El ex embajador estadounidense, de origen colombiano, Manuel Rocha fue detenido el viernes 1 de diciembre en Florida, y acusado de al menos tres delitos federales, entre ellos actuar como agente del Gobierno de Cuba.

La denuncia contra Rocha sostiene que desde 1981 apoyó y recopiló información de inteligencia, de forma secreta, para Cuba.

Los fiscales aseguran que Rocha, con el fin de alcanzar sus objetivos, «obtuvo empleo en el Departamento de Estado de Estados Unidos entre 1981 y 2002, en puestos que le proporcionaron acceso a información no pública, incluida información clasificada, y la capacidad de influir en la política exterior de Estados Unidos (EE. UU.). Una vez finalizado su empleo en el Departamento de Estado, Rocha participó en otros actos destinados a apoyar a los servicios de inteligencia de Cuba. Desde 2006 hasta 2012, aproximadamente, Rocha fue asesor del Comandante del Mando Sur de Estados Unidos, un mando conjunto de las fuerzas armadas estadounidenses cuya área de responsabilidad incluye Cuba».

Durante su carrera como diplomático, Rocha fue Primer Secretario de la Embajada de EE. UU. en Ciudad de México (1989-1991), Jefe de Misión Adjunto en la Embajada de EE. UU. en Santo Domingo en República Dominicana (1991-1994), empleado del Departamento de Estado y Director de Asuntos Interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU. (1994-1995), oficial principal adjunto de la Sección de Intereses de EE. UU. en La Habana (1995-1997), Jefe de Misión Adjunto en la Embajada de EE.UU. en Buenos Aires, Argentina (1997-1999) y Embajador de EE. UU. en Bolivia (1999-2002).

Luego de su retiro del servicio exterior ocupó puestos de alto nivel en XCoal, un exportador de carbón con sede en Pensilvania; Clover Leaf Capital, una empresa creada para facilitar fusiones en la industria del cannabis; el bufete de abogados Foley & Lardner y las firmas españolas de relaciones públicas Llorente & Cuenca.

Rocha está acusado de conspirar para actuar como agente de un gobierno extranjero sin notificación previa al Fiscal General; de actuar como agente de un gobierno extranjero sin notificación previa al Fiscal General; y de utilizar un pasaporte obtenido mediante una declaración falsa. Por estas acusaciones Rocha compareció este 4 de diciembre de 2023 ante un tribunal en Miami.

Desde elTOQUE Jurídico ofrecemos algunas pistas sobre las causas, que de acuerdo con la Ley estadounidense, pudieron haber motivado la formulación de cargos contra Rocha por parte del Departamento de Justicia de ese país.

FARA, ¿qué es y qué implica?

Promover los intereses de un gobierno extranjero en suelo estadounidense puede acarrear consecuencias legales bajo diversas leyes, en dependencia de las acciones específicas realizadas por el acusado. En el caso de Rocha la ley más mencionada por la prensa ha sido la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (Foreign Agents Registration Act, FARA).

FARA fue promulgada en 1938, con el fin de contrarrestar la propaganda y los esfuerzos de influencia nazi en los Estados Unidos en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Esta ley exige que los agentes de países extranjeros, partidos políticos y empresas, que pretenden influir en la opinión pública estadounidense o cabildear a funcionarios estadounidenses para realizar cambios en las políticas, se registren en el Departamento de Justicia.

Embajada cubana en Washington: teorías tras el lanzamiento de cócteles molotov

El lanzamiento de botellas incendiarias contra la Embajada cubana en Washington parece ser un hecho irrefutable. Sin embargo, muchos internautas han señalado varios elementos que en teoría demuestran la falsedad del atentado.

Es la misma norma empleada recientemente para acusar al senador de origen cubano Bob Menendez de actuar como agente extranjero, en suelo estadounidense, del Gobierno de Egipto. Los fiscales alegan que Menéndez ayudó secretamente a oficiales militares e inteligencia egipcios en asuntos sobre los cuales ejercía un control significativo como presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado.

FARA fue utilizada también para sostener algunos de los cargos por los que fueron sancionados los cinco espías cubanos miembros de la denominada Red Avispa en 2001.

Ley de Espionaje

Otra de las normativas que pudiese utilizarse para sancionar a agentes extranjeros en EE. UU. es la Ley de Espionaje. Esta normativa tuvo su origen durante la Primera Guerra Mundial (1917) y prohíbe ciertas actividades relacionadas con el traslado de información perjudicial a EE.UU. a gobiernos o servicios de inteligencia extranjeros. 

Un ejemplo de su aplicación fue la sanción del exagente del FBI Robert Hanssen en 2001. Durante más de 20 años Hanssen espió, primero para los soviéticos y luego para los rusos. Por sus reportes fueron descubiertos y asesinados varios agentes de EE. UU. que operaban en Rusia. Se calcula que recibió $1.4 millones de dólares en efectivo y diamantes por la información que vendió durante todos esos años al Kremlin. 

Código de Estados Unidos

Asimismo, el Código de EE. UU. establece sanciones por cargos contra quienes conspiren para entregar información de Defensa Nacional a otros gobiernos o actores extranjeros. 

Esta fue la solución legal utilizada para sancionar a Ana Belén Montes, la oficial de inteligencia estadounidense de más alto rango que ha sido detectada y sancionada por colaborar con los servicios de inteligencia cubanos. 

Fue acusada originalmente de conspirar para entregar información de Defensa Nacional de los Estados Unidos a Cuba en violación del Título 18 del Código de los Estados Unidos, sección 794(c) y fue sancionada a 25 años de prisión. En enero de 2023 fue excarcelada bajo libertad condicional.

Ley Logan

Esta normativa data de finales del siglo XVIII y ha sido muy debatida. La Ley Logan prohíbe que los ciudadanos estadounidenses participen en diplomacia no autorizada con países extranjeros con la intención de influir en las decisiones o conductas de un gobierno extranjero o de derrotar, cambiar o influir en las decisiones tomadas por EE. UU. contra gobiernos o actores foráneos. 

Los fiscales estadounidenses solo han presentado dos acusaciones bajo la Ley Logan desde su promulgación y ninguna resultó en condena. Ha sido considerada por algunos como una «ley muerta», una «anacronía», una «curiosa antigüedad federalista», «el estatuto federal más moribundo» y una «reliquia del siglo XVIII que duerme en un espléndido desprecio». Pero, otros —sobre todo durante la investigación especial comandada por Robert Mueller sobre la influencia rusa en las elecciones que dieron el triunfo a Donald Trump— han señalado que no está completamente inactiva.

Lo cierto es que el Departamento de Estado ha aplicado ocasionalmente las prohibiciones de la Ley Logan mediante suspensiones de pasaportes y restricciones de viaje y al menos un militar estadounidense fue condenado en una corte marcial utilizando como argumento las conductas tipificadas en esta ley. 

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