Chuza encontró un hogar. Ella fue una de los dos perritos rescatados entre los escombros ocasionados por la explosión en el hotel Saratoga. Luego de permanecer varios días en un hogar temporal, el 11 de mayo la entregaron a familiares de su dueño, quien falleció durante el siniestro —según explicó el grupo de bienestar animal «Pasos»—.
Luego de la explosión en el Saratoga, la primera tarea de los bomberos y rescatistas fue encontrar sobrevivientes, pero no solo a seres humanos. Todas las vidas cuentan.
Dos días después del siniestro (8 de mayo), los equipos de rescate hallaron dos perritos vivos entre los escombros del edificio aledaño, que también se vio afectado por el derrumbe. Según Cubadebate, salvaron, con unos minutos de diferencia, una hembra (Chuza) y un macho (Sultán).
Sultán también se encuentra junto a los familiares de su dueño, fallecido en el accidente.
Arnaldo Álvarez, miembro de la Cruz Roja Cubana, explicó a Cubadebate que, de inmediato, se le brindaron los primeros auxilios a ambos animales y que, pese a su estado de alteración, físicamente no mostraban ningún daño. Alertaron, además, a algunos grupos de bienestar animal para que se ocuparan de ellos.
A los pocos minutos, una voluntaria del grupo «Pasos» recogió a ambos y los llevó hasta la clínica veterinaria ubicada en la calle 18, en el Vedado. La página de Facebook del grupo informó que Sultán se recuperaba, aunque estaba un poco «shockeado» por el susto. Chuza, por su parte, tenía un golpe en la pata trasera izquierda, pero solo muscular; con reposo y medicación para el dolor se recuperaría.
De Sultán se hizo cargo, el 8 de mayo, la familia de su dueña, María Consuelo Álvarez Valdés, quien en ese momento estaba desaparecida. La anciana, de 77 años, residía en el apartamento 201 del edificio colindante con el hotel. Su cuerpo sin vida fue encontrado el martes 10 de mayo.
Chuza había sido traslada a un hogar de tránsito porque los familiares de su dueño, Juan Carlos Díaz Álvarez, no se sentían en condiciones de recibirla. El cuerpo de Juan Carlos, de 55 años, fue encontrado también el 10 de mayo.
HÉROES DE CUATRO PATAS
A los pocos minutos de comenzar las labores de búsqueda, rescate y salvamento entre los escombros del Saratoga, los perros rescatistas llegaron al lugar del siniestro.
Dianko, Tito, Xila, Yomy y Rocky son los nombres de los cinco labradores miembros de la unidad canina de la Brigada Especial Nacional del Ministerio del Interior, quienes trabajaron para localizar a las víctimas desaparecidas bajo las toneladas de escombros.
Un ladrido de estos canes en medio de los desastres deviene aire esperanzador. Son los primeros en entrar a las ruinas para rastrear los cuerpos. Después, se emplean los equipos de cargas pesadas para mover los escombros.
Las imágenes de los labradores trabajando dentro del derrumbe o descansando en el parque cercano recorrieron las redes sociales. Las reacciones no se hicieron esperar y muchos se sensibilizaron con la labor de estos héroes peludos.
«Si piensas que se pierde tiempo rescatando perros, hoy hay perros rescatando personas», escribió «Pasos» en Twitter.
En esta misma red social, la usuaria Ivón Otero publicó una foto de los bomberos con los perros rescatistas y escribió: «Esta es para los que tanto critican el activismo animal, esto y mucho más hacen ellos por nosotros sin esperar nada a cambio».
El olfato de los perros es fundamental para encontrar los cuerpos bajo las ruinas. Día y noche trabajaron para encontrar a los desaparecidos tras el derrumbe.
«Los rescatistas revisan el lugar, y si tienen alguna duda o información de un vecino o un familiar sobre la posible localización del desaparecido, y no lo encuentran, entonces vamos nosotros, porque la búsqueda con los perros es más efectiva. No tienen sustituto tecnológico ni de otro tipo por su capacidad de trabajo y la relación tiempo-resultado», explicó a Cubadebate Aliesky Mota, miembro del Comando 15 del Destacamento Especial de Rescate y Salvamento y dueño de Dianko.
Dianko, uno de los primeros en entrar al edificio, se lesionó levemente una pata durante las operaciones de rescate. Apenas se recuperó, se reincorporó a la labor de rastreo.
Rocky, otro de los labradores, participó en una misión internacionalista en Ecuador luego del terremoto en ese país en abril de 2016.
A los perros rescatistas se les conoce como binomios, por la relación simbólica y emocional que entablan con sus compañeros humanos, con quienes entrenan y trabajan durante años para potenciar sus habilidades de rastreo.
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Nana