Cubanos en Rusia: Aprueban prórroga migratoria, pero sin regularización de estatus legal

Foto: Natasha Vázquez
El 28 de abril de 2025, dos días antes del vencimiento del Decreto 1126 —que otorga a los extranjeros en situación irregular en Rusia la posibilidad de regularizar su estatus o abandonar el país sin enfrentar una expulsión forzada—, el presidente Vladímir Putin firmó una modificación a la norma, extendiendo el plazo hasta el 10 de septiembre. La medida fue recibida con alivio por muchos cubanos, pero también con una creciente dosis de escepticismo.
«Dicen que hay más tiempo, pero eso no te garantiza nada», comenta Yaimé, una joven cubana que lleva dos años en Moscú y pidió que no reveláramos su apellido. «Fui a Sajarovo (al centro migratorio) a regularizarme, me tomaron las huellas y demás, pero en cuanto dije que no tenía contrato de trabajo ni familia rusa, me dijeron que lo mejor era que me fuera del país. Así, sin más».
Aunque el Kremlin extendió el plazo para la regularización, los expertos advierten que la permanencia en el país sigue sujeta a criterios estrictos.
Según explicó el abogado cubano Pedro Luis García en su canal de YouTube Moscú Express, esta prórroga no se aplica automáticamente a todos los migrantes.
«Muchos creen que simplemente por estar aquí pueden quedarse hasta septiembre. Pero no es así. La ley está dirigida a quienes tienen un motivo jurídico real para permanecer en el país», advierte el jurista.
Regularización o salida voluntaria
García, quien reside y trabaja en Rusia, reitera que la prórroga no es una amnistía general. «Hay que tener un motivo real para quedarse: estudio, trabajo, asilo… Si no, toca salir. Y mejor que sea voluntario».
Pedro Luis enfatiza que los migrantes sin justificación válida deberán abandonar el país antes del 10 de septiembre. De lo contrario, podrían ser sujetos de deportación, especialmente si tienen antecedentes administrativos, sanciones no saldadas o documentación irregular.
Además, remarca la importancia de someterse al proceso de regularización, que incluye examen médico, toma de huellas dactilares y biometría. Ese registro no solo es clave para quienes planean salir y regresar, sino que también se vuelve esencial para mantener servicios básicos como la telefonía y el acceso a bancos.
«Sin esa documentación, si se bloquea tu línea telefónica o tu cuenta bancaria, no podrás hacer nada. Ni siquiera demostrar que estás legal en el país», subraya.
El abogado también alerta sobre los riesgos de acudir a las oficinas migratorias cuando existen irregularidades en los documentos.
La advertencia no es menor. Varios cubanos han sido detenidos al acudir a oficinas migratorias por tener sellos falsos en el pasaporte o multas impagas. En YouTube, un joven que se identifica como Alain contó, desde Moscú, que pudo registrarse y salir y regresar sin problemas. «Pero otro amigo fue detenido por una multa que ni se acordaba que tenía».
Un decreto general, pero con aplicación desigual
Aunque el decreto presidencial tiene carácter general, su aplicación varía de región en región. Según relata el abogado, mientras en Moscú hay una línea de acción relativamente clara, en otras ciudades (como Kazán) las autoridades locales aún muestran confusión sobre cómo implementar la norma.
Por ello, la recomendación principal sigue siendo la prudencia: «Cada caso es único. Lo ideal sería regularizarse, salir del país de forma voluntaria y luego regresar, si es posible, con una nueva base legal».
¿Amnistía o puerta giratoria?
Rusia ha sido un destino frecuente para los cubanos que buscan escapar de la crisis en la isla. Muchos entran sin necesidad de visa, como turistas, y al vencerse los tres meses reglamentarios quedan atrapados en un limbo legal.
En los últimos años, las regulaciones migratorias rusas han cambiado y se han reforzado, a menudo sin avisos claros.
La extensión del plazo migratorio hasta septiembre de 2025 puede ofrecer un respiro temporal a miles de cubanos en Rusia, pero no garantiza seguridad ni estabilidad. En ausencia de una política migratoria más permisiva, muchos seguirán atrapados entre el deseo de permanecer y el temor a ser expulsados.
Para quienes no tienen base legal para quedarse, la recomendación más extendida es salir del país de forma voluntaria antes de septiembre y, luego, intentar regresar bajo otras condiciones.
«Yo estoy ahorrando para salir a algún otro país, pero las opciones no son muchas. Ya no se puede ir a Serbia sin visa, y pasar para Europa después de que empezó la guerra en Ucrania es imposible. Solo queda Abjasia y poco más, o volver a Cuba, y todo cuesta dinero», dice Yaimé. «¿Qué cubano aquí tiene los recursos para eso, si vivimos al día?», se pregunta.
«Pero lo peor es quedarte sin papeles, sin cuenta bancaria, sin línea telefónica en un país donde todo es control. Qué vamos a hacer. No sé, pero es muy duro», concluye.
La historia se repite: medidas legales que generan esperanza, pero terminan sembrando más dudas que certezas. Y, una vez más, la comunidad migrante cubana queda a la deriva entre las leyes del país receptor y la necesidad de dejar el propio para sobrevivir.
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jose dario sanchez