El 23 de enero de 2024, el Banco de Crédito y Comercio (Bandec) y la Corporación Financiera Cimex S. A. (Fincimex) dieron a conocer que a partir de hoy comenzarán a operar en Cuba dos nuevas tarjetas en USD emitidas por ambas entidades.
Aunque en diciembre de 2023 el primer ministro Manuel Marrero había mencionado a Bandec y Fincimex durante la presentación ante el Parlamento de «las proyecciones del Gobierno para 2024», la información divulgada no solo ha provocado malestar entre la población, sino que ha dejado varias inquietudes en torno a las tarjetas en Moneda Libremente Convertible (MLC).
La «clásica» estafa
Vicente La O Levy, ministro de Energía y Minas, explicó durante su comparecencia en la Mesa Redonda en la que se anunció el aumento del precio del combustible que se habilitaría una red de servicentros en USD para «recaudar divisas que luego [permitirían] reaprovisionar el combustible en los servicentros en CUP».
La fórmula —o promesa no cumplida—, aplicada con anterioridad en las tiendas en MLC, fue también utilizada para «consolar» o «calmar» a la población ante el aumento del precio de los carburantes en un 420 %.
En aquel momento —y en la actualidad— muchos descreyeron que realmente con lo recaudado sea suficente para sostener la oferta de combustible, porque la vida demostró que la divisa captada en las tiendas no se utilizó para el abastecimiento de estas.
«Que los ingresos obtenidos por esa vía se van a utilizar para mantener una oferta estable en los establecimientos e invertir en producción doméstica son promesas que se repiten y que no se cumplen», reflexionó el economista Ricardo Torres. «Donde sí se han invertido cifras astronómicas con rendimientos muy bajos es en la construcción de hoteles de alta gama», agregó.
De acuerdo con información difundida en las redes sociales de las entidades financieras cubanas, la tarjeta «clásica» de Fincimex no solo permitirá adquirir combustible en la red de servicentros en divisas, sino también en otros lugares que ofrezcan bienes y servicios en la moneda.
La tarjeta estará disponible para su compra a un precio de 4 USD y puede pagarse también en otras divisas extranjeras aceptadas en Cuba (según la tasa de cambio oficial). Se podrá adquirir en las sucursales de Cadeca o se puede solicitar en línea a través de Tocopay.com para luego recogerla en las oficinas de Fincimex en Cuba.
La tarjeta «clásica» está vinculada a la red de servicentros en divisas que surgen, según explicó el ministro de Energía y Minas, Vicente La O Levy, en la Mesa Redonda para eliminar el subsidio de combustible que pagaban los turistas en Cuba.
No obstante, en consecuencia, también afectará a los cubanos, sean transportistas privados o no —doctores, deportistas, científicos y otros profesionales que recibieron un auto de estímulo o lo adquirieron gracias a su contribución y ahorro—.
Pocas horas después de anunciada la medida, en Revolico había anuncios del tipo «compro USD a pagar por transferencia a 300 CUP».
«La nueva tarjeta estimula la compra del USD por los necesitados de combustible. A más demanda y misma oferta suben los precios de compra», reflexionó el usuario Julián Cruz Barrera. «Con el aumento del valor del USD respecto al CUP [habrá] más devaluación, más inflación, etcétera».
Otras de las «oportunidades» que pueden surgir con la nueva forma de tarjetas no personalizadas es el «alquiler». Al tener un saldo no reembolsable en caso de salida del país ni permitir la extracción de la divisa extranjera, algunas personas pueden cobrar una comisión por su préstamo.
«Un cubano residente en el extranjero que necesite comprar gasolina lo hace por fuera o le paga 30 dólares en efectivo o por Zelle a alguien que le pueda comprar 20 litros de combustible con su tarjeta», explica un chofer de Villa Clara. «Con el dinero vuelves a recargar la tarjeta y de paso le sacas una comisión. Como lo único que necesitas para comprar la tarjeta es un PIN, puedes “alquilarla” y negocio redondo».
Al «esquema de negocio» planteado por el santaclareño se suma que, si al utilizar la nueva tarjeta se obtendrán descuentos y otros incentivos como informó Cimex S. A., las comisiones del dueño pueden ser mayores.
«Es dudosa una estrategia que apuesta solo a recaudar las divisas que circulan en el mercado doméstico para financiar a toda una economía. La estrategia refleja el problema principal, el aparato productivo está en ruinas y Cuba ni de lejos genera divisas suficientes a través de la exportación», explicó Ricardo Torres. «Es un modelo rentista típico. Por otro lado, nada se dice sobre medidas estructurales para reanimar la oferta», concluyó.
Dólares por dolores
Bandec fue el primer banco en anunciar la «ampliación en las posibilidades y facilidades de uso» de la tarjeta prepago en USD. Por lógica, es muy posible que en los próximos días se sumen otras entidades bancarias (BPA o Banmet).
La tarjeta prepago que anuncia Bandec tiene un valor de 4 USD descontados del monto mínimo a ingresar (50 USD). Anteriormente, existían cuentas de ahorro en divisas cuya apertura exigían igual monto mínimo, pero hasta el momento no emitían tarjetas magnéticas.
De acuerdo con la información oficial difundida, no existe límite de importe en las recarga de las tarjetas, que se pueden hacer mediante depósitos en efectivo con las divisas autorizadas a circular y por transferencias desde el exterior.
«[Las tarjetas] posibilitan la compra de bienes y servicios en la red minorista y mayorista, así como la compra de combustible en los servicentros que se habilitarán en USD», informó Bandec en sus redes sociales.
Sobre el reembolso del dinero, aclararon que será posible al presentar un pase de abordar quienes salgan del país y solamente podrán retirar hasta 100 USD o su equivalente en otra divisa.
Ante la incredulidad de un usuario por la falta de disponibilidad de divisas en los aeropuertos, el gestor de redes de Bandec le respondió que si no puede sacar el dinero puede dejarle la tarjeta «a un familiar con el número de PIN para que pueda comprar».
«Surgirá un nuevo comerciante callejero, comprador de tarjetas, a precios de gallina enferma», respondió al respecto el usuario Raimundo Núñez.
El cirujano Ricardo Batista no entiende cómo el banco —que le entregó un certificado de depósito como «constancia» de la divisa extranjera ahorrada por el pago de sus misiones en el exterior— no puede devolverle el dinero por «falta de disponibilidad» y ahora le pide que ingrese más divisa si quiere tener una tarjeta con la que pagar bienes y servicios y comprar combustible.
«Llevo mucho tiempo esperando para disponer de mis divisas», se lamenta. «Veremos si ahora me permiten hacer una transferencia de mi cuenta de ahorros a la nueva tarjeta».
Según pudimos confirmar con trabajadores de Bandec, las personas con cuentas de ahorro en USD pueden extraer el efectivo —cuando exista disponibilidad— y luego depositarlo en las nuevas tarjetas. La transferencia de una cuenta a otra no está permitida hasta el momento.
De acuerdo con el análisis del economista cubano Pavel Vidal, tanto el CUC, los CL (capacidad de liquidez), la cuenta única de ingreso del Estado y los Comités de Aprobación de Divisas, la MLC como la dolarización parcial en sus diferentes etapas han sido un fracaso porque no se atienden los problemas y desequilibrios de fondo de la economía.
«Se han usado para poner parches, segmentar, evitar las reformas y la corrección de la tasa de cambio oficial. Son mecanismos monetarios para seguir extrayendo rentas e intentan mantener a flote un sinnúmero de empresas estatales ineficientes que no aportan al desarrollo del país», explicó Vidal a elTOQUE.
«No se necesitan tantas monedas para hacer funcionar un país. El nuevo frankenstein monetario que están creando no es la solución a la crisis», dice Pavel Vidal. «Se necesita un programa de estabilización macroeconómica, reformas estructurales y la corrección de la tasa de cambio oficial».
¿La muerta anunciada de la MLC?
No. Con las tarjetas en MLC no se puede echar gasolina en los Cupets en divisas ni transferir el dinero a las nuevas tarjetas prepagos en USD de Bandec.
Las nuevas tarjetas son para comprar combustible en la red de servicentros en divisas y «en tiendas que se habilitarán en un futuro solo para ellas», informó el gestor de redes de Bandec en la respuesta a uno de los comentarios.
A cuáles tiendas se refiere, ¿los mercados rusos, los españoles? ¿Podrán usarse para las compras en tiendas online?, se preguntan algunas personas.
Desde hace meses, varios expertos habían alertado que el respaldo en divisas de la MLC depositado en las tarjetas bancarias cubanas desaparece casi instantáneamente al ingreso de la moneda.
El Gobierno cubano y sus instituciones financieras, que no dan cuentas claras de cuánto, cómo y en qué usan la moneda depositada y convertida en dólar bancario, insisten en la necesidad de adquirir divisas —en su mayoría a través de remesas— para sostener la economía nacional, enfrentar el déficit de liquidez y financiar importaciones esenciales.
La falta de transparencia en el manejo de las divisas y la anunciada desaparición del valor de la MLC en las tarjetas genera incertidumbre y preocupación entre la población y los analistas económicos —que se cuestionan la eficiencia y la justicia del sistema de manejo de remesas y divisas en el país—.
Algunos expertos coinciden en que la dolarización parcial de la economía cubana no es necesariamente un problema, sino que podría ser parte de la solución —como se evidenció en la década de los noventa—. El uso efectivo de los dólares captados para estimular la actividad productiva competitiva y garantizar el ciclo de abastecimiento puede tener efectos positivos.
«El asunto es que si continúa predominando el enfoque de extracción de rentas donde quiera que estas se generen (los dólares captados se utilizan casi completamente para cubrir otras necesidades de consumo), la quiebra está garantizada», respondió a un usuario el economista y profesor Oscar Fernández.
«Pasó hace muy poco con el CUC. Ahora acaba de revelarse lo que sabíamos, las cuentas en MLC también están sin respaldo. Va a pasar igual con cualquier nuevo instrumento que lancen si no rectifican esta [extracción de rentas], que probablemente sea la mayor distorsión que tenga nuestra economía y a la que las autoridades no han hecho referencia».
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