-Este es el edificio de Raúl- susurra él y baja el tono cuando dice el nombre. “Yo mismo lo he visto aquí cuando ha venido par de tardes a ver cómo avanza la obra. Nos dijeron que esta sería la última que inaugure como presidente.”
Alberto es un mulato flaco que se sienta con las piernas cruzadas, gesticula mucho con una mano al hablar y agarra un cigarro con la otra. Una semana antes de la elección del nuevo Consejo de Estado, está frente a un edificio blanco que han estado reconstruyendo en la esquina de 23 y 12, del Vedado habanero. A sus 60 años maneja un camión donde trasladan materiales y usa una camiseta sin mangas.
– Era un desastre cuando llegamos. Nos encontramos una ruina pero aquí metieron tres contingentes a trabajar que han venido los fines de semana y hasta de noche. A ver si se termina a tiempo. Fíjate como se han arreglado cosas en esta zona – dice y señala las aceras y cafeterías remozadas en la esquina. “Esto va a salir por la televisión y tiene que verse bonito.”
Alberto está sentado en el mismo lugar donde se declaró el carácter socialista de la Revolución cubana, al cual se especulaba volvería Raúl Castro a dar su último discurso. Pero el traspaso de poder llegó y no dio su discurso ni inauguró el edificio.
Ha llegado el día en que por primera vez un hombre nacido después de 1959 asume el cargo de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros. El puesto cambia de apellido y para celebrarlo se retocaron un poco algunas fachadas.
En esta misma esquina donde Alberto fuma, se barnizó lo indispensable, lo que las cámaras filmarían mientras se elogiaba a la delegación cubana que reventó varios foros de debate en la Cumbre de las Américas de Perú. Maquillaje y escenografía.
Dice la prensa oficial que los cubanos hemos sido testigos de “un ejercicio de transparente democracia” y que “ningún otro modelo es tan representativo como el nuestro”.
El evento que es transmitió en vivo por sus pantallas tiene todas las luces de ser un hecho importante. La última vez que Cuba cambió de presidente fue en 2006 y la anterior, 30 años antes. Pero el traspaso es pura noticia internacional. Aquí lo que se percibe es apatía.
“Si en estos años no hemos mejorado mucho, ¿por qué habría de suceder con el nuevo?”, me pregunta casi que retóricamente Alberto y luego murmura algo intangible, mientras el sudor le corre por la barbilla.
Hemos llegado a un día trascendente, algunos preocupados por los destinos del país en un momento en que la política y la ciudadanía se encaminan, con creciente desconexión, hacia un escenario -no tan nuevo- donde continuarán las votaciones unánimes, las consignas y los aplausos da cara al mundo.
Carlos Alberto Trujillo sha decidido seguir los comicios por la pantalla. Los locutores de la televisión recitan que presenciamos días históricos, y que “todos los cubanos han participado con emoción y expectativas en el proceso”. Lo escucha y no entiende por qué dicen “todos” y lo incluyen, cuando él si algo no tiene son expectativas
“Como simple ciudadano no puedo esperar mucho del próximo presidente cuando no participo directamente en su elección. Él representará y le deberá fidelidad a ese núcleo de poder que lo eligió entre cuatro paredes climatizadas y lo puso en el cargo, no a nosotros”, dice el ingeniero informático de 30 años.
A Carlos le gustaría haber visto en esa misma televisión “algunos programas especiales” con Díaz Canel explicando su futuro programa de gobierno o cómo el electo piensa implementar el 75 % los Lineamientos aún pendientes, suprimir la doble moneda, aumentar los salarios y la inversión extranjera. “Cuando se empiecen a elegir los principales cargos de este país a través de elecciones directas, podremos tener alguna aspiración”.
“Me entero ahora de que hay elecciones. ¿Cómo voy a imaginarme quién va a salir? Eso lo decide otra gente. Aquí uno sabía quiénes eran Fidel y Raúl, de los demás no conozco a ninguno. Solo espero que quien venga solucione esto.”
Cuando Suchelis dice “esto”, habla de un local destruido en el barrio de Jesús María. Allí nadie dará un discurso. No le tocan las reparaciones.
Ella vive en un pedazo de un viejo almacén que ocupó a la fuerza cuando le dijeron que debía mudarse “temporalmente” para un albergue en las afueras de La Habana. Hasta hoy -5 años después- sigue luchando por legalizar ese hueco y sus vecinos siguen esperando en el albergue.
Sucheli probablemente no tenga tiempo de pensar en elecciones, “democracia socialista” y “continuidad del proceso”. Y sospecho que tampoco le importa. Hasta ahora no ha visto consumado su derecho a una vivienda digna, con un simple inodoro, paredes sin moho, grietas o cabillas salientes sobre su cabeza. Una vivienda con una cocina real y no una mesa coja que apenas aguanta una hornilla eléctrica y una olla de arroz. Lo único que sí tiene de sobra es indiferencia
-¿Que te gustaría que cambiara?- le pregunto mientras ella le pone uñas plásticas a una cliente.
No me contesta. Solo levanta el mentón, dibuja una mueca en su boca y me mira, como si yo le estuviese preguntando algún absurdo, como si diera por sentado que entre el 17 y el 20 de abril no pasará nada.
A unos 180 km del agujero donde vive Sucheli, en el poblado de Viñales, las lecturas del momento son otras. Hablamos de una comunidad rural que, aunque bordeada por un maravilloso valle, unas décadas atrás no era más que un caserío pobre. Hoy, después de las reformas económicas impulsadas por Raúl, el municipio pinareño es un próspero hervidero de cuentapropismo.
“Con la administración de Raúl, aquí a la gran mayoría nos ha mejorado la vida. Le agradecemos que haya permitido abrir muchos negocios que benefician a sus dueños y a quienes demandan estos servicios, además de ser fuente de empleo”.
Sofía es una joven de 24 años, graduada como profesora de inglés que actualmente administra su propio hostal. Ella no aspira a cambios en el sistema electoral cubano y confía en la decisión del parlamento. Realmente solo tiene una aspiración: “Espero que quien ocupe el cargo mantenga el modelo socialista y lo mejore”.
***
Hay en mi barrio una bandera de Cuba en el portal de la delegada de circunscripción que se oxigena en días importantes. Silvio Rodríguez canta desde la bocina de una pizzería estatal donde, ahora que recuerdo, durante años solo había escuchado reggaetón. Salvo estos dos singulares detalles diría que vivimos un día normal.
Una brigada rompe la calle para renovar una instalación hidráulica, en la zona WiFi las familias conversan -teléfonos mediante- cuando la imagen no se pixela. Algunos padres ven a sus hijos jugar en el estadio cercano, ahora que están de vacaciones. Desde la acera una mujer con rolos le avisa a otra que hoy sí van a sacar helado en el mercado, que si quiere que le marque en la cola. Y por el callejón va y viene mucha gente sin detenerse.
Para llegar hasta la avenida, se debe pasar antes por el callejón o lo que es lo mismo: el mercado subterráneo de la zona. Es un camino que tiene en ambos extremos un grupo de mesas alineadas donde se vende casi cualquier cosa y donde uno puede escuchar el diálogo más interesante del día.
– ¡¿Te enteraste que salió Lazo de presidente de Cuba y no Raúl?!- grita un tipo de poses de barrio y camiseta deportiva
– No, Lazo salió en la Asamblea, pero no de presidente del país- le corrige el vendedor de champú, desde el otro extremo de la calle. “Salió el que estaba programado. En este país es el presidente quien decide cuándo se va y quién le sigue en el cargo.”
comentarios
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Jaime
Igual sigan así.
Carlosamm
Cuba, un breve recorrido por el camino emprendido como nación, y la sociedad a que aspiramos.
Autor: Carlos Alberto Martínez Marrero
Estamos atravesando ese periodo de reposo turbulento
José Julián Martí Pérez
Ser una persona honrada, poder hablar sin miedo ni hipocresía tiene que dejar de ser una misión de alto riesgo, no puede seguir siendo una opción suicida, tenemos como ciudadanos un rol social y el derecho a aspirar a una sociedad mejor, verdaderamente justa e incluyente, con iguales derechos para todos, no puede seguirse discriminando a una parte de la sociedad porque no piense como los otros, la aplicación del consenso por mayoría en la toma de decisiones está falseando nuestras determinaciones, pues con una sola persona que no esté de acuerdo en algo, y tenga que sin discusión subordinarse, oque por obligación tenga que ser sometida,porque no se logre con la fuerza de las ideas y la razón convencerla, nos aleja de las bases democráticas de nuestra nación, y eso no es justicia, mucho menos democracia, estaríamos trabajando en sentido contrario al fortalecimiento de la unidad nacional,nuestro país está envejeciendo a pasos cada vez más acelerados y nuestros hijos tienen sus propios problemas y no quieren asumir sus responsabilidades con la sociedad, tenemos derecho a aspirar a un país cuya Constitución refleje los deseos y aspiraciones de toda una nación y no de una parte de ella,tenemos derecho a aspirar a una Asamblea Nacional que sea asiento verdadero y representación honesta de todos los sectores del país,como siempre quiso el Apóstol, y por la que tantos cubanos entregaron sus vidas,vivimos en una república y su asiento legal está en la tripartición de poderes, en la neutralidad de cada uno de ellos, los miembros del Poder Legislativo, a la Asamblea Nacional por mandato del pueblo, otorgado mediante elecciones libres y por sufragio universal, el presidente igualmente escogido en elecciones libres y por sufragio universal, el que junto al consejo de gobierno, y de ministros conformaran el Poder Ejecutivo, y cuya función es cumplir con lo dictaminado como ley por la asamblea nacional, a la cual se debe y está obligada a rendir cuenta, tenemos derecho a aspirar a un Ejército respetuoso de la ley y obligado solo con su Constitución, a un Tribunal Supremo de Justicia solamente obligado con la ley fundamental de nuestro país, tenemos derecho a aspirar a que nuestro Consejo Electoral Nacional recupere su neutralidad y reconozca como ley la elección libre y por sufragio universal como un derecho de todos los ciudadanos, y que ese cuarto poder que es la Prensa, asuma igualmente su tan necesaria imparcialidad y neutralidad, y se convierta en el censor público de nuestra sociedad, comprometido solo con la verdad, para que nadie se sienta por encima de la ley y pueda ser señalado públicamente cuando cometa errores que perjudiquen a la nación, tenemos derecho a aspirar a un hombre dichoso, honesto y verdaderamente político, temeroso de Dios como ser supremo y de la ley como vehículo aglutinador y guía de todo lo que el país proponga, preocupado por todos los asuntos de su nación, y dispuesto a morir por su Patria si fuese necesario, que sienta como suya la obligación de apoyar cualquier causa justa en cualquier parte del mundo, pero que ame y no odie a su prójimo, tenemos derecho a aspirar a una sociedad que a nadie discrimine por su orientación sexual, pero que tampoco la imponga, tenemos derecho a aspirar a una sociedad donde la familia vuelva a ser la piedra fundamental en el crecimiento y desarrollo nacional al que aspiramos, tenemos derecho a aspirar a una sociedad donde ningún extranjero se sienta con derecho alguno sobre los nacionales, y estos últimos no se sientan como extranjeros en su propia tierra, tenemos derecho a aspirar a una sociedad donde los hombres honrados no tengan que robar para mantener a sus familias, y el salario deje de ser un costo, para ser realmente parte de las utilidades que se perciban por generar bienes o servicios, tenemos derecho a aspirar a una sociedad que como nación, se pueda sentar en materia de política internacional a conversar con cualquier otra nación del mundo en iguales condiciones, sin menoscabo de nuestra soberanía.
Revolución:
……..es sentido del momento histórico, es cambiar todo lo que deba ser cambiado, es igualdad y libertad plena, es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos,……..es defender valores en los que se cree, al precio de cualquier sacrificio………es no mentir jamás, ni violar principios éticos………..
Fidel Castro Ruz.
A muchos de los aquí presentes ya la vida no nos alcanza para aspirar a tanto, pero alentar en nuestros hijos ese sueño, es la única forma de mantener viva esa ansia de un futuro mejor para todos nuestros conciudadanos, el que como derecho todos nos merecemos,no hay que olvidar que nuestros padres fundadores así lo hicieron, nunca dejaron de confiar en nuestras fuerzas como nación, y ante la fuerza y la inmensidad de los enemigos siempre con el pecho erguido y la mirada altiva señalaron hacia adelante, sin temor al costo, y sin medir el sacrificio, ese sentimiento ha ido pasando de generación en generación y hoy está en nuestra sangre, forma parte de nuestros genes, salimos de la oscuridad como nación y conocimos la luz que emite la libertad, ya no podremos jamás vivir sin su resplandor, tenemos los más viejos, la obligación de trasmitirle a nuestros hijos que este país es suyo, y que de ellos es la responsabilidad de ayudarlo a crecer, pero que no puede ser de otra manera que entre todos y para el beneficio de todos, nuestra sociedad no puede justificar bajo ningún concepto la exclusión, no podemos seguir alimentando el odio, cuando lo que necesitamos es comprensión y tolerancia para solidificar la unidad nacional, esa ha de ser la única forma en que Cuba como expresara Martí….podrá continuar siendo ese gran monasterio, con sus puertas siempre abiertas, por donde cabrán todos sus hijos, incluso los que alguna vez renegaron de ella, y hoy vienen a su regazo de manera honesta buscando su resguardo y protección,…….porque a su sombra, a la sombra de nuestra bandera, solo no tendrán cobija los traidores, esos que han querido hacerle daño o aprovecharse de ella, será verdaderamente esa y no otra, la forma en que todos juntos construiremos esa patria nueva a la que todos aspiramos, para que podamos confirmarle al mundo que en nuestra patria el respeto a la dignidad plena de todos los cubanos es la ley primera de nuestra República.
Por ultimo mis queridos hermanos, ha sido realmente un altísimo honor haber podido dirigirme a ustedes, robarles un preciado momento de su tiempo a todos los aquí presentes, pero no nos olvidemos que el futuro no se nos entregara jamás, habremos de crearlo nosotros, a golpe de sacrificio, constancia y perseverancia, confiando más que todo en nosotros mismos, seguros de que no hay, ni habrá un mañana sin nosotros, porque como individuos créanme que somos poderosos, como usemos ese poder dependerá solamente de nosotros, yo en lo particular siento miedo, por el reto, por mi familia, por mis amigos, por mis hermanos, por lo desconocido, pero es entonces que comienzo a darme cuenta, de que esto no es solo el final, es el comienzo, será todo un reto para la presente generación, y para las que están por venir, marquemos pues la diferencia, hay problemas grandes y pequeños que necesitan ser resueltos, y no podemos ni debemos esperar a que alguien los resuelva por nosotros, esa es una obligación que ahora nos toca, en palabras de la gran humanitaria María Teresa yo les reitero entonces:
¨ El pasado ya se marchó, el futuro aún no ha llegado, solo tenemos el presente, empecemos pues ¨
Muchas gracias