La desaceleración de la inflación en Cuba no es real, advierte observatorio económico

Foto: elTOQUE.
Según cálculos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), la inflación interanual hasta abril de 2025 en Cuba (18.6 %) disminuyó respecto a igual período de 2024 (30 %).
Los datos más recientes del Índice de Precios al Consumidor (IPC) expresan que el costo de la canasta básica de referencia solo aumentó un 0.4 % en abril de 2025 en comparación con marzo.
La tendencia a la desaceleración del aumento de precios podría, a simple vista, parecer una buena noticia. Pero no lo es.
De acuerdo con un informe del Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), una de las principales razones de la desaceleración en el ritmo de la inflación en la isla no se debe a una mejora económica, sino al «ajuste por empobrecimiento», un fenómeno que expresa la drástica pérdida de poder adquisitivo de la población.
«La capacidad de compra de los salarios y pensiones ha sido prácticamente aniquilada por el acumulado de años de alta inflación, sin que haya sido compensado por incrementos de los ingresos. Es el llamado “impuesto inflacionario” que han pagado las familias que dependen de ingresos fijos en pesos cubanos», especifica el OMFi.
Según la explicación del informe, el empobrecimiento ha provocado que ciertos productos clave alcancen un techo de precios en el corto plazo debido a la imposibilidad de pagarlos.
Es crucial entender, como indica el OMFi, que ello «no implica que hayan mejorado las condiciones de oferta, sino que los límites de la demanda están siendo determinantes en el comportamiento de los precios».
El documento también conecta este ajuste con las acciones del Gobierno y señala que el empobrecimiento de los hogares se ve influido por los incrementos de los precios oficiales de amplio consumo, como los de los combustibles, la electricidad y, más recientemente, los servicios de Internet de Etecsa.
«El “tarifazo” de Etecsa se reflejará puntualmente en el IPC de junio y representará un shock sobre los costos de operar negocios, en especial en las actividades más digitalizadas. Así y todo, su efecto neto en el tiempo puede ser antinflacionario, dado que también contribuye a generar ingresos fiscales y a reducir la cantidad de pesos en manos de la población», advirtió el doctor en Ciencias Económicas Pavel Vidal, investigador principal del OMFi.
Es un hecho conocido que la canasta de la ONEI no representa de manera exhaustiva los precios de los mercados privados e informales, en los que la mayoría de los consumidores adquieren sus bienes. Por lo tanto, la inflación real que enfrentan las familias cubanas es considerablemente mayor que la oficial.
Aun así, la tendencia capturada por la ONEI puede reflejar una desaceleración genuina en el ritmo del aumento de precios. Sin embargo, una menor tasa de inflación no implica una bajada de los precios ni una recuperación del poder adquisitivo. Significa que los precios, en su mayoría, continúan subiendo, pero a un ritmo más lento.
Aunque lo anterior puede interpretarse como una señal de mayor estabilidad monetaria, no altera el contexto de una profunda crisis económica y social. Para los negocios privados, esta relativa disminución de la volatilidad de precios es positiva, ya que reduce la incertidumbre y facilita la planificación financiera, la evaluación de inversiones y la gestión de costos.
Además del ajuste por empobrecimiento, el informe del OMFi identifica otros dos factores que explican la subida, a un ritmo más lento, de la inflación.
Primero, los datos preliminares del presupuesto del Estado sugieren una reducción del déficit fiscal y, consecuentemente, una menor emisión de dinero para financiarlo. Una menor cantidad de pesos cubanos en circulación, reforzada por la falta de impresión de efectivo suficiente, reduce la presión al alza sobre los precios.
Segundo, la moderación en el ritmo de depreciación del peso en el mercado informal ha contenido el incremento del costo de los insumos y bienes importados. Este «efecto traspaso» de los costos de importación a los precios de consumo no ha desaparecido, pero sí se ha atenuado.
El OMFi advierte que la batalla contra la inflación en Cuba está lejos de ganarse. La sostenibilidad de la actual desinflación está comprometida por la improductividad estructural del sector estatal, la debilidad de las instituciones fiscales y los múltiples tipos de cambio que distorsionan la economía.
Mientras el Gobierno siga posponiendo las reformas estructurales, la carga del ajuste seguirá cayendo sobre los hombros de las familias cubanas, en un ciclo de empobrecimiento y crisis que parece no tener un final claro.


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Ana Mari Nieto
Lancelot