma.
—Pues, que yo sepa, el asunto del papel sigue tan jodido que llevamos 30 años con ocho páginas. Si se quisiera de verdad reflejar los problemas más acuciantes del país, los periódicos tendrían que tener no menos de 60 pliegos.
—En este ha bastado uno para formular un título, una pregunta que destila sensibilidad y empatía: «¿Se podrá comprar huevos, algún día, a precios asequibles?».
—Habría que comenzar por discutir qué es un precio asequible. En el comercio minorista se le califica así al de cualquier producto que sea cinco pesos inferior al de su precio en la calle, no importa si estamos hablando de un avión o de una vaca.
—Esa nimiedad pasa a un segundo plano cuando en el subtítulo se esgrime una sentencia que sobrepasa por mucho cualquier elucubración filosófica: «La realidad imperante exige una sola fórmula: que haya gallinas en la granja, para que luego haya huevos en la mesa familiar».
—…
—¿Puedo ayudarte?
—…
—¿Te doy en la espalda?
—… Es la emoción. Ya se me pasará… Por eso un día decidí no comprar más el Granma a precio tan asequible. Hay momentos de leer una cosa así en que uno no sabe en qué intersticio de la garganta se te van a trabar los huevos.
—Te entiendo. A mí me emocionó muchísimo que el órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba diga sin tapujos que existe una «realidad imperante».
—Que está por encima de todo… como el propio Partido, vaya.
—Exacto. Y que hable de «granjas» para referirse a esos establecimientos.
—Las pocas que subsisten parecen más bien campos de concentración. Uno pasa y las gallinas te miran como pidiéndote que acabes de una vez y por todas con ese martirio.
—Cómo explicarles que «Las cifras importadas de insumos, a través de la operatoria de un esquema cruzado, mantienen la atención a la genética y a la producción de los reemplazos».
—Cuando tengas un chance me lo explicas a mí.
—El presidente del Grupo Empresarial de Alimentos y Aves del Ministerio de la Agricultura dice que entre las principales limitaciones actuales de la producción avícola en Cuba está «la falta de financiamiento para la compra de materias primas y piensos para la alimentación de las aves. Llegó a su punto más crítico en los meses de octubre y noviembre del pasado año, lo cual provocó que se perdieran más de 1 300 000 ponedoras».
—Un gallinicidio.
—De ahí que «el huevo jamás se ha vuelto a ver de forma normada».
—Quién iba a decirnos que algún día extrañaríamos el racionamiento.
—¿Te acuerdas cuando el Comandante dijo en un discurso que «Nosotros llegaremos a producir todos los pollos que no se comerá este país»?
—Tuvo razón: cualquier día en este país no se comerá.
—«Con todo el excedente exportable que este país va a tener en los años futuros podremos producir los pollos en cantidades astronómicas», aseguró.
—¿Aclaró a partir de qué fecha comienzan a contarse los años futuros?
—«Cuando a un ciudadano le den los productos que necesita, y en muchos casos se le dé gratuitamente». Dice el periódico que «Retomar ese escenario es la meta deseable y urgente, pero necesita antes recuperar un esquema de producción sostenible que desbarate ese mito embaucador sobre quién va primero: el huevo o la gallina».
—Para mí está claro que primero va el Granma.
ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.
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