En la localidad Corral Falso, en Guanabacoa, La Habana, la organización y distribución del combustible en uno de los Cupet se lleva a cabo mediante un sistema singular. Para acceder a los carburantes, es imprescindible presentarse en el lugar de 6 a 7 de la mañana y encontrar a la «coordinadora de la cola».
La coordinadora está disponible todos los días en el mencionado horario y recopila los datos de los interesados para añadirlos a un grupo de Telegram. Luego, genera un número de registro que es el boleto para el abastecimiento de combustible.
La dinámica de asignación de turnos para la carga de combustible no sigue un calendario fijo. La disponibilidad de combustible puede ser semanal o quincenal y los usuarios reciben una notificación sobre el día y la hora en que deben acudir a la estación.
El sistema tiene la particularidad de asegurar a cada participante cargar hasta 40 litros de combustible, cantidad máxima permitida para los automóviles.
«En otros Cupet, como en el de La Shell, el combustible es liberado y las colas son kilométricas», explica un chofer habanero. «Por eso prefiero este “sistema”, porque aunque también hay colados garantizas tu combustible sin tanta cola».
El desabastecimiento, las roturas frecuentes de la bomba para echar combustible y los problemas de conexión para pagar con las tarjetas genera cierto hastío entre los choferes que llegan al Cupet de Corral Falso, a pesar de las ventajas de la «iniciativa» de la «coordinadora de la cola».
Al panorama se suma el aumento del 420 % del precio de los carburantes y la dolarización parcial de las «pistas de combustible».
La estafa de la tarjeta Clásica
El uso de las tarjetas Clásica en USD para la comercialización del combustible en Cuba comenzó el primero de marzo de 2024. Casi un mes después, Fincimex S. A. anunció la posibilidad de recargarlas online a través de Tocopay. No obstante, aún no se puede hacer la solicitud, como prometieron dos meses antes.
«Nuevo medio de pago, válido para la compra de bienes y servicios en la red comercial del país, a través de terminales de puntos de venta (POS), con atractivos descuentos e incentivos. Como novedad, incorpora también la posibilidad de pagar importaciones, así como su uso en la red de servicentros habilitados para la venta de combustible en USD», anunció en su web Tocopay.
Sin embargo, en ninguno de los mensajes para promocionar la nueva tarjeta se explica que por cada transacción o recarga en Cuba se cobra 1 USD, además de los 4 USD que se descuentan del monto obligatorio inicial (50 USD para la apertura).
En el caso de la recarga desde Tocopay, por cada 100 USD que reciba el dueño de la tarjeta en Cuba se cobra una comisión de 11 USD aproximadamente. Los «atractivos descuentos e incentivos» anunciados en sus publicaciones oscilan entre el 5 y el 10 % en instalaciones de Trimagen, Gaviota o tiendas Caribe.
«En los servicentros en los que ahora se vende gasolina en dólares no se puede comprar con la tarjeta en MLC», denunció a elTOQUE un transportista privado de Las Tunas. «Se les olvidó mencionar el “pequeño detalle”», comenta de manera irónica.
La información la confirmó también un chofer avileño a quien no le permitieron comprar con su tarjeta en MLC en ninguno de los servicentros en los que se vende gasolina en dólares en Ciego de Ávila.
«A veces uno iba al Nueva Imagen a comprar comida o aseo, pero ahora solo reciben tarjetas en USD o internacionales», comentó el trasportista.
El diseñador William Sosa contó en sus redes que ni el pago en dólares es garantía para la calidad del servicio.
Según relató en Facebook, un amigo residente en Estados Unidos esperó cinco horas en el aeropuerto de Camagüey para que le entregaran el auto previamente alquilado con el depósito de gasolina lleno. Finalmente, el cubano y otros 28 clientes tuvieron que acceder a recibir su renta «con lo que tuviera el tanque».
De acuerdo con la información de Transtur, el precio de renta de un auto en Cuba incluye el combustible.
«¿A dónde fueron a parar los más de 700 litros que debían habilitarse en los casi 30 autos rentados?», se preguntó Sosa, quien además contó que su amigo tuvo una experiencia similar anteriormente y le «compensaron» con un día más de renta, a pesar de que sabían que viajaba el día en que terminaba su contrato de alquiler del auto.
Con divisas se viaja mejor
200 EUR le costó a Marta Castiñeira, una cubana residente en España, tomar un taxi de La Habana a Pinar del Río el 15 de marzo de 2024. Según contó a elTOQUE, el chofer sabía que quienes llegan del extranjero traen divisas y le dijo que prefería cobrar así.
«Estaba apurada por llegar a mi casa y no lo pensé dos veces, pero cuesta más caro que un pasaje Madrid-Barcelona en avión», lamentó Marta. «Es abusivo pagar ese precio por viajar 200 kilómetros, pero el chofer me dijo que ahora él tiene que pagar en dólares la gasolina y por eso subió los precios».
Como Marta, algunas personas que arriban vía aérea a Cuba contratan con antelación algún chofer, taxista o vecino con carro para que los recoja y los traslade a su destino. Tras la suspensión de vuelos entre Madrid y Santiago de Cuba de la aerolínea low cost Iberojet, varios tuneros residentes en España suelen pagar entre todos a un conocido con una camioneta para que los recoja en el aeropuerto de La Habana.
«Viajamos con muchas maletas y preferimos que nos lleve alguien de confianza», cuenta uno de los cubanos. «Unos meses antes del vuelo le avisamos al chofer para que prepare el carro y compre la gasolina. Siempre le pagamos en euros porque él lo prefiere».
Para viajes a los aeropuertos, muchas personas acceden a los pasajes en Viazul. La agencia cubana de transporte los comercializa únicamente en euros, sea a través de su página web o directamente en las agencias. En las oficinas en Cuba solamente aceptan pagos por medios electrónicos a propietarios de tarjetas internacionales Visa, Master Card y American Express.
«Todas las tarifas se encuentran en euros, canjeable a cualquier moneda internacional, donde será aplicada la tasa cambiaria internacional el día de la operación de pago o retro pago», especifican los términos y condiciones de Viazul.
Con el incremento de los precios del combustible desde el primero de marzo de 2024, Viazul aumentó discretamente el costo de sus pasajes. En el caso del equipaje, aumentaron de 4 a 10 y a 15 EUR el costo de los que pesen 23 y 35 kg respectivamente (y que no formen parte de los dos permitidos y sin costo por cada pasajero).
El transporte en moneda nacional no arranca
A partir del anuncio el 29 de marzo de 2024 de la paralización temporal del servicio de los micros Gazelle en La Habana debido a la inestabilidad en el abastecimiento de combustible, Eduardo Rodríguez Dávila, ministro de Transporte, publicó en sus redes sociales que era «preciso avanzar en la búsqueda de financiamiento en divisas convertibles para la contratación de más vehículos (…) (preferiblemente eléctricos) que permitan incrementar el nivel de servicios en las rutas existentes y valorar otras, incluso en provincias».
De «malainterpretación» calificó luego las noticias que pusieron el foco en sus declaraciones relacionadas con la búsqueda de divisas convertibles «que permitan, el acceso de los arrendatarios a las piezas de repuesto, neumáticos, baterías, lubricantes y otros recursos, a precios menores y en moneda nacional».
Según explicó Rodríguez Dávila, el Gobierno aprobó un esquema de financiamiento para redistribuir las divisas convertibles generadas por las exportaciones del Mitrans y apoyar la sostenibilidad del transporte público y de cargas. El presupuesto incluyó mejoras para los vehículos (como las micros Gazelles) mediante la adquisición de neumáticos, baterías y motores a precios reducidos.
«Hay un sentimiento generalizado de que cada vez se podrá salir menos a la calle porque es insostenible pagar carros y no se puede coger guaguas porque hay muy poquitas. Lo que se habla todo el tiempo es salir solo a cosas importantes», comentó un lector de elTOQUE desde La Habana.
Según cuenta, incluso se han creado grupos de WhatsApp para que la gente se informe sobre dónde están las guaguas. En los grupos hay también choferes.
«Al menos del paradero de Guanabacoa, del Cotorro y del de Bahía hay grupos de casi todas las rutas y es importante, sobre todo, para las rutas que hacen dos viajes en el día, que generalmente son las rutas alimentadoras y complementarias», explica el lector.
El ingeniero de 34 años cuenta que ni se puede preguntar por el precio porque no hay tarifas y hay que pagar lo que los choferes quieran, sea el tramo que sea y a la hora que sea.
Un transportista privado de Matanzas cuenta que a veces aprovecha los viajes al aeropuerto José Martí para echar gasolina en La Habana, donde, según cuenta, siempre hay combustible y sin tanta cola.
«En la familia tenemos tres carros y una tarjeta en USD. Como lo único que necesitamos es el PIN, quien esté “boteando” más lejos y la vaya a usar, se la lleva. Con el dinero que nos pagan los viajes, la recargamos», dice.
Sin embargo, reconoce que la mayor parte del combustible aún lo compra «por la izquierda» y en moneda nacional. «Ha subido de precio, pero tenemos “un contacto” que siempre tiene».
A través de la aplicación oficial Ticket (plataforma de reservaciones en línea para servicios estatales y privados) muchos choferes privados obtienen los turnos para comprar gasolina. La posibilidad de acceder al combustible puede demorar hasta tres meses y permiten comprar entre 20 y 40 litros.
En días recientes en Las Tunas han vendido gasolina B-83 y B-90.
«La gente la está comprando en grandes cantidades, para venderla a sobre precio si falla después y otros para tener una reserva, por si las moscas», comenta una chofer de la provincia oriental. «Dicen que la venta es así porque están cambiando la gasolina de la reserva estatal por otra nueva. Lo cierto es que tiene un color más oscuro».
En los grupos de redes sociales para localizar en tiempo real los servicentros abastecidos en La Habana son recurrentes los mensajes de compraventa de gasolina.
Los precios informales oscilan según la calidad y la situación de abastecimiento en los Cupet —entre 200 y 400 CUP el litro de gasolina regular—.
«Se protegerán determinados sectores de la población, a un médico, a un maestro que tenga un carrito, tenemos que ver cómo lo apoyamos en este sentido», dijo en diciembre de 2023 el primer ministro Manuel Marrero. Como otras promesas gubernamentales, sus palabras también cayeron en saco roto.
«Me tocó un tique de gasolina pero no pude comprarla, 30 por 156 igual a 4 680 CUP, mi salario mensual. Es un precio abusivo», se quejó en sus redes sociales el periodista villaclareño Jesús Álvarez López.
El lamento de Álvarez tiene lógica y fue respaldado por varios usuarios que coincidieron en la hipocresía del discurso gubernamental que critica los altos precios en algunos productos, al tiempo que los impone en otros.
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