La economía cubana se contraerá por segunda vez consecutiva en 2024, según reconocieron autoridades en conferencia de prensa el 14 de noviembre de 2024. Joaquín Alonso Vázquez, ministro de Economía y Planificación, aludió a las dificultades que enfrenta el país debido al reciente impacto de dos huracanes y eventos sísmicos, sumados a los problemas estructurales y energéticos que ya afectaban a la isla.
«Hemos tenido meses de bajos niveles de producción por eventos energéticos y climatológicos, y este impacto nos va a ratificar que no debe crecer la economía», dijo Alonso Vázquez.
Aunque aún no se ha completado la cuantificación económica de los daños causados por los huracanes Óscar y Rafael, y por los sismos del 10 de noviembre de 2024, las autoridades anticipan que tales eventos profundizarán la crisis económica que enfrenta la isla.
Sin embargo, la noticia del decrecimiento de la economía cubana no es nueva, y la contracción no debería justificarse con los más recientes desastres naturales.
En fecha tan temprana como diciembre de 2023, el economista cubano Pedro Monreal calificó de poco probable el crecimiento económico del 2 % que auguró el entonces ministro de economía y planificación, Alejandro Gil Fernández.
En su informe de mayo de 2024, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyectó que la economía cubana crecería solo 1.3% en 2024, uno de los índices más bajos de la región, por detrás de Haití y Argentina.
Recientemente, el organismo económico estimó una caída del 15% en las exportaciones cubanas en 2024, afectadas por la baja en la producción de azúcar y el precio del níquel.
Varios economistas auguraron, mucho antes de los desastres naturales, que en 2024 no ocurriría «el despegue económico» anunciado por las autoridades.
En agosto de 2024 el Doctor en Ciencias Económicas, José Luis Rodríguez, aseguró que Cuba no lograría el crecimiento del 2 % planificado para 2024.
El también ex ministro de Economía y Planificación, alertó que el incumplimiento en el plan de importaciones, de inversión extranjera y de producción de alimentos, en el primer semestre de 2024, auguraban un escenario económico complejo hacia finales de año.
Además, hizo referencia a cómo las sanciones estadounidenses, la disminución de las remesas, los impagos a proveedores, la escasez de combustible y los problemas en el sistema energético también han afectado de manera considerable la economía y sus proyecciones de crecimiento.
Daños preliminares de los huracanes Rafael y Óscar
El huracán Rafael, de categoría 3, azotó el occidente de Cuba el 6 de noviembre de 2024. Las provincias más afectadas fueron Artemisa, Mayabeque y La Habana, donde se reportaron daños significativos en viviendas, infraestructuras y la agricultura. Según datos preliminares, Rafael provocó daños en 1 586 viviendas en Mayabeque, 1 812 en La Habana y 19 498 en Artemisa, de las cuales más de 1 340 sufrieron derrumbes totales.
El sistema energético y las comunicaciones también sufrieron graves afectaciones. Se reportó la caída de ocho torres de alta tensión y daños en 200 radiobases y tres kilómetros de fibra óptica de ETECSA. Además, más de 200 postes de comunicación fueron derribados y cuatro puentes se quebraron, lo que dificulta la conexión entre comunidades y el transporte de suministros.
Por su parte, el huracán Oscar golpeó el oriente del país el 20 de octubre como un huracán de categoría 1. Aunque de menor intensidad, dejó lluvias torrenciales e inundaciones que afectaron a la región oriental. El evento dejó al menos ocho personas fallecidas, dos desaparecidos y provocó daños en cultivos y viviendas, especialmente en las zonas rurales y de mayor vulnerabilidad.
El 10 de noviembre, un terremoto de magnitud 6.8 sacudió el oriente de Cuba, con el epicentro ubicado cerca de la provincia de Granma. Este evento dejó daños materiales significativos: 4 960 viviendas afectadas en Granma, la mayoría por derrumbe parciales; 234 en Santiago de Cuba y dos en Holguín. Según informaron las autoridades, las cifras deben crecer a medida que avance el registro de los daños.
A los problemas habitaciones se une la escasez de agua potable, electricidad y alimentos, mientras que las tareas de recuperación avanzan de forma lenta debido a la falta de recursos. En provincias como Pinar del Río y Guantánamo, damnificados de los ciclones Ian en 2022 y Matthew en 2016, respectivamente, todavía esperan que se les repongan techos y entreguen recursos para sus viviendas.
Más desastres y menos comida
Una de las principales afectaciones de los recientes desastres naturales que han afectado a Cuba se registran en la producción agropecuaria.
Según datos de las autoridades, se afectaron 37 000 hectáreas (ha) de cultivos y 381 instalaciones agrícolas, y criaderos de gallinas y cerdos. Las estimaciones preliminares del daño al sector rondan los 383 millones de pesos.
En Artemisa, una de las provincias con mayor producción de alimentos en el occidente del país, se destruyeron más de 7 495 ha de plátano, un alimento de amplia demanda en la isla.
Según refirió a Granma un productor local, además de las pérdidas irreparables, ahora los campesinos también enfrentan la difícil tarea de reconstruir sus fincas, mientras luchan contra la escasez de fertilizantes y combustibles para recuperar la producción.
Los daños a la agricultura representan una amenaza seria para la seguridad alimentaria del país, que ya enfrenta una grave escasez de alimentos. La pérdida de otros cultivos básicos, como arroz, yuca y boniato, generará una mayor dependencia de las importaciones, que también disminuyen debido a la falta de divisas.
En su cuenta de X, el economista Pedro Monreal cuestionó el retraso en la publicación de las estadísticas agropecuarias de 2023.
«Más que incompetencia técnica de quienes producen la estadística agropecuaria cubana, pudiera tratarse de una decisión política para dilatar o evitar algo que probablemente sean malas noticias y confirmación del fracaso de políticas económicas», dijo Monreal.
La acumulación de estos desastres naturales llega en un momento crítico para la economía cubana. En 2023, el Producto Interno Bruto (PIB) del país registró una contracción del 1.9%, según cifras oficiales. Las ayudas internacionales pueden ofrecer alivio a corto plazo, pero no disimulan el panorama sombrío para el cierre de 2024 e inicios de 2025.
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