Abjasia. ¿Refugio para inmigrantes cubanos en Rusia o trampa migratoria?

Foto: Andrey Metelev / Unsplash.
En los últimos meses, el nombre de un pequeño territorio ubicado en la costa noreste del mar Negro se ha vuelto habitual entre los cubanos, especialmente entre los inmigrantes en Rusia. Abjasia, un antiguo territorio soviético que es en la actualidad una república autoproclamada independiente y escasamente reconocida a nivel internacional, se ha convertido en un destino inesperado, una suerte de refugio para quienes buscan escapar de las restricciones migratorias rusas y las limitaciones económicas en Cuba.
Lo que comenzó como una curiosidad o algo puntual, hoy es un fenómeno que empieza a atraer a decenas, o tal vez cientos de cubanos, seducidos por los visados accesibles, alquileres económicos y la esperanza de una nueva oportunidad de asentarse legalmente.
Sin embargo, tras este aparente paraíso se esconden realidades complejas: un territorio en conflicto, un limbo diplomático, la inseguridad y la precariedad económica y riesgos legales, que ya están afectando a quienes decidieron probar suerte en Sujumi, la capital de esta república de facto.
Un territorio sin reconocimiento pleno
Cuando la Unión Soviética se desintegró en 1991, Georgia se convirtió en un país soberano y mantuvo a Abjasia como una república autónoma bajo su administración. No pasó mucho tiempo antes de que los conflictos étnicos y las disputas territoriales provocaran que el 23 de julio de 1992, Abjasia declarara unilateralmente su independencia.
Tras una cruenta guerra contra Georgia, Abjasia ha sobrevivido como Estado independiente de facto, respaldado casi en exclusiva por Rusia, y con reconocimiento internacional limitado (por parte de Nicaragua, Venezuela, Siria y Nauru). El resto de la comunidad internacional, incluidas Naciones Unidas y la mayoría de los países occidentales, la consideran legalmente parte del territorio georgiano.
Este estatus conlleva una serie de limitaciones para sus residentes, incluyendo a los extranjeros. Así, los visados y permisos de residencia emitidos por Abjasia carecen de validez internacional, mientras sus instituciones financieras no están conectadas con el sistema bancario mundial, por lo que sus tarjetas no funcionan en otros países.
Tras más de tres décadas de inactividad, el aeropuerto de Sujumi (Babushara) reanudó operaciones el 7 de febrero de este año con un vuelo de prueba, y se espera que los vuelos regulares comiencen el 3 de mayo de 2025.
Hasta el momento, los vuelos programados son exclusivamente entre Rusia y Abjasia. No existen conexiones aéreas directas entre Sujumi y otros países, y las aerolíneas internacionales no reconocen a Abjasia como destino oficial debido a su estatus político.
Destino emergente para los cubanos varados en Rusia
Para muchos cubanos que llegaron a Rusia atraídos por las exenciones de visado y las oportunidades laborales informales, la situación se ha tornado cada vez más compleja y precaria. La guerra en Ucrania, la crisis económica y sobre todo el endurecimiento de la legislación migratoria, han complicado la vida a miles en situación irregular. El proceso de «regularización» promovido por el Gobierno de Putin apenas ofrece la posibilidad de salir del país antes del 30 de abril sin penalizaciones, pero no de cambiar estatus migratorio.
En estas circunstancias, Abjasia emerge como una alternativa tentadora, por el costo de vida relativamente bajo, la cercanía geográfica, el clima agradable y, sobre todo, la posibilidad de obtener visados de estancia y la laxitud de los controles migratorios locales.
Sin embargo, este movimiento también ha comenzado a levantar alertas por los riesgos sociales, jurídicos y geopolíticos que conlleva.
Las redes sociales: propulsoras del «boom abjasio»
En Facebook, YouTube y Telegram proliferan los grupos y canales dedicados a la experiencia cubana en Abjasia.
Uno de los más seguidos, @UnCubanoEnAbjasia96, documenta desde los precios de la comida hasta las gestiones migratorias. En uno de sus videos asegura:
«Compras para una semana, 4000 rublos para tres personas. Aquí la vida es más barata, pero si no hablas ruso estás perdido».
En otra página popular en Facebook, Cubanos en Abjasia, se detalla cómo llegar a Sujumi, así como el proceso para obtener visados y permisos de trabajo: «Te dan visa por un año con permiso de trabajo, pero ojo, eso solo sirve dentro de Abjasia».
En días recientes, en estos mismos espacios, varias personas comenzaron a advertir sobre la situación laboral, así como sobre la posibilidad del cierre de fronteras a los cubanos debido al aumento de migrantes, algunas situaciones de indisciplinas, y las tensiones diplomáticas latentes con Georgia, país con el que Abjasia mantiene una frontera altamente militarizada desde la década de 1990.
Un usuario del referido grupo de Facebook alerta sobre las falsas expectativas de trabajo que, según él, propagan algunos con la intención de vender pasajes o servicios. Refiere que los empleos «son contados y en la mayoría de los trabajos piden idioma», mientras asegura que está en Abjasia y ha visto «cubanos teniendo que abandonar la renta y dormir en la calle por no encontrar trabajo».
Por su parte, el creador del grupo admite que «es cierto que para buscar trabajo piden el idioma», que pagan poco y a algunos los han echado a la calle, pero asegura que otros han corrido mejor suerte. «La vida del inmigrante es dura y hay que esforzarse», afirma.
Condiciones de vida y economía local
Aunque algunos testimonios destacan el clima suave y el bajo costo de vida, las limitaciones económicas son evidentes. Además de los bajos salarios locales y las oportunidades laborales limitadas, las instituciones financieras abjasias no tienen alcance internacional.
Desde el canal de YouTube Cubanos en Abjasia, apuntan que « las tarjetas solo funcionan en Abjasia. No puedes hacer transferencias internacionales ni usar bancos occidentales. Todo es efectivo».
La economía abjasia depende en un 95 % de Rusia, por lo que las restricciones impuestas a ese país por las sanciones occidentales complican aún más las operaciones transfronterizas.
A eso se suma la inseguridad y el nivel alto de delincuencia. Según el testimonio de un cubano con el que elTOQUE pudo contactar, él y unos amigos fueron asaltados y golpeados para robarle el dinero, algo que en Rusia no se ve con regularidad.
Riesgos ocultos y desprotección consular
Más allá de la ilusión de un destino migratorio, la realidad jurídica y diplomática de Abjasia plantea riesgos evidentes.
Cuba no se encuentra entre los países que reconocen a Abjasia como país independiente, por tanto, no cuenta con representación diplomática allí.
El Consulado de Cuba en Rusia —ubicado en Moscú— y el Consulado en Kazajistán, son las únicas entidades habilitadas para asistir a sus nacionales en la región. Esto supone un grave obstáculo para la renovación de pasaportes, trámites legales o la atención en casos de emergencia, especialmente para quienes tienen prohibida la entrada a Rusia.
El abogado y especialista en Relaciones Internacionales Orday Robaina, consultado para este reportaje, advierte:
«Si a un cubano se le vence el pasaporte en Abjasia y tiene orden de deportación o restricción de entrada a Rusia, debe acudir al consulado en Kazajistán. Pero para eso necesita visa, y sin pasaporte vigente no se puede tramitar visa. Es un círculo legal sin salida. Tengo ya varios clientes en esa situación».
Además, los visados expedidos por Abjasia no tienen validez fuera de su territorio. Rusia tampoco reconoce la visa abjasia como un documento válido para permanecer en su suelo, lo que puede mantener a los migrantes en una suerte de limbo legal fuera de las fronteras de ese territorio.
«Algunos de los que venden sus servicios a otros cubanos prometen residencia y hasta ciudadanía, pero esto no es real», explica Orday. «Lo que se puede conseguir es simplemente un visado, pero para pasar a otro estatus sería necesario cumplir requisitos adicionales».
Entre estos, invertir en un proyecto financiero/económico en Abjasia (no en inmuebles), alistarse en el ejército a través de un contrato, trabajar en industrias de importancia estratégica para el país o estudiar en centros de enseñanza superior a tiempo completo o reunificación familiar con cónyuges, padres, hijos.
Esto se dificulta con la inexistencia de especialistas en migración. «Contacté a un abogado allí y me confirmó que no existen juristas especializados en migración, porque hasta ahora eso no era una necesidad en el país. Aunque con la afluencia de cubanos tal vez eso empiece a cambiar», expone.
Un conflicto latente y el riesgo de desplazamientos irregulares
Otro elemento a tener en cuenta es la situación geopolítica de Abjasia. Al lado se encuentra Georgia, un país con una política migratoria muy estricta, pero con atractivas posibilidades de movilidad hacia Europa y Estados Unidos, por lo que sería una meta codiciada por muchos cubanos. Pero el cruce ilegal de esta frontera es prácticamente imposible e implicaría un enorme riesgo personal y político.
«Aunque el conflicto armado con Georgia concluyó oficialmente en 1994, las tensiones se mantienen. Las fronteras con Georgia están fuertemente militarizadas y cualquier intento de cruce irregular podría desencadenar incidentes diplomáticos o militares, incluso arrastrar a Rusia a un eventual conflicto, con los cubanos en el medio», advierte Orday.
Así, el eventual aumento de migrantes cubanos en esta frontera podría convertirse en un factor de inestabilidad regional y forzar a las autoridades de Abjasia a tomar medidas restrictivas, incluyendo controles migratorios más severos, encarcelamientos o deportaciones.
¿Una solución realista o callejón sin salida?
Abjasia podría perfilarse como una solución provisional para cubanos varados en Rusia o en situación irregular, pero sus carencias institucionales, su precario estatus internacional, la volatilidad geopolítica y la ausencia de garantías diplomáticas la convierten en un destino de alto riesgo.
Para cualquier migrante es esencial informarse a fondo sobre el contexto legal, político, cultural y económico del país de destino. En el caso de Abjasia, estos factores deben ponderarse con sumo cuidado.
En la historia reciente de los movimientos migratorios masivos, muchas veces las soluciones rápidas pueden transformarse en callejones sin salida. Abjasia, lejos de ser un refugio seguro, podría terminar siendo, para muchos cubanos, una nueva trampa migratoria.
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