Una fuente importante de facturación para Cuba en Angola lo constituyen las exportaciones hacia el país africano, las cuales, al menos en los rubros con mayor actividad, involucran productos que escasean en la isla.
Datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC, por sus siglas en inglés)*, reflejan que, durante los dos últimos sexenios, los productos médicos y farmacéuticos procedentes de la isla han sido los más demandados en Angola, entre ellos los medicamentos y los productos elaborados a partir de la sangre.
La plataforma de visualización, integración y distribución de datos económicos creada por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) indica que, en los 23 años de exportación de medicamentos que registra (de 2000 a 2022), Cuba ha ingresado en sus arcas 41.9 millones de dólares procedentes del país africano.
La cifra, sumada a los 13.3 millones de dólares acumulados por la venta de biopreparados a partir de la sangre y hemoderivados, más los 113 141 USD por concepto de glándulas y otras partes del cuerpo humano o animal, alcanza los 55 millones de dólares.
Los productos que conforman los rubros se comercializan en la red de farmacias de propiedad cubana y en instituciones públicas de Salud en Angola a través de Farmacuba, facilitador de exportaciones biofarmacéuticas en la nación caribeña.
Reportes de la oficialista CubaPlus Magazine y de otros medios cubanos aseguran que los productos del Centro de Histoterapia Placentaria, derivados de la placenta humana con funciones terapéutica y cosmética, se han posicionado en el mercado angoleño y en el turco. Entre ellos, la Melagenina Plus para el tratamiento del vitíligo, el complemento dietético Biopla y la Amnioterapia cosmética, así como la Biomodulina T —que supuestamente brinda «protección preventiva» contra la COVID-19 y es usada para tratar la esclerosis múltiple—.
Durante 2014 y 2016, los medicamentos y los productos de sangre y hemoderivados representaron, en conjunto, entre el 84 al 93 % de las exportaciones de Cuba a Angola; mientras que en 2020 constituyeron el 86 %. Solamente en abril de 2020, Cuba envió al menos 30 toneladas de medicamentos (y más de 200 sanitarios) para combatir la COVID-19; entre ellos, el interferón, la cloroquina y la azitromicina, según reportes de prensa.
La generosidad comercial de Cuba con Angola contrasta con la crisis de fármacos en la isla —en especial, con la falta de antibióticos como la azitromicina— que data de esa fecha y cuyo déficit alcanzó, en cifras oficiales, un 40 % en 2023.
En situación de precariedad se encuentra la disponibilidad de sangre y hemoderivados en la isla. Solo entre 1990 y 2022, el número de donaciones voluntarias disminuyó en más del 39 %, mientras aumentó el deterioro de las medidas de bioseguridad y hemovigilancia debido al colapso en el sistema de Salud. Las autoridades sanitarias, que no rinden cuentas de la venta millonaria de partes del cuerpo humano de los cubanos a clientes extranjeros, tampoco remuneran las donaciones de sangre como hacen otros países.
Los preparados a partir de la sangre y hemoderivados de origen humano o animal se utilizan con fines profilácticos, terapéuticos o de diagnóstico. Es decir, pueden ser convertidos en medicamentos, plasma, sueros y vacunas. Las estadísticas oficiales cubanas no informan de cómo se comporta la disponibilidad y los trasplantes de sangre, órganos y otras partes del cuerpo humano en el país.
Lo que sí es de conocimiento público es que Cuba vende sangre y hemoderivados desde al menos 1964, con dividendos cercanos a los 63 millones de dólares solamente en 2021, según reveló una investigación de María Werlau, directora ejecutiva de la ONG Archivo Cuba, con sede en Miami. Pese a ser una actividad comercial legítima, de alta demanda y cuyo comercio global está valorado en 228 billones de dólares en 2022, en el caso de Cuba constituye una preocupación por la falta de transparencia de cifras e indicadores, advierte Werlau.
A juzgar por el memorando de entendimiento suscrito entre entidades reguladoras de medicamentos y equipos de Cuba y Angola en agosto de 2023, la apuesta es consolidar y desarrollar la presencia de los productos y de los procederes en la nación subsahariana. El anterior y otros convenios rubricados en el marco de la visita del mandatario cubano Miguel Díaz-Canel a Angola, persiguen revitalizar la contratación, la formación y la capacitación de personal angoleño por parte de especialistas cubanos (lo que se traduce en más dinero para Antex).
El convenio, que prevé la creación y puesta en marcha de fábricas de productos farmacéuticos en Angola, abarca la rama de la hemovigilancia; o sea, el monitoreo de la transfusión sanguínea desde la selección de donantes, la extracción, el procesamiento y el análisis de sangre y sus componentes, hasta la distribución y la administración final a los pacientes.
Cuba no ha dejado de exportar medicinas, biopreparados, equipos e insumos manufacturados en la isla. Pese a no satisfacer la demanda nacional, BioCubaFarma mantiene una línea de producción que le ha permitido —en medio de la escasez de un tercio de los productos del cuadro básico de medicamentos— exportar sus productos a 73 países, según confirmó en 2022 el doctor en Ciencias e investigador Agustín Lage Dávila, asesor del Grupo Empresarial.
*Las cifras del OEC fueron consultadas por última vez el 16 de marzo de 2024.
*Este texto es un fragmento de la investigación Misión de Cuba en Angola realizada por elTOQUE con el apoyo de CONNECTAS, de la autora Annarella Grimal.
Puedes acceder al reportaje completo aquí.
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Jorge Henriquez
Sanson